La Sima del Elefante, en el yacimiento de Atapuerca, en Burgos, albergaba otra pista clave de la llegada de los humanos a Europa. El hallazgo que se dio a conocer en 2022, se trata de un fragmento de hueso de la cara de una humano, pero ahora llega a la revista Nature para dar cuenta de las investigaciones realizadas sobre la valiosa pieza. Se trata del fósil ATE7-1, descubierto en el nivel TE7 de la Sima del Elefante (Sierra de Atapuerca, Burgos), ha sido identificado como el rostro humano más antiguo conocido de Europa Occidental, con una antigüedad estimada entre 1,1 y 1,4 millones de años.
La importancia de este fósil radica en que ayuda a comprender mejor la expansión de nuestra especie por el planeta. En concreto, en el viaje de los primeros pobladores desde África a Europa. Según la doctora Rosa Huguet, investigadora principal del estudio y miembro del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), "este fósil no sólo nos permite conocer la morfología facial de los primeros europeos, sino que también amplía nuestro conocimiento sobre la historia evolutiva de nuestros ancestros en Europa y las raíces de Homo antecessor".
ATE7-1 es una parte sustancial del maxilar y el hueso cigomático del lado izquierdo de un individuo adulto. Presenta rasgos primitivos dentro del clado Homo, sin exhibir la apariencia moderna de Homo antecessor. En particular, ATE7-1 muestra una morfología más derivada en la región nasoalveolar en comparación con otros homínidos contemporáneos.
El fósil, al que han apodado Pink, no pertenece a Homo antecessor, sino que ha sido provisionalmente catalogado como Homo affinis erectus. Affinis, por su semejanza. "Homo antecessor comparte con Homo sapiens una cara más moderna con una estructura nasal prominente, mientras que los rasgos faciales de ATE7-1 son más primitivos, asemejándose a los de Homo erectus, con una estructura nasal plana y poco desarrollada", explica María Martinón-Torres, directora del CENIEH.
El hallazgo podría indicar que Europa occidental estuvo poblada por, al menos, dos especies de homínidos durante el Pleistoceno inferior: Homo affinis erectus y, más tarde, Homo antecessor. Los investigadores han propuesto asignar este fósil a Homo aff. erectus. Sin embargo, advierten que aún no se puede realizar una clasificación definitiva. "La evidencia disponible es insuficiente para una determinación taxonómica concluyente, por lo que la designación Homo affinis erectus reconoce las similitudes con Homo erectus sin descartar que pueda pertenecer a otra especie aún no identificada", señaló Martinón-Torres.
Este hallazgo refuerza la teoría de que Europa Occidental fue habitada por al menos dos especies diferentes de Homo durante el Pleistoceno temprano: Homo aff. erectus y, más tarde, Homo antecessor. Se abre la posibilidad de que ambas especies coexistieran en algún momento o que Homo affinis erectus desapareciera antes de la llegada de antecessor. El Dr. José María Bermúdez de Castro, co-director del Proyecto Atapuerca y coautor del estudio, destacó: "Este descubrimiento marca un nuevo hito en nuestra comprensión del poblamiento humano temprano en Europa."
Por su parte, Juan Manuel Jiménez Arenas, director del ProyectORCE y profesor del departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, destaca del descubrimiento que se trata de la primera cara de un individuo adulto que se encuentra en el Pleistoceno Inferior de Europa. “La otra faz conocida, la que apareció en la Gran Dolina en Atapuerca y que adquiere gran protagonismo en el estudio comparativo, perteneció a una chica de entre 9 y 11 años de edad. Y los individuos infantiles presentan rasgos diferentes respecto a los adultos. Sobre todo, si nos detenemos minuciosamente en los detalles. Esperemos que en el futuro aparezca una cara completamente adulta en la Gran Dolina o una infantil en la Sima del Elefante y se puedan comparar individuos en el mismo estado de desarrollo” afirma en del declaraciones del Science Media Centre de España (SMC).
El nivel TE7, donde se descubrió Pink, también ha proporcionado herramientas de piedra y restos de fauna con marcas de procesamiento humano, lo que sugiere la presencia activa de homínidos en la zona. El análisis paleoecológico sugiere que el paisaje en la Sierra de Atapuerca durante el Pleistoceno temprano era una combinación de áreas boscosas húmedas y pastizales con cursos de agua estacionales, proporcionando un hábitat rico en recursos.
Situar al Homo erectus en el continente europeo en una cronología anterior al millón de años “es relevante, porque antes de este descubrimiento los restos humanos encontrados en Europa en cronologías anteriores al millón de año no eran completamente diagnósticos en cuanto a una identificación taxonómica precisa. De este modo, este estudio permite poner cara a los homínidos que habitaron la Sierra de Atapuerca hace más de un millón de años y saber quiénes fabricaron las herramientas de piedra y comieron los animales presentes en el yacimiento”, asegura José Yravedra Sainz de los Terreros, catedrático del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad Complutense de Madrid al SMC.
Los investigadores esperan que futuros hallazgos en la Sima del Elefante y otros yacimientos europeos ayuden a precisar la clasificación taxonómica de Pinkn y a comprender mejor la dinámica del poblamiento de Europa Occidental. "Este descubrimiento no solo aporta respuestas, sino que también genera nuevas preguntas sobre la diversidad de los homínidos en Europa y su evolución a lo largo del tiempo", concluye Huguet.
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