En medio de charlas de la NASA, de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y de las compañías más relevantes del sector aeroespacial, como Airbus, GMV o Indra, en el Small Satellites & Services International Forum (SSSIF) que se está celebrando en Málaga también ha habido tiempo para hablar de la Agencia Espacial Española (AEE). Una entidad nueva, creada en 2023, y que aún está dando sus primeros pasos. Pero que ha llegado para cambiar muchas cosas y, sobre todo, para responder a una demanda que llevaba años haciéndose en nuestro país.
Lo cierto es que a España le ha costado. Todos los grandes países europeos tenían ya agencias aeroespaciales nacionales (y muchos de los no tan grandes también) cuando nuestro país decidió ponerla en marcha. Algunas, como la de Francia, son ya auténticas potencias. Pero por fin tenemos la nuestra, y en el horizonte hay muchos retos. Empezando por aprobar una ley del espacio estatal.
El Independiente ha charlado con Álvaro Giménez Cañete, que fue delegado Especial para la Agencia Espacial Española del Gobierno, y ahora es asesor de la entidad. Con su ayuda desgranamos el funcionamiento de la agencia, sus retos y los problemas a los que se ha enfrentado en estos primeros meses de vida. Porque, aunque hasta hace poco ni siquiera contábamos con ella, Giménez asegura que ahora la gente tiene "mucha prisa" porque todo se ponga en funcionamiento.
Pregunta. ¿Por qué España necesitaba una agencia espacial?
Respuesta. Porque necesitábamos consolidar la posición de España a nivel internacional en el campo espacial, y para eso era necesario tener una voz única y una imagen única que nos defendiera. La Agencia Espacial Europea, la Comisión Europea, la NASA o cualquier otro organismo querían tener un interlocutor en España, y no había. Tenían que ir hablando con un ministerio o con otro dependiendo del tema. Por eso era algo fundamental crearla.
Luego también en el sector privado las empresas y los científicos querían coordinación para poder presentar sus proyectos a un organismo concreto y no tener que ir a diferentes ventanillas para hacer más o menos lo mismo, porque les hacía perder tiempo y oportunidades. Por eso llevaban tiempo pidiendo una agencia nacional que se encargara de eso y que tuviera una financiación pública, una evaluación única y un seguimiento.
P. La pregunta entonces es por qué se ha tardado tanto en crearla
R. En la Administración todo es complicado. Era algo que se pedía pero había que coordinarlo, y está claro que ningún ministerio quería ceder sus competencias. Por eso había que crear una nueva entidad que se encargara de todo y así no crear suspicacias. Hacer eso lleva su tiempo, y es una decisión que hay que tomar a alto nivel porque cada ministerio defendía una cosa. No es que lo hicieran mal, simplemente estaban descoordinados.
P. ¿Cómo se repartían hasta ahora las competencias espaciales en España?
R. Dependiendo del tema, pero por supuesto estaba implicado el Ministerio de Defensa, Ciencia, Transportes, Hacienda, Transición Ecológica con Aemet... Es decir, mucha gente. Ahora la agencia tiene una estructura interna, aunque todos esos ministerios están en el Consejo Rector, que es el que evalúa su funcionamiento y aprueba todas las acciones. Es decir, que los ministerios ya no hacen las actividades, pero sí vigilan para que lo que se haga sea en beneficio de todos.
P. ¿Qué presupuesto tiene la AEE? ¿Y cuántos puestos de trabajo?
R. Eso es algo que ahora se está empezando a ver. Es muy complicado porque la agencia es de reciente creación, y por lo tanto no está dentro de los Presupuestos Generales del Estado que están aprobados. Ahora que se está hablando de los nuevos veremos cómo acaba la cosa, pero de momento funciona con presupuestos que había en los ministerios adscritos a la AEE, fundamentalmente de Ciencia y Defensa. Y el personal también es de ambos ministerios, pero ahora tiene que pasar a la agencia y eso tiene sus trámites.
Entre la ESA, los programas de la Comisión Europea, el PERTE y algunos fondos nacionales... En total estaríamos hablando de unos 500 millones de euros anuales de presupuesto. Y hay unas 60 plazas para personal. Es un poco limitado todavía, habrá que ir creciendo, pero eso lleva su tiempo y la AEE es todavía muy joven. En mi experiencia poner en marcha una agencia así son unos tres años, y esta lleva menos de uno en marcha. Lo que pasa es que hemos estado décadas sin tener algo así y ahora la gente quiere correr mucho. Y no, hay que hacer las cosas bien y de acuerdo a la Administración pública.
P. En los últimos días varios medios han publicado que la mitad de la plantilla de la AEE ha dimitido por la decisión de establecer la sede en Sevilla
R. No es que dimitieran, es que no aceptaron el puesto. No había plantilla, y se habló de ocupar los huecos con personas que estaban en otros organismos para poder ir más rápido. La gente tenía derecho a aceptar o no, y algunos lo hicieron y otros no. ¿Por qué? Bueno, lógicamente cada uno tiene sus planes de vida y muchos no querían salir de Madrid.
