Las lluvias de estrellas son siempre espectaculares. Y con el relax de verano incluso apetece más disfrutarlas. Por eso está bien saber en qué fechas y lugares serán visibles. Aunque antes conviene definir exactamente de qué estamos hablando. Porque en realidad no son estrellas.

Tal y cómo explica el Instituto Geográfico Nacional (IGN), los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros (materiales rocosos). De esta manera, cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios.

Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos (meteoroides) son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera, formando una lluvia de meteoros. La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros, que aparecen brillantes durante una fracción de segundo, formando lo que popularmente denominamos estrellas fugaces. No se trata por tanto de una estrella, sino de una partícula de polvo incandescente.

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular, causando la ilusión en el observador de que están muy próximos. Además, las lluvias de meteoros parecen tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina 'radiante', y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas.

En verano, según recoge el IGN, siempre hay dos lluvias de estrellas: las delta acuáridas y las perseidas. Pero en lo que queda de 2024 tendremos otras cinco más. Esta es la tabla completa con las fechas y los periodos de actividad máxima.

El lugar de observación para disfrutar de estas lluvias de estrellas puede ser cualquiera, con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna, si la observación se realiza cuando esta esté presente. Lo más cómodo, en definitiva, es tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.

Delta acuáridas

Como hemos visto, las delta acuáridas son las primeras del verano, ya que nos visitan todos los años entre el 12 de julio y el 23 de agosto, alcanzando su máximo en torno al 30 de julio. Desde el IGN detallan que los meteoros de las delta acuáridas se observan mejor en el hemisferio sur, porque su radiante está más alto en el cielo, pero también son visibles en el hemisferio norte, aunque con una tasa de actividad algo más baja. Para observadores a nuestras latitudes, el radiante de las delta acuáridas se sitúa por encima del horizonte a partir de la medianoche hasta el amanecer.

El IGN considera que este año podremos disfrutarlas especialmente bien: "El 2024 será un buen año para ver esta lluvia, dado que el máximo se producirá tres días después del cuarto menguante, con lo que no impedirá en gran medida la visión. La máxima actividad tendrá lugar el 31 de julio, con un pico bastante extendido, por lo que tanto la noche del 30 al 31 como la siguiente serán propicias para la observación".

En cuanto a su origen, se piensa que los meteoros de las delta acuáridas pueden provenir del 96P Machholz, un cometa de corto periodo que orbita alrededor del Sol cada cinco años aproximadamente. Y tienen su radiante en la estrella delta, denominada como Skat, de la constelación de Acuario.

Perseidas

La lluvia de las perseidas sucede todos los años hacia el 12 de agosto. Son conocidas también como las 'lágrimas de San Lorenzo' por la proximidad del máximo de la lluvia de meteoros al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español del mismo nombre. Y son visibles desde todo el hemisferio norte en pleno verano.

Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora. Aunque su momento de máxima actividad tiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto. Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las perseidas "la lluvia de meteoros más popular, y la más fácilmente observable de las que tienen lugar a lo largo del año", afirman desde el IGN.

Para observadores a nuestras latitudes, el radiante de las perseidas se sitúa por encima del horizonte durante toda la noche. En 2024 el máximo de las Perseidas se producirá el día 12 de agosto entre las 15 y las 18 horas de tiempo oficial peninsular, coincidiendo además con el cuarto creciente de la Luna, por lo que no será un buen año para su observación. De todas formas, es una lluvia fuerte, y suele presentar picos de actividad fuera del máximo, por lo que en las noches en torno a esta fecha podría apreciarse un buen número de meteoros, particularmente después del ocaso lunar.

Cada año a principios de agosto nuestro planeta cruza la órbita del cometa 109P/Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Y de ahí surgen las perseidas. Aunque parecen venir de la constelación de Perseo (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo. Dicho esto, el número de meteoros observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede superar el centenar. Pero es difícil realizar predicciones concretas.