Tiene el tamaño y peso de una lavadora, pero no persigue la blancura, sino lo contrario: manchas negras. Las que dejan los planetas que pasan por delante de una estrella. CHEOPS es el faraónico acrónimo del CHaractarising ExOPlanet Satellite (Satélite de Caractarización de Exoplanetas). Primera misión internacional de la ESA liderada por España. Torrejón será su particular Houston. Y a escasos metros de su término municipal se encuentra descansando esta nave-telescopio, en una nave frente a las pistas de Barajas, a la espera de volar a unos 700 km de altura a finales de este 2019 a lomos de un cohete Soyuz.
CHEOPS no busca nuevos mundos. Sabe que existen. Llevamos descubiertos más de 4.000 planetas fuera del sistema solar. Lo que no tenemos tan claro es cómo son. "La gente no tiene que esperar de CHEOPS un salto tremendo", explica el astrónomo cazador de planetas Ignasi Ribas, director del Institut d'Estudis Espacials de Catalunya (IEEC). "Es una misión pequeña con una contribución proporcional a su tamaño. Podemos esperar que sea capaz de darnos datos ultraprecisos de planetas muy valiosos". Entre esos datos, su radio y su masa. Con eso podemos calcular la densidad media y, con eso, de qué están hechos. "Si son gaseosos o rocosos". Dato relevante para pensar si hay vida.
"Nos encantaría poder responder a la pregunta de si hay vida en un planeta o si es habitable. Nos hacemos esa pregunta, pero no con CHEOPS", recuerda Ribas. "En un futuro, algunos de los planetas que analizará CHEOPS pasarán al siguiente estadio: ver los compuestos de su atmósfera", lo cual puede dar pistas de si hay o no ingredientes biológicos. El investigador fue, precisamente, quien descubrió en 2018 el exoplaneta tipo supertierra Barnard B, el segundo más cercano al Sol.
La búsqueda y caracterización de exoplanetas está marcando buena parte de la agenda aeronáutica, más allá de las aún difusas misiones tripuladas a la Luna y a Marte. Carlos Corral, ingeniero de sistemas de CHEOPS de la ESA, explica que "el programa de la agencia está casi dirigido por la comunidad científica; deciden dónde deberíamos invertir nuestros recursos. Las últimas misiones elegidas tienen que ver con exoplanetas".
La misión supone para España una vuelta al terreno de juego galáctico con una obra de ingeniería modesta pero fiable y robusta. "En el espacio nada puede fallas. por eso se usan tecnologías muy probadas". Desde 2009, nuestro país no lidera una misión al completo. Con el reciente lanzamiento de PAZ y ahora con CHEOPS, Airbus España (la antigua CASA) se llevó un contrato donde "la competición fue muy dura aunque a nuestro favor teníamos un producto que reunía un coste reducido pero con tecnología con todos los estándares de calidad de la ESA", explica el responsable de la aeronáutica Andrés Borges.
Misiones espaciales de España
CHEOPS no es el primer satélite español, pero sí es la primera vez que ponemos en órbita una misión puramente científica de observación planetaria.
- Intasat (1974), dedicado al estudio de la ionosfera terrestre.
- Serie Hispasat (1992-2018), aunque el primero supuso un hito, está lejos de ser una "misión". Son satélites de comunicación operados por el Estado, perno no son de fabricación española ni tienen fines científicos
- UPM/LB-Sat 1 (1995), primero de una serie de microsatélites futuros para experimentación en telecomunicaciones.
- Minisat 01 (1997), primero de una serie de minisatélites de los que sólo se lanzó éste. Su valor residió haber sido plataforma experimental para futuros desarrollos. Tenía varios instrumentos de medición de radiaciones. Fue el primer satélite enteramente concebido en España y el primero lanzado al espacio desde territorio de la Unión Europea.
- Nanosat 01 (2004 y 2009)
- SMOS (2009), primera misión española de la ESA. Su satélite observa desde evolución de tormentas, a la distribución de regadíos o la salinidad del Mediterráneo.
- Paz (2018), satélite de seguimiento y vigilancia. Desde fronteras a incendios.
"La diferencia de una misión espacial respecto a otra es que necesitas gente muy especializada, tanto en ingeniería, como en labores financiaras y de gestión", señala Borges. "La industria espacial española ha evolucionado muchísimo. Hace 10 años lanzamos SMOS, un punto de inflexión. Fue un año clave fruto de otros tantos de inversión en instalaciones, y sobre todo, en la gente".
CHEOPS va a tiro hecho, buscando minieclipses
CHEOPS espera empezar a trabajar a finales de este año y se controlará desde el INTA en Torrejón de Ardoz. Va "a tiro hecho", ya que sabe a dónde apuntar. En realidad, busca minieclipses. Se han seleccionado estrellas con planetas que sabemos que pasarán por delante a lo largo de los próximos tres años. Ahí podrá medir con precisión el oscurecimiento y, por tanto, su radio. Poco más. "Con los futuros telescopios orbitales James Webb o Ariel podremos pensar si hay biosfera activa", precisa Ribas. Y, ahí ya sí, soñar con la vida extraterrestre.
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