Hace 30 años, el 16 de julio de 1994, los astrónomos observaron con asombro cómo un fragmento del cometa Shoemaker-Levy 9 chocaba contra Júpiter con una fuerza increíble. Ese acontecimiento suscitó un gran interés en el campo de la defensa planetaria. Y surgió una pregunta: ¿Podríamos hacer algo para evitar que esto le ocurriera a la Tierra?.

Este martes la Agencia Espacial Europea (ESA) ha dado un paso más para responder la duda. Y es que su programa de seguridad espacial ha recibido el permiso para iniciar los trabajos preparatorios de su próxima misión de defensa planetaria: la Misión Rápida Apophis para la Seguridad Espacial (Ramses).

Todo viene porque el 13 de abril de 2029 el asteroide Apophis, de unos 375 metros de diámetro (aproximadamente el tamaño de un crucero) y cerca de 20 millones de toneladas pasará a 32.000 kilómetros de la superficie de la Tierra. Es decir, que durante un breve período de tiempo estará más cerca de nuestro planeta que los satélites de telecomunicaciones en órbita geoestacionaria. Será el acercamiento más cercano de un asteroide de este tamaño del que la humanidad haya tenido conocimiento hasta ahora. Hasta el punto de que será visible a simple vista para unos dos mil millones de personas en gran parte de Europa y África y partes de Asia.

La idea es que Ramses se 'reúna' con el asteroide Apophis y lo acompañe durante su sobrevuelo a la Tierra, que será excepcionalmente cercano. De esta manera, los investigadores podrán estudiar el asteroide a medida que la gravedad de la Tierra altere sus características físicas. Y sus hallazgos mejorarán nuestra capacidad para defender nuestro planeta de la posible colisión de un objeto similar en el futuro.

Un fenómeno "extremadamente raro" y una oportunidad histórica

La ESA asegura que Apophis no llegará a la Tierra: "Los astrónomos han descartado cualquier posibilidad de que el asteroide colisione con nuestro planeta durante al menos los próximos 100 años. Pero el sobrevuelo de Apophis en abril de 2029 es un fenómeno natural extremadamente raro. Analizando los tamaños y órbitas de todos los asteroides conocidos, los astrónomos creen que uno tan grande se acerca tanto a la Tierra sólo una vez cada 5.000 o 10.000 años. En comparación, un eclipse solar total tiene lugar en algún lugar de la Tierra aproximadamente una vez cada 18 meses, y el cometa Halley regresa a los cielos terrestres cada 76 años".

No obstante, cuando se descubrió Apophis en 2004, las observaciones iniciales indicaron una pequeña posibilidad de que impactara con la Tierra en 2029, 2036 o 2068. Pronto fue identificado como uno de los asteroides potencialmente más peligrosos jamás detectados. El riesgo de impacto en 2029 llegó a ser del 2,7% y Apophis alcanzó la calificación más alta jamás obtenida en la escala de Torino, un método utilizado para evaluar la amenaza que supone un asteroide para la Tierra. La colisión podría haber sido devastadora, por lo que el asteroide recibió el nombre del dios egipcio del caos y la destrucción.

En cualquier caso, una vez descartada esa posibilidad, desde la agencia europea consideran que el sobrevuelo de Apophis en 2029 "atraerá la atención de todo el mundo" y representa "una oportunidad única para la ciencia, la defensa planetaria y el compromiso público". Y ahí es donde entra la misión Ramses, que ayudará a analizar cómo el asteoride se deforma y cambia por la gravedad de nuestro planeta. Aunque la ESA eliminó en marzo de 2021 a este asteroide de su particular 'Lista de riesgos'.

