La cuenta atrás ha acabado. Este martes la Agencia Espacial Europea (ESA) ha lanzado su nuevo cohete: el Ariane 6. Las dificultades técnicas, la pandemia del Covid-19 y la guerra de Ucrania han hecho que su estreno se retrase cuatro años. Pero ya está aquí, y ha llegado en un momento clave. Y es que, si todo sale según lo previsto, con el Ariane 6 Europa dará un golpe sobre la mesa, volverá a tener acceso directo al espacio y aliviará la grave crisis de cohetes que estamos viviendo en el Viejo Continente. Hay mucho en juego, así que veamos las claves.
Cómo seguir el lanzamiento
La ventana de lanzamiento está abierta desde las 20:00 hasta las 00:00 (hora peninsular española). La transmisión puede seguirse a través de la página web de la propia ESA (disponible en este enlace). Y la duración estimada del vuelo es de 2 horas, 51 minutos y 40 segundos.
Importancia de la misión
Europa necesita al Ariane 6 para tener la garantía de contar con un acceso seguro y autónomo al espacio y no depender de las capacidades y prioridades de otras naciones u empresas. La jubilación del Ariane 5, la versión anterior de este cohete, en julio de 2023, unida a la guerra de Ucrania (que hizo que Europa no pudiera contar con los cohetes rusos Soyuz) y a los continuos problemas del Vega-C provocaron que la ESA se fuera quedando sin opciones. Por eso tuvieron que contratar a compañías como SpaceX para lanzar algunas de sus misiones espaciales.
Desde la propia agencia europea no esconden todo lo importante que es este lanzamiento: "Teniendo en cuenta que la vida cotidiana depende cada vez más
del espacio para mantener la conexión entre las personas y las cosas
en ámbitos como la comunicación, la banca, el transporte, la medicina
y la previsión meteorológica, la posibilidad de contar con una capacidad
independiente de lanzamiento resulta fundamental. Con el Ariane 6, Europa no solo envía un cohete al cielo, sino que reafirma su posición entre las naciones con mayor capacidad espacial del mundo".
Características técnicas del cohete
Con más de 60 metros de altura, el Ariane 6 pesará casi 900 toneladas cuando sea lanzado con una carga útil completa (el equivalente a un avión y medio de pasajeros Airbus A380, aproximadamente). Y cuenta con tres secciones principales, o etapas, para propulsar su carga. Por un lado, los propulsores, que brindan el empuje principal durante el despegue. Por otro, la etapa principal, propulsada por el motor de combustible líquido Vulcain 2.1, una versión mejorada del motor del Ariane 5. Y por último, la etapa superior, que funciona gracias a un motor Vinci reencendible que utiliza oxígeno e hidrógeno líquidos.
Una vez enviadas todas las cargas útiles, el motor Vinci realiza una última ignición para deshacerse de la etapa superior y evitar que esta se convierta en basura espacial y constituya una amenaza para otros objetos en órbita. La idea es poder lanzar varios satélites en un solo vuelo, así como misiones que necesiten un "transporte pesado" a la Luna y aún más lejos. Algo que desde la ESA apuntan que supondrá oportunidades de mercado interesantes para las pequeñas empresas que deseen entrar en un sector espacial.
El cohete tendrá dos versiones, dependiendo de la potencia necesaria para cada vuelo. El Ariane 62 contará con dos potentes propulsores y se utilizará para misiones institucionales. Podrá lanzar cargas útiles de aproximadamente 4,5 toneladas a la órbita de transferencia geoestacionaria o 10,3 toneladas a la órbita terrestre baja. Por su parte, el Ariane 64 tendrá cuatro motores, y servirá al mercado comercial. Y podrá lanzar cargas útiles de aproximadamente 11,5 toneladas a la órbita de transferencia geoestacionaria y 21,6 toneladas a la órbita terrestre baja.
El carenado de la punta de Ariane 6, llamado cofia, se divide verticalmente para dejar al descubierto el equipo que lleva debajo. La cofia se presenta en dos versiones, de 14 m y 20 m de longitud, ambas con 5,4 m de diámetro y fabricadas con un polímero reforzado con fibra de carbono. La cofia protege los satélites de las tensiones térmicas, acústicas y aerodinámicas durante el lanzamiento de Ariane 6 al espacio.
