Si uno escucha hablar a Julián Fernández no creerá que tiene 17 años. Por las mañanas, estudia segundo de bachillerato en Madrid. Y por las tardes, dirige junto a otros jóvenes una empresa que fabrica minisatélites. Lleva tres años viviendo en Pozuelo de Alarcón, un municipio de la Comunidad. Pero su particular viaje hacia el espacio comenzó en La Línea de la Concepción, en Cádiz. Ahí creció y, muy temprano, le picó el gusanillo por la tecnología. "Siempre he tenido ese amor por todo lo que vuela", cuenta por teléfono a El Independiente.
En el entorno de Julián no había nadie que se dedicara a algo parecido. Todo lo que sabe, asegura, lo aprendió por su cuenta en Internet. "Desde niño siempre he estado involucrado en proyectos de desarrollo tecnológico. Hice presentaciones para Apple y Google, trabajé en proyectos míos: drones, simuladores de vuelo…". Para llegar hasta ahí, el joven devoró tesis doctorales y aprendió a programar de forma autodidacta.
Poco después de llegar a Madrid, logró uno de sus primeros éxitos. Junto a otros cuatro alumnos del Colegio Alarcón, ganó el tercer premio en el Torneo de Robótica Robocampeones. Pese a estar en 4º de la ESO, fabricaron un dispositivo unido a un globo sonda que mejoraba la conexión a Internet en zonas rurales o con mala conexión.
Julián quería más. No tenía problemas en compaginar las clases con su afición por la tecnología. Y con sólo 15 años, decidió lanzar un satélite al espacio: "La idea empezó en el foro Reddit. Hice una publicación y conocí a algunos universitarios. En 2018 empezamos a trabajar como asociación sin ánimo de lucro, Fossa Systems". Su objetivo era desarrollar y poner en órbita un picosatélite, una máquina con forma de cubo, 250 gramos y más pequeña que la palma de una mano. Lo llamaron el FossaSat-1 y llegó al espacio en diciembre de 2019 a bordo de un cohete lanzado desde Nueva Zelanda.
"Nueve picosatélites en 2021"
El éxito del FossaSat-1 fue un punto de inflexión para Julián y el resto del equipo. "Nos dimos cuenta de que había una oportunidad de negocio fuerte, había mucha demanda por este tipo de servicios y decidimos crear una empresa". Fossa Systems dejó de ser una asociación y se constituyó como empresa el pasado julio. Tienen su oficina en Pozuelo y, junto a Julián, trabajan otras cuatro personas.
Al genio gaditano le ha pillado su aventura empresarial le ha pillado en segundo de bachillerato. Cada mañana, se despierta a las 7 para llegar a clase a las 8 horas. Cuando termina, a las 15 horas, va a comer a casa y se vuelve a marchar. Esta vez, a las oficinas de su empresa. Toca centrarse en los picosatélites que están desarrollando. "En estos cuatro meses ya tenemos planificado el lanzamiento de nueve satélites en abril de 2021. Es un paso bastante grande para la industria. En España se construyen pocos satélites, salvo Hispasat y alguna otra empresa", asegura.
Sobre las 21 o 22 horas, Julián termina de trabajar. Durante los fines de semana intenta descansar lo máximo posible. "Hace falta tener tiempo libre porque sino te agotas con tantas cosas. Yo llevo una vida social activa y sigo saliendo. En ese aspecto, nada fuera de lo común". Aunque sus hobbies, para bien o para mal, guardan relación con su profesión: aviación, electrónica, programación… y la fotografía: "Me gusta mucho ir al Aeropuerto de Barajas a fotografiar aviones".
En estos últimos años Julián también ha encontrado piedras por el camino. "Cuando eres menor de edad, lanzar un satélite es muy complicado. Hay que realizar muchas gestiones con muchos organismos, y no es fácil de hacer". Para ello, recurrió a la ayuda de Mas y Calvet, un bufete de abogados. A principios de 2020, fundaron su propia área de ‘derecho espacial’. El despacho asesora al joven para que trabaje sin problemas en el sector aeroespacial pese a ser menor de edad.
A Julián le queda un año intenso por delante. Pese a dirigir una empresa aeroespacial, aún no tiene el bachillerato. Cuando lo termine, dice, tendrá que decidir si viajar a estudiar al extranjero o coger un año "sabático" para dedicarlo entero a sus minisatélites de Fossa Systems. Pensando en sus planes del futuro, el gaditano apunta aún más alto: "Me gustaría seguir creciendo con la empresa, realizar proyectos interplanetarios… Poder innovar dentro del mercado satelital".
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