Un descubrimiento reciente ha dejado a la comunidad científica atónita. En la costa de la Isla Sur de Nueva Zelanda se ha hallado el cadáver de la ballena más rara. O, mejor dicho, la mayor desconocida. Ella es la ballena de dientes de pala. Un hallazgo que ha capturado la atención no solo de biólogos marinos, sino de investigadores de diversas disciplinas.

Se trata de un ejemplar de la también conocida como ballena de Cuvier (Mesoplodon densirostris). La que es una de las especies de cetáceos más enigmáticas y menos documentadas del mundo.

Se ha encontrado una ballena de dientes de pala, macho, de cinco metros

El descubrimiento del animal, que fue reportado al Departamento de Conservación del país, podría revelar datos importantes del mismo considerado como uno de los más desconocidos del mundo.

Según los expertos del centro, se trata de un macho que mide aproximadamente cinco metros, lo que da una aportación científica significativa por el estado tan fresco en el que se encuentran los restos.

El lugar es cercano a la isla Taiari Mouth, una pequeña población en donde los lugareños se dedican a la pesca en la desembocadura del río Taieri y también en el océano pacífico.

¿Por qué la ballena dientes de pala es uno de los animales más raros del mundo?

Las ballenas tipo dientes de pala nunca han logrado ser capturadas vivas, por lo que tampoco se sabe exactamente cuántos ejemplares existen y tampoco en qué región específica se desarrollan.

Tampoco los científicos saben cuál es la base de su alimentación, por lo que cada uno de estos factores la convierten en uno de los mamíferos más raros del mundo, y en concreto en la familia de los cetáceos.

El ejemplar de la ballena encontrada en aguas de Nueva Zelanda
El ejemplar de la ballena encontrada en aguas de Nueva Zelanda

Los patrones de color distintivos y las características únicas de su cráneo, pico y dientes ayudaron a identificar a la ballena de cinco metros de largo. "Sabemos muy poco, prácticamente nada, sobre estas criaturas", compartió Hannah Hendriks, Asesora Técnica Marina del Departamento de Conservación.

Lo poco que se sabe de ellas es que se sumergen en aguas profundas y salen con poca frecuencia

Lo poco que se sabe de ellas es que son conocidas por sumergirse en aguas profundas y salir a la superficie con poca frecuencia, lo que dificulta rastrear su ubicación más allá del Océano Pacífico Sur, donde se encuentran algunas de las fosas oceánicas más profundas del planeta.

"Desde un punto de vista científico y de conservación, esto es increíble”, ha explicado Gabe Davies, funcionario del Departamento de Conservación (DOC). Según recoge The New Zealand Herald, los científicos podrían tardar semanas en confirmar el ADN del animal.

La primera vez que se documentó esta especie fue en 1874. Entonces, se encontró una mandíbula inferior y dos dientes en las islas Chatham de Nueva Zelanda. Otros dos especímenes fueron hallados en Chile y de nuevo en Nueva Zelanda, hallazgos que permitieron a los científicos confirmar que se trataba de una nueva especie.

Inicialmente se las identificó como unas ballenas mucho más comunes, las picudas de Gray. Pero su verdadera identidad salió a la luz con el análisis de su ADN, que se realiza de forma rutinaria como parte de un programa de 20 años para recopilar datos sobre las 13 especies de ballenas picudas que se encuentran en las aguas del país.

Por esta razón, dicen los investigadores, no se tiene conocimiento a ciencia cierta de cuántos ejemplares de la ballena de dientes de pala hay en la actualidad, ni cuáles son las zonas en las que se pueden encontrar, ni cómo es su forma de alimentación. Ahora, con este avistamiento, los investigadores buscan reunir pistas para responder estas inquietudes.