El nuevo cohete europeo Ariane 6 despegó la tarde de este martes desde el puerto espacial de Kurú a las 16.00 horas (19.00 horas GMT) en su vuelo inaugural, con el que Europa recuperar su autonomía de lanzamiento al espacio.
Esta primera misión servirá para probar el lanzador, que además transporta varios minisatélites y experimentos, dos de ellos españoles: el dispensador de satélites RAMI, de la empresa gallega UARX Space, y un cubesat de la Universidad Politécnica de Cataluña, además del experimento CURIE de la Nasa, entre otros.
El primer vuelo de Ariane 6 comenzó cumpliendo con lo previsto y el cohete salió hacia el cielo soleado de Kurú, azul y salpicado de algunas nubes, lo que permitió ver su trayectoria durante bastante tiempo.
El despegue se produjo una hora más tarde de lo previsto, un retraso comunicado por la Agencia Espacial Europea (ESA) horas antes debido a un "problema menor" que fue resuelto.
El director general de la ESA, Josef Aschbacher, señaló minutos antes del lanzamiento desde Kurú, que hoy “es un momento muy histórico. Estamos reestableciendo el acceso independiente de Europa al espacio”.
La misión durará 2 horas 45 minutos. Una hora y seis minutos tras el despegue, y en tres oleadas, pondrá en órbita los satélites y experimentos que le acompañan y no será hasta casi el final cuando se separen dos cápsulas experimentales de reentrada.
Ariane 6, con el que se abre una nueva era de transporte espacial europeo autónomo, centra su diseño en la versatilidad y la modularidad, que le permite adaptarse a las necesidades de misiones con cargas múltiples y con un objetivo de reducción de costes del 40 % ante su predecesor, Ariane 5.
Entre sus principales innovaciones, el motor de la etapa superior, Vinci, que se puede reiniciar hasta cuatro veces y permite situar cargas en diferentes órbitas o planos para formar constelaciones de satélites, un mercado en alza y con cada vez más competencia.
El encendido final puede sacar de órbita la etapa superior, como se hará hoy, para que desaparezca en la atmósfera terrestre, reduciendo la basura espacial, cunado se complete esa etapa la misión habrá terminado.
Lanzar sin depender de nadie
Este despegue devuelve a Europa su capacidad de lanzar al espacio de forma autónoma, que perdió tras el fin de los vuelos de Ariane 5, hace ahora un año. El cohete Vega C tampoco despega desde que en 2022 fracasara en su primera misión comercial.
La interrupción de la colaboración con la agencia espacial rusa Roscosmos en 2020, por la guerra de Ucrania, hizo que Europa dejara de usar los Soyuz, con los que contaba para cubrir el periodo de transición si Ariane 6 no estaba listo en el plazo previsto. A final el retraso fue de cuatro años.
Esa crisis de lanzadores llevó a la ESA a recurrir a la estadounidense SpaceX para enviar al espacio algunas de sus misiones institucionales.
Ariane 6 cuenta con la participación de 13 países de la ESA, como España (4,7 %); Francia (55,6 %), Alemania (20,8 %) o Italia (7,7 %) y la implicación de unas 600 empresas europeas, entre ellas varias españolas.
Con un diseño más modular, puede lanzar cargas pesadas y ligeras para la observación de la Tierra, telecomunicaciones, meteorología o la ciencia, en misiones tanto institucionales como comerciales.
Para ello tiene dos versiones; la que se lanzó hoy, que es la A62 con dos propulsores y 56 metros de altura; y la A64, que empezará a volar el año próximo y es para cargas más pesadas o destinos más lejanos, tiene cuatro propulsores y 62 metros de altura.
17 'pasajeros', dos españoles
El lanzador partió con 17 'pasajeros' de nueve países y docenas de organizaciones, desde cubesat a dipensadores de satélites, experimentos, como CURIE, que medirá las ondas de radio procedentes del sol, y dos cápsulas de reentrada.
Para el dispensador de satélites RAMI, realizado en Nigrán (Pontevedra) y capaz de albergar cubesat que superan las dimensiones estándar, este es también su primer vuelo.
El minisatélite 3Cat-4 lo han hecho estudiantes de la Universidad Politécnica de Cataluña y, entre otras funciones, se dedicará a medir diversos fenómenos climáticos y meteorológicos desde el espacio.
Este primer lanzamiento está bajo responsabilidad de la ESA, después Arianespace proveerá los servicios, con un segundo vuelo previsto para finales de año.
Hasta el momento hay reservados 30 lanzamientos hasta 2027, de ellos 18 para el despliegue de la constelación de internet satelital Kuiper de Amazón, y también se usará para satélites del sistema europeo de posicionamiento Galileo.
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