El verano de 2020 comenzará este sábado 20 de junio a las 23.44 horas y tendrá una duración de 93 días y 15 horas, finalizando el 22 de septiembre con el comienzo del otoño, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (OAN) del Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El inicio de las estaciones viene dado, por convenio, por aquellos instantes en que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del verano, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más boreal.
El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Norte (+23º 27') y durante varios días su altura máxima al mediodía no cambia. A esta circunstancia se la llama también solsticio ('Sol quieto') de verano. En este instante, en el hemisferio sur se inicia el invierno, informa Europa Press.
El inicio del verano puede darse, a lo sumo, en tres fechas distintas del calendario (del 20 al 22 de junio). A lo largo del siglo XXI, el verano se iniciará en los días 20 y 21 de junio (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003.
Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).
El día del solsticio de verano, que este año es el 20 de junio, corresponde al de más horas de luz del año
El día del solsticio de verano, que este año es el 20 de junio, corresponde al de más horas de luz del año. Como ejemplo, en Madrid esta duración será de 15 horas y 3 minutos, a comparar con las 9 horas y 17 minutos que durará el día más corto (que en el año 2020 será el 21 de diciembre), una diferencia de cerca de 6 horas.
Esta diferencia depende mucho de la latitud del lugar, siendo nula en el ecuador y siendo extrema (24 horas) entre los círculos polares y los polos. Precisamente es por encima del círculo polar boreal donde algunos días al año alrededor del 21 de junio se da el fenómeno del Sol de medianoche, en que el Sol es visible por encima del horizonte durante las 24 horas del día.
Se podría pensar que el día con más luz del año será también el día en que el Sol salga más pronto y se ponga más tarde; pero no es así: esto es debido a que la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es circular sino elíptica, y a que el eje de la Tierra está inclinado en una dirección que nada tiene que ver con el eje de dicha elipse. Esto también hace que un reloj solar y nuestros relojes, basados en un Sol ficticio, estén desajustados.
Así, el día en que el Sol saldrá más pronto será el 14 de junio, mientras que el día en que el Sol se pondrá más tarde será el 27 de junio.
Por estas fechas se da también el máximo alejamiento anual (afelio) entre la Tierra y el Sol. En esta ocasión, el máximo alejamiento se dará el día 4 de julio, siendo la distancia de algo más de 152 millones de kilómetros, unos 5 millones más que en el momento de perihelio o de menor distancia (5 de enero de 2020).
Es este mayor alejamiento al Sol la causa de que la Tierra se mueva más lentamente a lo largo de su órbita elíptica durante el verano (según la conocida como segunda ley de Kepler) y por lo tanto esta estación sea la de mayor duración.
El día 21 de junio habrá un eclipse anular de Sol que será visible como parcial en África, el sudeste de Europa y Asia. La franja de anularidad será visible en algunas zonas de África como República del Congo, República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudán del Sur, Etiopía y Eritrea; y de Asia como la península arábiga, Pakistán, India y China.
Además, el 5 de julio tendrá lugar un eclipse penumbral de Luna que será visible en el sur y este de Europa, África y América. Este eclipse será visible en España.
Y el 6 de septiembre se producirá una ocultación de Marte por la Luna que será visible en el sur de España. La ocultación se producirá al amanecer.
Igualmente, la primera luna llena del verano se dará el 5 de julio, dándose las siguientes 29 ó 30 días después. En este verano se darán otras dos lunas llenas: el 3 de agosto y el 2 de septiembre.
Al comienzo del verano, Júpiter y Saturno serán visibles durante casi toda la noche, pasando a ser visibles únicamente al anochecer a mediados de julio. Al amanecer serán visibles Venus y Marte.
El 5 de julio tendrá lugar un eclipse penumbral de Luna que será visible en el sur y este de Europa, África y América. Este eclipse será visible en España
Las dos lluvias de meteoros más importantes del verano serán las Delta Acuáridas, con un máximo hacia el 30 de julio, y las populares Perseidas, cuyo máximo sucederá hacia el 12 de agosto.
El 2020 será un mal año para la observación de las Delta Acuáridas, puesto que su momento de máxima actividad será dos días después de la luna llena (el plenilunio tendrá lugar el día 27 de julio), aunque será un buen año para observar las Perseidas, pues sucederán cuando la Luna esté en fase menguante.
En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, posiblemente el verano sea la época del año en la que más miradas se dirigen hacia el cielo, destacando la espectacular franja blanquecina que forma la Vía Láctea.
Nada más caer la noche, comienzan a aparecer las estrellas más brillantes y es fácilmente identificable el triángulo formado por Altair de la constelación del Águila, Deneb de la constelación del Cisne y Vega de la constelación de la Lira. Es el denominado triángulo de verano.
Alrededor de la estrella Polar, se verán a lo largo de la noche las constelaciones de Casiopea, Cefeo, el Cisne, el Dragón y las dos Osas.
También serán visibles de este a oeste, Pegaso, el Águila, la Coronal Boreal y la Cabellera de Berenice. Cerca del horizonte se podrán observar a lo largo de la noche algunas de las constelaciones zodiacales, de la Virgen a Acuario, esta última ya casi al amanecer.
Por otro lado, durante el verano se puede observar el relieve de la Luna, pero con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado. Para tener una buena visión, conviene ir observando este relieve noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos.
Cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver nebulosas de emisión como el complejo de nebulosas de Orión (Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova conocido como la nebulosa del Cangrejo (Messier 1).
Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.
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