Una investigación publicada en la revista Ecology and Evolution demuestra que los lobos pueden mostrar apego hacia los humanos como los perros, según una investigación de la Universidad de Estocolmo de Suecia.
Los resultados de la investigación ponen de relieve que los lobos distinguen entre una persona conocida y sobre la que han labrado una relación y otra que es desconocida. A esta conclusión llegaron los científicos de la Universidad de Estocolmo tras realizar pruebas de comportamiento entre 10 lobos y 12 perros. Durante los test los lobos discriminaron espontáneamente entre una persona familiar y un extraño de la misma forma que hicieron los perros, y mostraron más comportamientos de búsqueda de proximidad y afiliación hacia la persona familiar.
En el estudio pudieron comprobar que la presencia del humano conocido en una situación de estrés social afectaba positivamente calmando a los cánidos salvajes.
Por qué es relevante. La teoría predominante en la evolución de la relación entre humanos y perros es la hipótesis que mantiene que las habilidades necesarias para formar un apego con los humanos surgieron en los perros solo después de que los humanos los domesticaron hace más de 15.000 años.
“Sentimos que era necesario probar esto a fondo”, afirma la etóloga Christina Hansen Wheat, PhD en Etología de la Universidad de Estocolmo, Suecia. “Era apropiado considerar la idea de que si existe una variación en el comportamiento de apego dirigido por humanos en los lobos, este comportamiento podría haber sido un objetivo potencial para las presiones selectivas tempranas ejercidas durante la domesticación del perro.."
Hansen Wheat y su equipo criaron cachorros de lobo y perro a partir de los 10 días de edad y los sometieron a varias pruebas de comportamiento. En una de esas pruebas, una persona familiar y un extraño se turnan para entrar y salir de una sala de pruebas para crear una situación un tanto extraña y estresante para el animal. La teoría detrás de la prueba, desarrollada originalmente para evaluar el apego en bebés humanos, es que al crear este ambiente inestable, se estimularán los comportamientos de apego, como la búsqueda de proximidad.
Lo que los investigadores buscaban en esta Prueba de Situación Extraña era si los lobos y los perros podían discriminar entre la persona familiar y la extraña. Es decir, mostraban más cariño, y pasaban más tiempo saludando y en contacto físico con la persona familiar que con la desconocida. Si los lobos y los perros lo hicieran por igual, esto indicaría que esta habilidad no es exclusiva de los perros, es decir, no ha evolucionado específicamente en los perros.
“Eso fue exactamente lo que vimos. Estaba muy claro que los lobos, como los perros, preferían a la persona familiar sobre la extraña”, asegura la etóloga. Hansen Wheat agrega que las similitudes entre perros y lobos pueden decirnos algo sobre el origen del comportamiento que vemos en nuestros perros. Y, si bien puede ser una sorpresa para algunos que los lobos puedan conectarse con una persona de esta manera, ella dice que, en retrospectiva, también tiene sentido porque “los lobos que muestran apego dirigido por humanos podrían haber tenido una ventaja selectiva en las primeras etapas de la domesticación de perros”, asegura.
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