Los rituales ancestrales celestiales de los solsticios y equinoccios han despertado el interés ente las distintas generaciones. Son términos comunes, pero con definiciones oscurecidas por mitos y conceptos erróneos. Para entender su diferencia fundamental, es necesario conocer cuáles son los conceptos básicos de astronomía y reconocer así su impacto en el planeta.

La discrepancia principal entre solsticios y equinoccios se produce debido a la inclinación del eje terrestre- está inclinado a un ángulo de 23.5 grados respecto a su órbita alrededor del Sol.

Qué es un solsticio

Un solsticio, del latín solstitium (sol detenido), marca los días más largos y más cortos del año. Esto sucede cuando el Sol está en su punto más alto o más bajo en el cielo al mediodía, marcando la posición más septentrional o meridional del año. Esto sucede en junio y diciembre, específicamente alrededor del 21 de junio y 21 de diciembre. Estos eventos astronómicos afectan nuestra vida diaria de formas que a menudo pasamos por alto. Los solsticios marcan, tradicionalmente, los cambios de verano a invierno y viceversa, definiendo nuestras estaciones climáticas. Además, influencian en los ciclos de crecimiento de las plantas, los patrones de migración de los animales y las costumbres humanas

Qué es un equinoccio

Por otro lado, la palabra equinoccio viene del latín aequinoctium (noche igual). Es un momento del año en el cual el día y la noche tienen, prácticamente, la misma duración. Esto se debe a que el Sol está directamente sobre el ecuador de la Tierra, lo que provoca que ambos hemisferios reciban la misma cantidad de luz solar. Los equinoccios ocurren dos veces al año, en marzo y septiembre, alrededor del 20 y 23 del mes, respectivamente. En el hemisferio norte, el equinoccio de marzo señala el cambio del invierno a la primavera, incitando el florecimiento de las flores y al aumento de la luz natural durante el día. De lo contrario, en el hemisferio sur este mismo acontecimiento indica el comienzo del otoño, con días más breves y temperaturas más frías.

Cabe destacar que los equinoccios tienen su importancia cultural y religiosa. En numerosas culturas, este evento celeste es un símbolo de equilibrio y renovación. El equinoccio de primavera, por ejemplo, está asociado con la Semana Santa y el Año Nuevo Persa.

En conclusión, los solsticios y equinoccios son eventos astronómicos cuyo significado cobra vida cuando entendemos su impacto en nuestro planeta y nuestras vidas. Aunque su frecuencia es constante, su influencia en los ciclos de la naturaleza, la cultura y la religión sigue siendo tan relevante hoy en día como lo era en las antiguas civilizaciones. La magia de estos eventos está disponible para todos, simplemente mirando al cielo y comprendiendo el maravilloso reloj del universo que nos recuerda el paso de las estaciones. Al marcar estos hitos celestiales, somos testigos de la danza planetaria de nuestra Tierra con el Sol, un baile que ha estado ocurriendo durante miles de millones de años.