Hace ya más de una década que Raúl Torres y Raúl Verdú fundaron PLD Space en Elche. Dos estudiantes que se conocieron en la Universidad Miguel Hernández, que compartían su pasión por la cohetería y que decidieron crear un proyecto juntos. Pero que seguramente jamás pensaron que acabarían creando una de las empresas de referencia a nivel mundial en el sector aeroespacial y que estarían tan cerca de hacer historia.
En la actualidad están ultimando los detalles para efectuar el lanzamiento del Miura 1. Se trata de un cohete que realizará un vuelo suborbital (es decir, que no llegará a la órbita) transportando a bordo un experimento científico del Centro de Tecnología Espacial Aplicada y Microgravedad de Alemania (ZARM). Pero será algo importante, porque en caso de que todo vaya según lo previsto se convertiría en el primer cohete privado de Europa.
De momento el Miura 1 ya cuenta con unos requisitos de recuperación y reutilización que sólo han alcanzado tres empresas en la industria espacial. Y su éxito implicaría que España se convertiría en el décimo país del mundo con acceso directo al espacio. Y para redondear, PLD Space llegó hace unas semanas a un acuerdo con Arianespace para unir fuerzas y "dar respuesta a la creciente demanda de servicios de lanzamiento espacial".
Aún no hay fecha para el lanzamiento, aunque está previsto que se anuncie el día exacto en septiembre. Una vez se haya establecido, se pondrán en marcha los preparativos por tercera vez. El pasado 31 de mayo hubo que posponer el lanzamiento por fuertes vientos. Y poco después, el 17 de junio, un cable que se soltó 0,25 segundos tarde provocó que se abortara en el último segundo, cuando el motor estaba encendido y la cuenta atrás en marcha.
No obstante, la empresa lo encajó con optimismo. El cohete no tenía daños de ningún tipo, así que sabían que en poco tiempo podrían volver a intentarlo de nuevo. Y a la vez eran conscientes de que ninguna compañía española había llegado tan lejos. Pudieron poner a prueba todos los sistemas y sólo un hecho aislado impidió el lanzamiento. Fue, en definitiva, un paso más en una industria en la que sólo se puede aprender a base de ensayo y error.
Pero, a pesar de su enorme importancia y significado, el Miura 1 sólo es un cohete de prueba que servirá para recabar datos para desarrollar el proyecto estrella de la empresa: el Miura 5. Se trata de un lanzador que pondrá pequeños satélites en órbita, que será tres veces más grande que su predecesor pero integrará el 70% de la tecnología del Miura 1. Su lanzamiento está previsto para 2025, y un año después iniciará su actividad comercial.
El Miura 1 se lanzará próximamente desde la base del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), en Huelva, el único punto donde pueden lanzarse cohetes desde España. Pero en cambio, el Miura 5 se lanzará desde el puerto espacial de la Guayana francesa, desde donde opera habitualmente la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés). Por poner en contexto, sólo hay tres operadores privados europeos que podrán lanzar desde allí: PLD Space y las alemanas Isar Aerospace y RFA.
Un aspecto importante es que el Miura 5 está diseñado para ser reutilizable. Y es que la primera etapa del cohete, la más grande, caerá en un área delimitada en el océano desde la que se podrá recuperar para utilizarla de nuevo el siguiente lanzamiento. Con la segunda etapa de la nave, en cambio, será imposible hacer lo mismo, porque es la encargada de llevar los satélites directamente a la órbita.
El Miura 5 realizará 15 misiones anuales. Y en cada una de ellas podrá trasladar al espacio más o menos satélites dependiendo de su peso, hasta un límite de 500 kg. Las ofertas se adaptarán a cada cliente de manera flexible, puesto que existen toda una clasificación de órbitas más o menos caras donde pueden colocarse los satélites.
Las ventanas de lanzamiento del Miura 1 se han negociado directamente con el INTA. Y en agosto ha sido imposible poner una fecha. Al menos dos leyes en materia de seguridad lo impedían, y las altas temperaturas, si bien no tienen por qué afectar directamente al cohete, no son las ideales.
En los dos intentos anteriores hasta 40 personas de PLD se trasladaron a Huelva. Y es que en los lanzamientos todo está medido al milímetro. INTA otorga una ventana de varias horas y durante ese tiempo se controla el espacio aéreo, marítimo y terrestre, incluso con barcos y drones, para garantizar la seguridad en todo momento.
Una empresa en crecimiento
PLD vive actualmente un periodo de expansión. Ya son más de 140 trabajadores, pero la búsqueda de talento les lleva cada mes a contratar entre ocho y doce personas más. Para finales del año su objetivo es haber alcanzado los 200 empleados, y cuando acabe 2024 esperan haber superado los 300. De hecho, a día de hoy en su página web tienen publicadas ofertas laborales para casi 80 plazas vacantes.
La media de edad de la empresa es muy joven. Y los perfiles que más demandan son ingenieros aeroespaciales y de telecomunicaciones, aunque también contratan muchos ingenieros industriales y eléctricos. A la vez, también están buscando a profesionales de recursos humanos y del área de operaciones y desarrollo de negocio, así como a perfiles técnicos que provienen de una formación profesional, como mecánicos, soldadores o fresadores.
La proyección de la empresa ha llevado a que muchos profesionales alicantinos y españoles que llevaban años trabajando en el extranjero puedan volver a casa para trabajar, por fin, en una empresa española de referencia en el sector. Un atractivo que ha seducido también a lo que ellos mismos llaman, cariñosamente, los "espacio trastornados": perfiles de altísima cualificación que se han unido al proyecto procedentes de empresas como Space X, Arianespace, Airbus o Indra.
Las instalaciones de la empresa se reparten en tres sedes. En el parque empresarial de Elche tienen las oficinas y el centro de producción y desarrollo del Miura 1. En Teruel cuentan con unos 150.000 metros cuadrados que utilizan como banco de ensayos para hacer los tests o las pruebas de encendido de motores. Y por último tienen la base en la sede del INTA en Huelva, desde donde lanzarán el Miura 1.
Todo esto ha permitido que PLD SPACE sea finalista en el PERTE Aeroespacial que se resolverá el próximo diciembre. De momento han obtenido la mejor calificación técnica por parte de la Mesa de Contratación y de los expertos independientes designados. La primera fase del PERTE está dotada con 1,5 millones de euros, pero si finalmente su proyecto se alza como el más competitivo podrían adjudicarles 40,5 millones de euros.
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