Una de las consecuencias que puede suponer el cambio climático es el aumento de fenómenos meteorológicos de gran magnitud como las lluvias torrenciales y las olas de calor en zonas de la cuenca del Mediterráneo. Jorge Olcina, el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, ha advertido que uno de los problemas más importantes a los que se enfrenta el área mediterránea son las inundaciones. Tal y como abordamos en El Independiente en el artículo España, agosto 2050: cómo sobreviviremos al cambio climático, es importante conservar los ecosistemas costeros que no se han explotado con la burbuja urbanística, y redactar una nueva legislación, ya que cada zona cuenta con una dinámica distinta frente al cambio climático.
Con el crecimiento de las ciudades, la contaminación atmosférica provoca un calentamiento térmico planetario que, al mismo tiempo, genera cambios en las condiciones climáticas habituales. "Tenemos que poner en marcha medidas que aumenten la resiliencia de las ciudades del área mediterránea española frente al cambio climático, debido a su elevada vulnerabilidad y exposición a inundaciones y sequías", informa Jorge Olcina, presidente de la Asociación de Geógrafos de España, tal y como recoge el portal web iAgua.
Una de las formas de reducir el impacto que provocan las inundaciones y sequías de las ciudades del Mediterráneo es la creación de parque inundables. "El País Vasco es una de las regiones que más impulsa este tipo de acciones, basándose en el manual de planeamiento urbanístico que desarrolló en 2012, al instar a los municipios a implantar medidas concretas, algo que ya han hecho Bilbao, Balmaseda, Hondarribia, Areatza, Tolosa o Durango", destaca Jorge Olcina.
Los parques inundables son una medida vital que expertos como Paloma Nuche, responsable de Costas de Greenpeace, piden para el futuro. La vegetación logra amortiguar las inundaciones, sin embargo, los terrenos sobre los que se ha construido con materiales como cemento se convierten en una pista de aceleración que impide la infiltración del agua, aumentando su velocidad y los efectos de la inundación. En el artículo España, agosto 2050: cómo sobreviviremos al cambio climático, se indica que, para ese año, el nivel del mar continuará aumentando, por lo que habrá más inundaciones en las costas de todo el mundo. Además, la altura de la olas será aún mayor.
La Marjal de la Playa de San Juan, o simplemente La Marjal es el primer parque urbano inundable de España. Tal y como informa Aguas de Alicante: "Es una infraestructura que soluciona un problema hidráulico como son las inundaciones que producen las lluvias torrenciales en Alicante". Su construcción fue para hacer frente a las inundaciones de la zona en episodios fuertes de lluvias.
A continuación, puedes ver un vídeo que explica el funcionamiento de La Marjal de la Playa de San Juan:
Para retener esta cantidad de agua de lluvia, el parque inundable cuenta con un vaso retenedor formado por un estanque que almacena habitualmente 6.674 m2 de agua regenerada procedente de las depuradoras de Alicante, tal y como informa Europa Press. Durante la lluvia, se inunda la zona de vegetación de ribera adyacente hasta alcanzar su capacidad máxima. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha seleccionado este proyecto, documentado y presentado por la Cátedra AQUAE de Economía del Agua, como ejemplo de buena gobernanza en las ciudades para solucionar a las inundaciones.
El pasado 21 de agosto, La Marjal entró en funcionamiento desde las 02.30 horas de la madrugada, momento desde el que ha acumulado un total de 86.8 mm, según los datos oficiales proporcionados por el observatorio de Ciudad Jardín, perteneciente a la AEMET. Como consecuencia de las citadas precipitaciones, el parque ha almacenado un volumen total de aguas pluviales de 22.000 m3, aproximadamente un 50% de su capacidad de almacenamiento total, lo que constituye el máximo volumen almacenado desde su puesta en servicio en abril de 2015. Anteriormente a este llenado, la mayor entrada de agua almacenada en el parque de La Marjal fue la acaecida el día 13/03/2017, almacenando entonces un total de 15.500 m3.
Berlín, Nueva York y Rotterdam: ciudades ejemplares
Ejemplos de buenas prácticas en otros países son el Plan 'A Greener Greater New York', con 132 iniciativas y 400 objetivos a desarrollar entre 2007 y 2030, incluyendo un apartado sobre la adaptación al cambio climático que incluye 13 medidas, entre las que destacan la reducción del 30% de emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 respecto a 2005; o la actualización de los mapas de inundación de Nueva York y de las normas de construcción. En Berlín se ha aprobado una ordenanza municipal para aplicar el llamado 'Biotope Factor Area', un indicador que permite crear zonas verdes en el centro de la ciudad, teniendo en cuenta el volumen construido y la antigüedad de los edificios.
Por su parte, en Rotterdam (Holanda) se ha diseñado una Estrategia de Adaptación al Cambio Climático, un documento de planificación territorial para la adaptación a la subida de temperaturas (jardines colectivos dentro de manzanas edificadas, tejados verdes, vegetación para cubrir los diques); a la subida del nivel de mar (recrecimiento de diques existentes y nuevos diques, elevación de cota de edificación); y al incremento de inundaciones (depósitos pluviales, colectores de agua pluvial, espacios de inundación natural). La 'Ley de tejados verdes' en Copenhague o Amberes; las viviendas palafíticas en Nueva Orleans para evitar desastres como el ocasionado por el huracán 'Katrina' en 2005; o las edificaciones sobreelevadas de Helsinki, en el marco del proyecto 'Baltcica', impulsado por los países ribereños del mar Báltico, son otros ejemplos de cómo una ciudad puede ser resiliente frente al cambio climático.
¿Por qué no está Madrid junto al resto de capitales europeas? El Ayuntamiento de la ciudad ha dado a conocer Madrid + Natural, un propuesta de adaptación al Cambio Climático basada en la naturaleza, en el que se contempla la implantación de áreas inundables. Están formadas por superficies permeables que amortiguan los flujos de aguas en episodios de precipitaciones intensas. El propio Ayuntamiento informa que estas áreas regulan el acceso de caudales a la red de drenaje, evitando así el colapso de estos sistemas de saneamiento y tratamiento de aguas. De momento, la capital española cuenta con los tanques de tormenta de tormenta del Canal de Isabel II, que almacenan el agua que cae de la lluvia, tal y como informan fuentes de la empresa pública.
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