Según la tradición, la planta de Pascua es un adorno casi que imprescindible para todo amante de la botánica durante los meses de diciembre y enero. Esta flor de hojas rojas tiene fama por sus colores vivos (rojo y verde), que se asemejan mucho a la percepción que tenemos de las festividades navideñas. Pero, también, tiene fama de ser efímera y complicada de cuidar. Es casi una flora de paso, que necesita de unos cuidados específicos para mantenerse viva el mayor tiempo posible.
¿Qué es una flor de Pascua?
Originaria de México, la flor de Pascua, también conocida como poinsettia o Euphorbia pulcherrima, es una planta tropical utilizada frecuentemente en jardinería como arbusto aunque, durante las fechas cercanas a la Navidad, es considerada una planta de interior.
Su aparente popularidad la ha convertido en un símbolo de tradición navideña, regalándosela a un ser querido como muestra de amor. Un regalo sencillo pero íntimo, cuya presencia puede generar una sensación de calma y de bienestar emocional gracias a la mejora en el aire que respiramos. Por ello, cuidar una flor de Pascua requiere de tiempo y de paciencia y un arduo trabajo que, sin embargo, se verá recompensado con una bonita planta que otorgará a nuestros hogares un ambiente acogedor y elegante.
Luz natural y riego moderado: tus mejores aliados
Esta frágil flor muere, casi siempre, por nuestra culpa. El desconocimiento que se tiene de sus cuidados hace que, en muchas ocasiones, esta planta no sobreviva mucho después de las navidades. Si queremos que esto no ocurra, debemos ser parte del cambio.
Como con casi todas las plantas, es necesario que a la flor de Pascua tenga una fuente cercana de luz natural pero, ojo, debemos evitar que a nuestra pequeña amiga le de la luz directa del sol, pues puede quemar sus débiles hojas, desgastando su intenso color rojo por un apagado y marchito marrón.
De la misma forma, la poinsettia no tolera el exceso de agua. Riégala sólo cuando la tierra esté seca al tacto y con mucho cuidado, pues la flor de Pascua se ahoga fácilmente. De la misma manera, la maceta sobre la que debe descansar esta flor ha de tener un buen drenaje para evitar su encharcamiento.
Humedad ambiental y poda tras las fiestas
Sin embargo, si el ambiente es seco (como suele ocurrir en invierno al tener la calefacción conectada), nuestra flor de Pascua deberá tener un recipiente con agua cerca, y sus hojas habrán de ser ligeramente pulverizadas para que no se sequen.
Por ello, a esta planta le va bien la humedad ambiental. Su temperatura óptima será entre los 16 grados durante la noche y los 22 grados durante el día. Pero, pese a su fragilidad, esta planta es muy fuerte, pudiendo resistir heladas de hasta -2 grados.
Con esto, nuestra planta podrá sobrevivir varios meses tras las fiestas navideñas e, incluso, puede llegar a conocer las del año venidero. Pero, para ello, debemos darle un empujoncito y, una vez sus hojas rojas se caigan tras el paso de temporada, habrá que podarla dejando los tallos a unos 10 cm.
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