Un perro sabe chantajear a su humano con la perfección de 10.000 años de convivencia evolutiva a su espalda. Le basta poner caritas. Algunos grandes primates imitan los gestos de sus compañeros como estrategia de juego y comunicación. Y algunos otros animales en cautividad habían aprendido a hacerlo. Pero, por primera vez, han pillado in fraganti a osos malayos haciendo mímica con sus rostros.
Los osos malayos producen expresiones faciales que imitan con precisión las de sus compañeros de juego, según un estudio inicial publicado en Scientific Reports. Este mimetismo facial, que parece permitir que los osos se comuniquen de manera eficiente, efectiva y precisa, no se había observado previamente en especies no domesticadas.
Marina Davila-Ross y sus colegas de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) estudiaron la complejidad facial de 22 osos malayos (una especie de plantígrado pequeño) en grupos que participan en juegos sociales espontáneos, con un enfoque específico en el mimetismo facial exacto: la capacidad de igualar con precisión la expresión facial de un compañero de juegos. Examinaron si los osos respondían a las expresiones faciales de boca abierta de sus compañeros de juego con expresiones de boca abierta coincidentes durante las interacciones cara a cara.
Osos boquiabiertos
De los 22 osos estudiados, 21 produjeron expresiones con la boca abierta, y 13 de ellos los mostraron dentro tras observar una expresión similar de un compañero de juegos. El hallazgo sugiere que los osos modifican sus expresiones cuando son observados por los interlocutores sociales, lo que podría significar que son sensibles a la atención de su compañero.
Esto supone un cambio total de perspectiva sobre la cultura facial de los animales. Hasta ahora pensábamos que quienes hacían mímica lo hacía por proximidad a los humanos. Bien proximidad física (los perros, con los que convivimos) o genética (los monos). En los osos malayos, la sensibilidad social y la precisión asociada a la imitación de las expresiones faciales no pueden explicarse por las adaptaciones a entornos sociales complejos, ya que los osos son principalmente solitarios en la naturaleza.
Se observa una "variación muscular en las expresiones, el mimetismo facial y la sensibilidad social a los estados de atención de los demás durante la producción de la expresión", explican las autoras del estudio. "Como el mimetismo facial se produce en especies de mamíferos distanciados filogenéticamente durante el juego (primates, perros) y los osos solares producen distintas variantes faciales durante el juego social, que es una condición esencial para el mimetismo exacto, nuestra hipótesis es que el mimetismo facial y el mimetismo facial exacto están presentes en los osos solares. durante el juego social".
Los hallazgos sugieren que el mimetismo facial está más extendido de lo que se pensaba, y puede que no sea exclusivo de especies con fuertes tendencias sociales.
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