Qué esperar del primer vuelo
El Ariane 6 lanzará varios satélites, desplegadores de satélites y experimentos de agencias espaciales, empresas, institutos de investigación, universidades y jóvenes profesionales en su primer vuelo. No obstante, algunas de estas cargas no se lanzarán, y permanecerán dentro del cohete para recabar datos.
El primer vuelo constará de tres fases. En la primera se lanzará el cohete desde la Tierra hasta el espacio, se separará la etapa principal de la etapa superior y se producirá el primer impulso del motor Vinci de la etapa superior. Con esto, el cohete demostrará que puede igualar un vuelo típico de su antecesor, el Ariane 5.
En la fase 2 es cuando se pone a prueba la característica más nueva del Ariane 6: el reencendido de la etapa superior. Puede parecer sencillo, pero encender de nuevo un motor en gravedad cero es realmente complejo. El motor Vinci volverá a encenderse, cambiando la órbita del Ariane 6 de elíptica a circular a 580 km de la superficie de la Tierra. A continuación se soltarán los tres primeros satélites y se activarán dos de sus experimentos. Unos segundos más tarde se desplegará un segundo grupo de otros tres satélites y se encenderán los dos últimos experimentos. Y un tercer comando de separación desplegará un satélite meteorológico de la NASA y un replicador.
La fase final del vuelo inaugural del Ariane 6 llevará la etapa superior criogénica aún más hasta su límite, y pondrá a prueba su capacidad para funcionar en condiciones de microgravedad. El impulso final de la etapa superior requerirá que se vuelva a encender después de su período más largo 'apagada' en el espacio. Momentos después, las dos cápsulas de reentrada a bordo se separarán de la etapa superior para realizar su descenso controlado hacia la Tierra hasta caer en el Pacífico Sur.
Lugar de lanzamiento
Como es habitual, la ESA también utilizará en esta ocasión el Puerto Espacial Europeo de Kourou (Guayana Francesa), ubicado en la costa noreste de Sudamérica, justo al lado de una selva tropical. La plataforma de lanzamiento fue desarrollada por Francia en 1960, y la ESA la ha estado utilizando para sus cohetes Ariane.
Desde la agencia espacial europea no dudan en afirmar que el de Kourou es uno de los centros de lanzamiento mejor situados del mundo: "Su ubicación cerca del ecuador confiere a los cohetes lanzados hacia el este una velocidad adicional debido a la rotación de la Tierra, lo que aumenta significativamente la capacidad de carga útil en comparación con los centros situados más al norte o al sur. El océano abierto al norte y al este ofrece trayectorias de lanzamiento que no sobrevuelan zonas pobladas, y la región tiene pocos o ningún ciclón o terremoto".
Participación española
La ESA colabora con una red industrial de 13 Estados europeos para desarrollar el Ariane 6: Alemania, Austria, Bélgica, España, Francia, Irlanda, Italia, Noruega, los Países Bajos, la República Checa, Rumanía, Suecia y Suiza. No obstante, la carga de trabajo está repartida de manera muy desigual, porque el 55,6 % de la contribución total proviene de Francia. Nuestro país es el cuarto que más aporta (4,7%), teniendo por delante también a Alemania (20,8 %) e Italia (7,7 %).
El papel de la ESA en el desarrollo de Ariane 6 es supervisar el proceso de adquisición, además de ser responsable de la arquitectura del sistema de lanzamiento general. Pero la construcción del vehículo y sus componentes corren a cargo de industrias de toda Europa. El contratista principal es ArianeGroup, que tiene la autoridad de diseño y es el es el proveedor de servicios de lanzamiento, y se encarga de comercializar y operar el lanzador para clientes institucionales y comerciales con el fin de poner en órbita diversas misiones.
Seguimiento del cohete desde la Tierra
La ESA monitorizará el primer vuelo del Ariane 6 desde siete estaciones terrestres, que estarán repartidas por todo el globo: Bermudas, Portugal (Santa María), Francia (Aussaguel), India (Lucknow), Australia (Nueva Nursia) y dos en la Guayana Francesa (Saint-Jean du Maroni y Galliot). Ese seguimiento tiene dos objetivos principales. Primero, emitir avisos y adoptar medidas de seguridad en el caso de que algo no salga según lo previsto. Y segundo, una vez completado el lanzamiento, recabar datos e información de la telemetría para ajustar para que cada futuro lanzamiento sea incluso más "preciso y fiable".
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