Se han creado puestos de trabajo y ahora habrá que hacer los trámites necesarios para contratar gente, y como son puestos públicos hay que hacerlo conforme marca la ley. Era algo que nos podríamos haber saltado si más gente hubiera aceptado el trabajo. Pero cada uno tiene su corazoncito, su familia y sus compromisos. Podemos quejarnos, pero es algo que no se puede evitar. Tienen sus derechos, y se les trató bien.
Aún así, en Sevilla ya hay gente trabajando. Sobre todo en los temas de gestión, secretaría general y demás, que se han cubierto con personas que no estaban tan ligadas a Madrid y aceptaron el puesto. El resto será un proceso más lento porque esto no es una empresa privada donde puedas ofrecer el doble de sueldo. No es tan grave, se hizo así para poder ir más rápido, pero sólo se pudo hacer con la mitad de la plantilla. Aún así, la previsión es tener todos los puestos cubiertos para el segundo semestre de 2024.
P. ¿Por qué se decidió finalmente establecer la sede en Sevilla?
R. Hubo una decisión por parte del Gobierno de intentar descentralizar las organizaciones estatales para que no estuviera todo en Madrid. Entonces se hizo un concurso un concurso público, donde todas las ciudades podían presentar su candidatura y explicar qué ofrecían y en qué condiciones. Se presentaron unas 20 de toda España, y un comité las analizó todas y decidió que la propuesta de Sevilla era muy buena, tenía mucho apoyo local de su industria y respaldo importante de la Junta de Andalucía.
Y ya está, la verdad que una vez que se decidió no hubo mucha discusión. Habría sido más fácil haberla puesto en Madrid, y sin duda más barato, pero hay que entender que no lo podemos tener todo en la capital. Y al final es una agencia estatal, va a funcionar para toda España igual.
P. La agencia no tiene director. ¿Cuándo se elegirá uno?
R. Quizás se tenía que haber comenzado antes ese proceso, pero como en todas las agencias estatales hay un comité seleccionador, nombrado por el Consejo Rector, que hace una selección dentro de la gente que se presenta, evalúa a todos los candidatos y selecciona a una terna de tres personas. Y luego se vota.
Es importante que haya ese proceso de selección. Creo que es un método bueno, claro y transparente. Y en este momento además es importante porque la agencia está empezando y se necesita a gente que sea muy próxima al sector. La convocatoria para presentar la candidatura se cerró hace dos días, y ahora empieza el proceso de selección, que creo que tardará alrededor de un mes y medio. Pero vamos, no soy adivino, eso lo tendrá que hacer el comité, que es independiente. Lo que pasa es que todos queremos que lo hagan lo antes posible para tener al primer director nombrado formalmente de la AEE.
P. A largo plazo, ¿cuáles son los grandes objetivos?
R. En mi opinión, porque yo te hablo como asesor, la agencia se tiene que consolidar y tener una estructura, pero con el objetivo de mejorar nuestra contribución en programas europeos a través de la ESA y que se incremente ese presupuesto. Y también tenemos que tener un Plan Nacional sólido, que no tenemos ahora mismo y que nos permita programar misiones nacionales y bilaterales con otros países. Porque la ESA está muy bien, pero allí nosotros sólo somos el 7% y así es difícil liderar.
P. Y de momento, ¿qué se ha conseguido en este primer año?
R. Mucho. Primero, que la agencia exista y aparezca en el BOE con unos estatutos aprobados. Luego que se haya aprobado la sede en Sevilla, y que ya haya un edificio allí donde la gente esté trabajando. Poner en marcha todo esto parece fácil pero lleva mucho tiempo.
¿Qué falta? Tener un presupuesto mejor y consolidado y cerrar el tema de las contrataciones. Pero fuera de España ya se ha conseguido el reconocimiento de los organismos internacionales, y muchos países nos han pedido directamente acuerdos y convenios. Cuentan con la agencia, y por tanto con España. Por eso, sin ir más lejos, el año pasado invitaron a España por primera vez al G-20 del espacio, algo que nunca había pasado. Y el administrador de la NASA visitó la sede de la agencia y nos dijo que está interesado en expandir y desarrollar las estaciones de seguimiento que tienen aquí. Hacer todo esto en meses... Yo creo que es un éxito.
P. ¿En que punto está la ley del espacio y que debería recoger?
R. Es un tema importante. Pero hay que recordar que se está tramitando una ley europea del espacio, y no podemos hacer una ley española que sea inconsistente con la norma de Europa. Aunque por supuesto tendremos que vigilar nuestros intereses propios. Es algo que habrá que hacer y que está en marcha. La agencia tendrá un papel importante en el contenido, aunque luego la ley como tal, obviamente, es una cuestión política.
