El espacio ha inquietado y asombrado a la humanidad a partes iguales. Y mucho tiempo tuvo que pasar para que ese interés a lo desconocido nos descubriera lo que nos tenía preparados. Esto comenzó con la llamada carrera espacial, la competencia por la conquista del espacio exterior que tuvo lugar entre Estados Unidos y la Unión Soviética.

Todo eso hizo por renacer el espíritu original de mirar hacia el cielo. Conocer más acerca del espacio que nos rodea para aprender más de nosotros mismos... a pesar de que la falta de rivalidades haya quitado el impulso político y, sobre todo, los grandes presupuestos que requieren las misiones espaciales.

John McFall es el primer astronauta con discapacidad física que viajará para abordar una misión espacial

Una carrera espacial que comenzó durante la Guerra Fría, permitiendo que un humano viajara al espacio por primera vez en la historia. Fue el ruso Yuri Gagarin en 1961. Dejar nuestras huellas en la Luna llegaría no mucho después, en 1969. Y ahora, en 2024, John McFall se prepara para ser el primero en llegar al espacio con una dispacidad física.

Desde entonces, mucho han cambiado las cosas. Porque es ese descubrimiento el que requirió de grandes avances en todas las áreas de la ciencia y la tecnología. Muchos de los cuales habrían sido impensables de no haber existido ese campo de batalla virtual, por entonces entre Washington y Moscú.

En la actualidad, sin embargo, hemos sido testigos de otros muchos sucesos más allá del espacio y las estrellas. Por ejemplo, el de Rover, el vehículo explorador que se posaba sobre la superficie de Marte en 2021 después de ocho meses de viaje. El robot explorador, junto con un pequeño helicóptero llamado Ingenuity, formaba parte de la misión Mars 2020, con la que la NASA pretendía ahondar en la búsqueda de indicios de vida en el planeta rojo.

Tras este y otros logros, el universo del espacio de por medio, nos dio a conocer a John McFall. Él es el primer astronauta con discapacidad física que está en vísperas de viajar más allá de la tierra para abordar una misión espacial.

El parastronauta John McFall compitió en los Juegos Paralímpicos de 2008 con medalla de bronce incluida

Y más allá de esta diversidad funcional, el inglés no es un hombre cualquiera. Caracterizado como un joven deportista, McFall perdió su pierna derecha en un accidente de moto cuando tenía 19 años, algo que no le impidió volver a aprender a correr de nuevo.

John McFall muestra cómo funciona su prótesis de pierna en un entorno ingrávido /ESA
John McFall muestra cómo funciona su prótesis de pierna en un entorno ingrávido /ESA

De hecho, John McFall, parastronauta enrolado en la Agencia Espacial Europea, es hoy en día un exvelocista paralímpico británico y cirujano especializado en traumatología y ortopedia. Fue elegido en noviembre de 2016 junto con otras 16 personas sin discapacidad como candidatas a futuras misiones espaciales de la agencia. Desde entonces, trabaja con diseñadores e ingenieros en adaptaciones a la infraestructura necesaria para viajar al espacio.

"Creo que puedo aportar la idea inspiradora de que la ciencia es accesible a todos"

El británico busca derribar barreras y estigmas asociados a las discapacidades, promoviendo una democratización del acceso al espacio, según explica Daniel Neuenschwander, director de exploración humana y robótica de la ESA.

John McFall, como parastronauta, participa en formaciones de supervivencia en condiciones extremas y entrenamientos específicos para astronautas. Durante estos entrenamientos ha demostrado su capacidad para evacuar de urgencia la nave espacial y participar en procedimientos críticos en ingravidez. Además, ha comprobado que puede usar sin problema las máquinas de ejercicio físico de la estación, necesarias para proteger el cuerpo de los efectos de la microgravedad.

Participa en formaciones de supervivencia en condiciones extremas y entrenamientos específicos para astronautas

Con su experiencia como atleta paralímpico y su formación médica, McFall es un candidato ideal para enfrentar los desafíos del espacio. Su participación en este programa es una oportunidad para inspirar a personas con discapacidades a perseguir sus sueños sin límites. "Quiero demostrar que no hay barreras infranqueables", dice McFall. "La exploración espacial debe ser inclusiva y representar a toda la humanidad".

El inglés consiguió la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de 2008 en los 100 metros listos /COI
El inglés consiguió la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de 2008 en los 100 metros listos /COI

Para el parastronauta John McFall, la discapacidad tampoco fue un impedimento a la hora de practicar un deporte. Y hacerlo con éxito como corredor de velocidad.

Se dedicó al atletismo y representó a su país en distintas competiciones. Entre ellas se destacan los Juegos Paralímpicos de Beijing 2008, competición en la que obtuvo la medalla de bronce en los 100 metros lisos. Además, fue campeón mundial paralímpico en los 200 metros y subcampeón en los 100 metros en 2007, como destaca el sitio web de la ESA.

"Creo que puedo aportar la idea inspiradora de que la ciencia es accesible a todos. Con mis amplios conocimientos científicos y mi experiencia, me siento obligado a intentar y ayudar a la Agencia Espacial Europea a responder a esta pregunta: ¿puede alguien con una discapacidad física hacer un trabajo significativo en el espacio?", explicó.

Un 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad

Con la ayuda del deportista, la Agencia Espacial Europea estudiará que aspectos necesitan ser modificados y adaptados para un astronauta con limitaciones físicas. "Esto es muy importante para nosotros", declara el director de Exploración Humana y Robótica de la ESA, David Parker.

"Por supuesto, ser astronauta es algo muy exclusivo, pero tener una discapacidad no debe ser motivo de descarte", añade a la vez que señala que según datos de la Organización Mundial de la Salud, la OMS, alrededor de un 15% de la población mundial vive con algún tipo de discapacidad. 

El plan trazado es que McFall también pueda viajar a la ISS a bordo de una cápsula Dragon, fabricada por la empresa SpaceX de Elon Musk. La idea es que pueda pasar allí seis meses realizando experimentos antes de regresar a la Tierra, pero todavía es un proyecto sin fecha ni presupuesto fijado.