Fue el verano pasado. Un hombre iba paseando con su perrita por la playa de El Rodeíto, en Marbella, cuando esta olisqueó algo distinto. Mientras se acercaban, Cali, la perrita mestiza que las encontró, se puso alerta. No era un descubrimiento común: el cuarto conocido en Andalucía en los últimos 15 años. Las tortugas marinas están en peligro de extinción, y encontrar un nido de 54 tortugas boba (Caretta caretta) es motivo de celebración.

De este poco más de un centenar de tortuguitas, son 49 las que ya han vuelto al mar, en una multitudinaria suelta inicial realizada el pasado 23 de julio. Las cinco restantes han tenido que quedarse unas semanas más en el zoo Selwo Marina de Benalmádena (Málaga), fortaleciéndose antes de su vida en el mar.

Estos animales, catalogados como vulnerables por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), han vivido en el zoológico hasta este lunes 5 de agosto cuando, entrado el verano, el agua del mar ha adquirido una mayor temperatura, una condición óptima para la suelta marina.

La vida en cautividad

El cuidado de estos animales es vital para mantener la fauna marina. Zoos, acuarios y oceanográficos, instituciones y voluntariados se han volcado para permitir que estas crías salgan adelante. Participar en este tipo de acciones "es lo que da más sentido aún a la labor de conservación, de divulgación sobre el respeto al medio ambiente y a la labor científica y educativa", según Alberto Martín, director de Selwo Costa del Sol.

Con un minucioso seguimiento tras el nacimiento de estos animalitos, los cuidadores se han volcado en su cuidado. Desde su alimentación hasta un pasaje diario con el que evaluar su salud, las cinco tortugas bobas han vivido como reinas durante un periodo en el que, se estima, tan sólo 1 de cada 1.000 sobrevive.

Craig Allum, jefe de conservación de Selwo Marina, explica cómo fue encontrar el espacio adecuado en el zoo para alojar a las tortugas: “Hay mucho trabajo detrás de esta instalación, que está muy pensada y cumple perfectamente los estándares. Tenemos un sistema de filtraje muy avanzado para que las tortugas estén atendidas perfectamente”.

Ejemplar de una tortuga boba durante la suelta del pasado 23 de julio
Ejemplar de una tortuga boba durante la suelta del pasado 23 de julio | Selwo Marina Benalmádena

La tortuga boba es una especie catalogada por la UICN como vulnerable, amenazada durante todo su ciclo biológico. Y donde presenta una gran mortalidad es en su primer periodo de vida. La labor de los centros de conservación e investigación es vital para la conservación de esta especie.

El desconocimiento existente del estado del medio marino hace que la información que estos galápagos puedan ofrecer a la comunidad científica sea de gran ayuda. Las tortugas bobas son fundamentales para la biodiversidad marina, ayudando, entre otras cosas, a controlar las plagas de medusas.

La vuelta a casa inicial

Ya en julio, en la playa de Puerto Banús en Marbella, se produjeron dos sueltas diferenciadas de estos galápagos: una de carácter técnico y 10 ejemplares, y otra de 39 tortuguitas.

"Para nosotros ha sido un proceso de varios años en los que hemos estado diseñando las mejores instalaciones posibles, colaborando con la Junta de Andalucía para tener todo en regla y acoger estas tortugas en esta fase del proyecto. Por ello, estamos presentes en esta etapa, ya en la suelta final", explicaba Martín sobre esta primera suelta.

Con todo, es de la colaboración y sensibilización humana de lo que depende esta especie. Las tortugas anidan en nuestras playas y, cuando las crías son adultas, vuelven al lugar donde nacieron para desovar ahí. Es un ciclo que ahora, con el auge del turismo masivo y las playas abarrotadas, ha de protegerse con extrema precaución.

El mar se está calentando en exceso y, si no se establecen aguas más cálidas, los galápagos se pueden extinguir. El cambio climático nos afecta a los humanos, sí, pero también a toda especie viva en el planeta. Y estas tortugas, estas reinas del mar, están desapareciendo. Por nuestra culpa.