A grandes rasgos lo que debería regular esa ley es una serie de aspectos de lanzamiento. Cuándo tienes acceso al espacio, cuestiones de seguridad, cuestiones de seguros y de quién paga si haces daño a terceros... Luego también temas de regulación de propiedad de los sitios a los que vas, que es algo muy conflictivo. Y cuestiones como regular la basura espacial. Lo que pasa es que todo eso se aplicará en España, pero en el resto de países no. Entonces hay que ver cómo se hace para no quitarle competitividad a nuestra industria.
P. ¿Y el Plan Nacional del espacio?
R. Bueno la ley es una norma regulatoria. Pero el Plan Nacional es financiación. Es dinero para unos objetivos. Tú tienes una estrategia que quieres seguir en el espacio y entonces hay unos fondos públicos para financiar proyectos actividades en esa línea. Y esos proyectos obviamente tendrán que cumplir la ley.
P. ¿La agencia servirá para retener el talento español?
R. Espero que sí, pero el talento no se retiene en la agencia. Se retiene en las empresas, en las universidades y en los sitios donde se ejecutan los proyectos. Al final la agencia se encarga de la gestión, aunque al ser un organismo financiador puede fomentar que las empresas, las universidades y los centros de investigación tengan más proyectos y retengan talento, porque que la gente se vaya fuera es un problema.
Em general es un problema en toda Europa, porque porque ha aumentado la actividad espacial y no tenemos tantos buenos ingenieros. Pero como encima en Europa pagan mejor que en España, nuestro problema como país aumenta. Los ingenieros españoles tienen muy buena formación y son muy reconocidos. En Alemania van a por ellos, y es normal. Y últimamente encima les ofrecen teletrabajar. ¿Cómo compites con eso?
Tenemos que hacer esfuerzos para que esta gente pueda hacer proyectos aquí. Pero nosotros también somos europeos, así que los españoles que están trabajando en la ESA en Alemania o Francia también serán buenos para nosotros. Hay que irse acostumbrando, pero evidentemente necesitamos ir formando a más gente, y en eso la agencia tiene que ayudar. Además, también hay que hacer este sector más atractivo para las mujeres, no podemos desaprovecharlas porque en el espacio no hay paro, necesitamos gente.
P. ¿Qué tipo de relación tendrá la AEE con la ESA, la NASA y el resto de agencias nacionales como la rusa, la japonesa o la india?
R. Con la ESA es distinto porque España es un país miembro de la agencia, y de hecho tenemos a un vicepresidente español allí. Luego, tanto a nivel español como europeo nuestra cooperación tradicional es con la NASA, por idioma, procedimientos, forma de trabajar, cultura, ingeniería... A partir de ahí con el resto es más difícil colaborar, y hay que ver también en cuántos sitios nos podemos meter, algo que dependerá de la financiación.
Aún así, hay que aprovechar las relaciones bilaterales, y en eso estamos. Tenemos una cierta relación con Japón, y con India se está empezando porque ahora se han interesado. Pero hasta ahora ha sido muy cerrados, porque han querido ser siempre autosuficientes. Con China no es muy amplia porque ellos prefieren hablar con un organismo más grande, como la ESA. Y con los rusos qué te voy a contar, hemos colaborado con ellos pero con la guerra no podemos ahora. Es una situación incómoda, porque tienen muy buenos científicos y técnicos.
P. La AEE ha firmado los Acuerdos de Artemisa con la NASA, que también han suscrito otros 20 países.
R. Es bueno estar ahí, en el lado de los que tienen esa visión. Pero otra cosa es cómo lo implementamos, porque lo que se ha firmado son sólo unos protocolos de actuación de transparencia y de cumplir ciertas normas cuando hagamos misiones a la Luna o a Marte. Pero el segundo paso es cómo participar en los proyectos concretos, y eso hay que mirarlo y analizarlo, porque esas cosas ya cuestan dinero. Cuando tengamos un Plan Nacional podremos tener esas discusiones.
P. La última. En un futuro a muy largo plazo, ¿puede llegar a ser factible que la agencia española lance grandes misiones espaciales, tripuladas o de exploración? ¿O iremos siempre de la mano de la ESA?
R. Creo que no vale la pena meterse ahí. La ESA se inventó para hacer juntos lo que no podemos hacer separados. Hay cosas que ni siquiera Francia o Alemania pueden hacer, ¿y lo va a hacer España? Además, no tiene sentido que invirtamos tanto en una infraestructura que sólo nos permitiría hacer misiones, pongamos, cada 20 años. No es rentable.
Al unirnos con otros países contribuimos todos con un porcentaje y podemos avanzar. Ir por libre se lo pueden permitir países como Estados Unidos o China, que tienen otro tamaño. Pero Europa no es tan grande, y España menos. Por eso tenemos que ver cómo colaboramos, y creo que así está bien porque hemos avanzado mucho juntos. Hay que seguir en esa línea, sin olvidarnos de trabajar también con países de fuera de Europa.
Piensa que de momento la ESA no ha podido lanzar misiones tripuladas. Es algo que se está hablando ahora, porque quieren hacerlo, pero hasta el momento no han sido capaces a pesar de contar con tantos países. Por eso sería innecesario, tenemos que ir con nuestros socios.
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