Desde respirar, pasando por comer o dormir, hasta la capacidad para razonar, para enamorarnos o para discutir con alguien. Todo lo que hacemos pasa por el control cerebral. A través de él podemos deshacernos del miedo, subir nuestra autoestima, evitar el estrés o la ansiedad y sentirnos más queridos. Y todo esto, al igual que vas al gimnasio a levantar pesas, entrenándolo.
El cerebro nos puede llevar a hacer cosas extraordinarias. Y es que, aunque este no se pueda controlar, sí que es verdad que podemos permitirle que se expanda cuando nosotros necesitamos que lo haga. Así lo explica a El Independiente Ana Ibáñez. Ingeniera superior química, exnadadora de alto rendimiento y piloto de helicóptero, es, además, una de las pioneras en la aplicación de la tecnología de neurociencia al entrenamiento de la mente.
Acaba de publicar Sorprende a tu mente. Entrena tu cerebro y descubre el poder de transformar tu vida, un libro en el que trata de dar las claves para hacer frente a nuestras preocupaciones ejercitando la mente. Eso, según explica, nos permite alcanzar áreas de nuestro cerebro a las que nunca habíamos llegado e incluso a hacer lo mismo pero consumiendo menos.
Viajar en el tiempo
El 95% de nuestro funcionamiento cerebral es inconsciente. No nos damos cuenta, pero los recuerdos los guardamos en esa parte de nuestro cerebro. "Si conseguimos que nuestro cerebro no quede bloqueado y se expanda, que llegue la energía a todas las áreas, de repente ocurre una cosa muy buena, y es que el cerebro comienza a coger información de nuestra parte inconsciente", explica Ibáñez.
El cerebro puede hacerte viajar en el tiempo y, sobre todo y más importante, fabricar felicidad
No es magia, se trata de rescatar recuerdos que tú no sabías que tenías guardados, pero que almacenaste por el impacto emocional que tuvieron en ti. Ocurre cuando tu mente se expande y se siente libre de viajar de unos lugares a otros. Y es que, como dice Ibáñez, "la mente es igual que un paracaídas, solo funciona si se abre".
Precisamente en ese momento, cuando se abre, ocurren cosas extraordinarias. El cerebro puede hacerte viajar en el tiempo y, sobre todo y más importante, fabricar felicidad. Tenemos mucha memoria física. Solo hace falta pensar en un día de verano en la playa bailando en una fiesta con tus amigos. Nuestro cerebro tiene guardado dentro esa música, esa temperatura y esa sensación de entusiasmo que tenías.
"Como todo eso está guardado en la memoria, puedes jugar a volver a ese momento", explica la ingeniera. Es como una especie de dejà vu buscado. Solo hace falta que le des al play, ponerte música, y si estás triste, de repente tu energía cambia. Estás recreando de manera muy vívida lo que implicaba bailar en ese momento atrayendo esas frecuencias cerebrales.
"Tu cerebro sabe que si escuchas buena música y bailas es porque te estás sintiendo bien", comenta Ibáñez. Por eso, este método lo suelen utilizar con personas que sufren depresión. Y no solo eso, también se hace con deportistas de élite. "Nuestro cerebro no sabe diferenciar si algo ha pasado de verdad o no. Un tenista puede entrenar su derecha simplemente cerrando los ojos y visualizando cómo da a la derecha una y otra vez. Su cerebro está ejercitando las mismas áreas motoras que si lo estuviera haciendo en tiempo real. Es fascinante", explica.
¿Cómo funciona la ansiedad en nuestro cerebro?
Ibáñez recorre el mundo entrenando la mente de altos directivos que sufren estrés o ansiedad vinculados a estos trabajos. "Tenemos estrés en un momento dado. En cambio, la ansiedad aparece cuando no hay nada concreto", explica.
Puedes estar en el coche, en el supermercado o simplemente viendo la televisión en tu casa. Pero de pronto aparece como un terremoto esa "rabieta" del cerebro. "Un mecanismo cerebral ha fallado y te hace tener mucho miedo en un momento que no deberías tenerlo", cuenta la ingeniera. Según indica, esto ocurre porque el cerebro estaba en un estado de estrés sostenido en el tiempo que provoca una tensión interna.
La mente es igual que un paracaídas, solo funciona si se abre
Entrenar la mente tiene tantos beneficios que muchos de los altos directivos que entrena Ibáñez consiguen hacer lo mismo consumiendo mucha menos energía.
Uno de los ejercicios que trabaja en consulta está basado en un estudio de Harvard. Trata de ver las señales de estrés como signos de que nuestro cuerpo se hace más fuerte, se carga de energía y se prepara para enfrentar el desafío que tiene por delante.
Otro de los ejercicios, por ejemplo, trata de visualizar e imaginar, tras adoptar una postura cómoda y cerrar los ojos, que estás dentro de una burbuja de plástico transparente que tiene mucho aire dentro a una temperatura muy agradable. En el libro se explica de una manera práctica cómo puedes salir de la burbuja y llenarla de un color y aroma que te gusten y que te hace activar la percepción tridimensional de nuestro cerebro, lo que provoca un aumento de las frecuencias alpha, las de la calma.
¿Cómo se fabrica el miedo?
El miedo nos paraliza y anula nuestro sentido común, pero desgraciadamente nuestro cerebro tiene una facilidad enorme para fabricarlo. "Lo que más le importa al cerebro es mantenernos con vida, por eso tiene un radar que detecta lo que pasa alrededor. Si hay una amenaza, llama a la amígdala y le avisa de que hay una alarma. En ese momento, el cerebro bloquea la energía y se la lleva toda para el área de alerta cerebral. Así, empezamos a funcionar de manera primitiva y eso tiene unas consecuencias terribles", aclara Ibáñez.
Según cuenta en el libro, hay dos tipos de miedo básicos, el de no ser suficientes y el temor a que no nos quieran. Ambos son ancestrales. "Si no eras suficientemente bueno entre los primates con los que vivías, no sobrevivirías", cuenta. El miedo a que no te quieran proviene de nuestro nacimiento: "Si no hay nadie que nos cuide, morimos".
"Aunque no nos demos cuenta, el 95% de nuestra inconsciencia se pregunta constantemente si eres suficientemente bueno y te quieren, porque si no el cerebro entiende que estás en peligro. Por eso nos importa tanto lo que los demás opinen de nosotros", explica.
¿Cómo entrenar tu cerebro?
Existen varios ejercicios a través de los cuales podemos entrenar nuestro cerebro. Depende de cada persona, a cada uno le funcionan unas cosas u otras, pero, como aclara Ibáñez, "todos podemos ejercitarlo". A sus pacientes en MindStudio les realizan una evaluación que detecta qué áreas están dando más guerra y cuáles tienen más desarrolladas de manera natural. Así, les enseñan a consumir menos energía y trasladarla a aquellas que cuestan más.
El entrenamiento puede realizarse de diferentes maneras. Por un lado, con tecnología de neurociencia donde se utilizan electrodos para leer tus frecuencias cerebrales y trabajar con ellas. Por el otro, en función de lo que quieras conseguir, haciendo pautas concretas que sorprenden al cerebro y que le hacen empezar a funcionar de otra manera.
En el libro, la autora ofrece ejercicios específicos que ayudan a que cerebralmente cambiemos esas frecuencias dependiendo de la situación en que nos encontremos, si es por miedo, ansiedad o por baja autoestima.
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