El Centro Espacial de Canarias (CEC), ubicado en el municipio de Maspalomas de la isla de Gran Canaria, depende a día de hoy directamente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), un organismo adscrito al Ministerio de Defensa. Pero no fue siempre así. Su entorno privilegiado, en medio del océano Atlántico, llamó la atención muy pronto, en una época en la que Estados Unidos y la URSS estaban librando una auténtica carrera espacial.

En 1960 la NASA, que se había fundado apenas dos años antes, firmó un acuerdo con el Gobierno de España para construir una estación de seguimiento espacial que apoyara al proyecto Mercury, que acabaría convirtiéndose en el primer programa tripulado de la historia de Estados Unidos. La estación entró en funcionamiento un año después para prestar ayuda a la misión nº 4 de Mercury, que consistía en que una cápsula sin tripulante diera la vuelta a la Tierra.

Por aquel entonces el centro de Maspalomas estaba totalmente operado por técnicos norteamericanos elegidos por la NASA. "En aquella época, Maspalomas era como una isla americana dentro de Gran Canaria. Vivíamos aislados. Todo se traía de Estados Unidos", relató a EFE Valeriano Claros-Guerra, que fue representante de la Agencia Espacial Europea (ESA) en España entre 1989 y 2004, y trabajó en el CEC bajo los mandos de la NASA. Desde la tecnología hasta la máquina de café, todo estaba al gusto de los estadounidenses.

Con el paso de los años se fue incorporando personal español. Y entre todos, trabajaron codo a codo en otros programas importantes para la NASA, como Gemini, heredero de Mercury. En Canarias se escucharon las primeras palabras del astronauta John Glenn, que confirmaban que estaba bien después de haber alcanzado la órbita terrestre en 1962, un año después de que Yuri Gagarin hiciera lo propio.

Pero, sin duda, su punto álgido llegó con el programa Apolo, gracias al cual el país americano consiguió, por primera vez en la historia, llevar a un grupo de astronautas comandados por Neil Armstrong a la superficie de la Luna en 1969. Desde Canarias se controlaron datos clave de la nave del Apolo 11 de Armstrong.

Durante un rato, incluso, la NASA se tuvo que comunicar con los astronautas a través de la estación canaria desde Houston por algunos fallos en las conexiones. Maspalomas también recibió información de las constantes vitales de los tripulantes de la nave, y registró cómo Michael Collins, que se quedó en en el espacio orbitando la Luna, informaba de que el alunizaje de sus compañeros había sido exitoso.

Además, la NASA instaló allí un observatorio solar para estudiar si la radiación podía afectar a los astronautas de manera grave durante la misión. Y desde Maspalomas se detectó una desviación de 0,22 grados en el cohete, que los tripulantes tuvieron que corregir para garantizar el éxito del alunizaje.

Años después, los tres astronautas que participaron en la misión del Apolo 11 visitaron Canarias junto a sus familias. Neil Armstromg, Buzz Aldrin y Michael Collins se hospedaron en el Hotel Riu Palace Oasis y realizaron algunas excursiones en yate, así como paseos en camello, sesiones de helioterapia y partidos de golf. La participación de la isla en un acontecimiento como este, justo antes de que comenzara a desarrollarse turísticamente, todavía se recuerda.

Los seres humanos no hemos vuelto a pisar la Luna desde 1972, con la última misión del programa Apolo, aunque la NASA planea volver pronto con Artemis, que podría suponer la reactivación de la carrera espacial. "El CEC fue el primer centro de estas características instalado en Europa y uno de los pocos lugares del mundo donde se dio soporte a la carrera espacial americana", señaló la consejera de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, Inés Jiménez, durante un evento conmemorativo celebrado en 2019 por el 50 aniversario de la misión del Apolo 11.

La segunda vida del CEC

Con el tiempo, la URSS y Estados Unidos perdieron interés en la carrera espacial, y la NASA acabó marchándose de Canarias. En 1975 el INTA se hizo con el CEC, una fecha de la que se cumplen 50 años en este 2025, motivo por el cual se están preparando algunos actos conmemorativos, según Maspalomas24H.

Bajo los mandos del INTA, el CEC comenzó a prestar servicio a la Agencia Espacial Europea y a otras agencias espaciales internacionales, como el programa de rescate por satélite Cospas-Sarsat. Actualmente trabaja en servicios públicos para el Gobierno de España y, a la vez, compite en el mercado internacional de servicios terrestres del espacio con un "reconocido prestigio internacional".

Desde el ITA explican que "el CEC es un centro multifunción de 20 hectáreas equipado tecnológicamente para suministrar servicios de telemando, telemedida y seguimiento de vehículos espaciales, así como para la monitorización y control, calibración de medida y determinación orbital, adquisición, procesado y archivo de datos e imágenes de Observación de la Tierra y soporte a misiones espaciales internacionales".

Para operar la estación, el INTA cuenta con la ayuda de Isdefe (Ingeniería de Sistemas para la Defensa de España S.A.), que presta servicios de ingeniería y consultoría mediante la operación y mantenimiento del Centro Espacial donde se da servicio a agencias espaciales internacionales como ESA, la Agencia de Exploración Aeroespacial japonesa (JAXA) y operadores de satélites como EUMESAT, Hispasat e Hisdesat.