"Aún nos queda mucho por aprender sobre los asteroides. Pero, hasta ahora, hemos tenido que viajar a las profundidades del Sistema Solar para estudiarlos y realizar nosotros mismos experimentos para interactuar con su superficie. Por primera vez, la naturaleza nos está trayendo uno y realizando ella misma el experimento. Todo lo que tenemos que hacer es observar cómo Apophis es estirado y estrujado por fuertes fuerzas de marea que pueden desencadenar corrimientos de tierra y otras perturbaciones y revelar nuevo material de debajo de la superficie", explicó Patrick Michel, Director de Investigación del CNRS, el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia.

Desde la NASA ya aclararon que Apophis está clasificado como un asteroide de tipo S o rocoso, compuesto de materiales de silicato (o rocosos) y una mezcla de níquel y hierro metálicos. Las imágenes de radar sugieren que es alargado y posiblemente tiene dos lóbulos, lo que le da un aspecto similar al de un cacahuete. Pero se aprenderá mucho más sobre la estructura de este asteroide después de su paso cercano por la Tierra en 2029.

Los detalles de la nueva misión

Ramses debe lanzarse en abril de 2028 para poder llegar hasta Apophis en febrero de 2029, dos meses antes de que el asteroide se aproxime a la Tierra. Para cumplir con este plazo, la ESA solicitó permiso para comenzar los trabajos preparatorios de la misión lo antes posible, utilizando los recursos existentes. Y ese permiso ha sido concedido. La decisión de comprometerse con la misión en su totalidad tendrá lugar en la reunión del Consejo Ministerial de la ESA en noviembre de 2025.

Utilizando un conjunto de instrumentos científicos, la nave espacial realizará un minucioso estudio del antes y el después de la forma, superficie, órbita, rotación y orientación del asteroide. Analizando cómo cambia Apophis durante el sobrevuelo, los científicos aprenderán mucho sobre la respuesta de un asteroide a las fuerzas externas, así como sobre su composición, estructura interior, cohesión, masa, densidad y porosidad.

Todas estas propiedades son muy importantes para evaluar la mejor manera de evitar que un asteroide peligroso colisione con la Tierra. Y como los asteroides son también "cápsulas del tiempo" formadas hace más de cuatro mil millones de años, los datos que se extraigan de Ramses ofrecerán también nuevos conocimientos científicos sobre la formación y evolución del Sistema Solar.

Por su parte, la NASA ha redirigido su nave OSIRIS-REx hacia Apophis. Pero debido a los límites de la mecánica orbital, la recién rebautizada OSIRIS-APEX llegará a Apophis aproximadamente un mes después del sobrevuelo del asteroide por la Tierra.

Los investigadores prevén que las fuerzas de marea de la Tierra alteren el estado de rotación del asteroide y desencadenen terremotos y corrimientos de tierra. La presencia previa de Ramses proporcionará una visión detallada del antes y el después del encuentro cercano con el asteroide. Y luego, el hecho de tener dos naves espaciales de gran capacidad en Apofis tras el sobrevuelo permitirá realizar investigaciones científicas adicionales y medir los efectos a largo plazo.

El gran objetivo: desviar los asteroides peligrosos

"La colaboración internacional entre el impactador de asteroides DART de la NASA y el detector de asteroides Hera de la ESA está demostrando que, en principio, la humanidad puede redirigir un asteroide en caso necesario. Pero para reaccionar ante un peligro real, tenemos que ser capaces de construir y desplegar una respuesta con rapidez", detallan desde la ESA. En paralelo, la agencia espacial también está considerando lanzar otra misión CubeSat más pequeña, que se reuniría con Apophis y pondría a prueba tecnologías europeas miniaturizadas para la exploración de asteroides.

"Ramses demostrará que la humanidad puede desplegar una misión de reconocimiento para encontrarse con un asteroide entrante en tan sólo unos años. Este tipo de misión es la piedra angular de la respuesta de la humanidad a un asteroide peligroso. Primero se lanzaría una misión de reconocimiento para analizar la órbita y la estructura del asteroide. Los resultados se utilizarían para determinar la mejor manera de redirigir el asteroide o descartar que no impacte antes de desarrollar una costosa misión deflectora", deslizó Richard Moissl, director de la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA.