Estaba en todas las quinielas desde hace años. Francis Juan Martínez Mojica era el investigador español con más posibilidades de convertirse en ganador de un Nobel. Y esta oportunidad se ha disipado hoy con el anuncio del Nobel de Química otorgado a la Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna por sus aportaciones a la técnica del CRISPR. Un premio incuestionable, pero que ha dejado olvidado al creador de está técnica de edición genética que es clave en los avances científicos más importantes de los últimos años, especialmente en la erradicación de enfermedades y que actualmente se usa en múltiples investigaciones para combatir la Covid.
Francis Juan Martínez Mojica fue determinante en la invención del CRISPR. Según el genetista e investigador del CSIC, consultado por este diario, Lluis Montoliu "se ha perdido una oportunidad histórica que ya no va a volver". Este investigador español se siente muy decepcionado, según su punto de vista "no se han premiado los orígenes del avance como en otras muchas ocasiones, donde además se premian los desarrollos clave". Al no haber sido así, Mojica ya no entrará en las quinielas del Nobel nunca más.
Montoliu considera que se ha fallado en el trabajo de lobbies que otros "países como Alemania, Estados Unidos y Francia, hacen muy bien". Los científicos españoles esperaban que ocurriera los mismo que pasó cuando Francis Mojica se hizo hace unos años con el prestigioso Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, que lo ganó junto a las doctoras Charpentier y Doudna, ahora distinguidas con el Nobel. Ellas idearon esas tijeras moleculares capaces de recortar los precisos fragmentos del ADN que portan la información genética que se traducirá en posibles dolencias en la persona que la porta.
Mojica, que llevaba tiempo sonando como Premio Nobel; fue el primero en darse cuenta de que ese mecanismo de corta-pega existe en la naturaleza. "Fue por casualidad. Haciendo otras cosas", explicaba hace unos años a El Independiente. Enamorado de las salinas de Santa Pola (Alicante), "a principios de los noventa nos encontramos con regiones en el genoma de unos microorganismos de las salinas (Haloferax mediterranei) que eran muy curiosas: se repetían muchas veces y a distancias regulares".
Aquello podía quedarse en mera anécdota, pero resultó que los microorganismos habían sido capaces de imitar el ADN de un virus que los había infectado. De esa manera se vacunaban . En 2003 su equipo había descubierto “ni más ni menos que parte de un sistema inmunológico de las bacterias”, nos contó Mojica.
Así se editan los genes
Shakespeare editando a Cervantes en Word. Te explicamos con esta metáfora en qué consiste esta técnica de la mano de quien la observó de manera natural en microorganismos de las salinas de Santa Pola: Francis Mojica. | Vídeo febrero 2017: Mario Viciosa.
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