En España ya hay más de 700 abogados que utilizan cada día Maite.AI, una herramienta creada hace menos de un año y basada en inteligencia artificial para actuar como un asistente personal y aliviar la carga de trabajo de los profesionales. Para entendernos, hablamos de una especie de ChatGPT español, pero mucho más preparado en temas jurídicos. Hasta tal punto de que ha superado algunas de las pruebas a las que se someten los opositores a jueces.
Fue en el verano del año pasado cuando a sus creadores se les encendió la bombillita. En ese momento vieron que había una necesidad que, desde su punto de vista era muy clara. Y es que, aunque vieron que el sector jurídico no ha dejado de crecer en los últimos años, también observaron que su productividad está ahora en los niveles más bajos de las últimas dos décadas. Y llegaron a la conclusión de que la explicación estaba en que ha sido un "crecimiento a lo bruto", sustentado, básicamente, en contratar cada vez a más gente.
"Por eso creamos Maite, una herramienta que sirve como copiloto para que los abogados sean más productivos. No es más ni menos que eso. Nosotros decimos que es como si fuera un alter ego tuyo que te ayuda en tu día a día", explica Alejandro Castellanos, CEO y cofundador de la empresa junto a sus socios David García, que actúa como responsable tecnológico, y Álex Rodríguez, encargado del marketing y la publicidad.
Maite puede ayudar a resolver dudas, a realizar planteamientos y estrategias legales para algún caso en concreto o a redactar textos jurídicos. Castellanos insiste en que es una herramienta "muy simple", pero que puede suponer una gran ayuda, "como el Word o los navegadores web en su momento", recalca.
Sus creadores están convencidos de que su producto es bueno. Pero querían demostrárselo al resto del mundo. Por eso hace cosa de un mes sometieron a Maite al primero de los test que los opositores a juez y a fiscal deben superar para obtener una plaza. Un examen de 100 preguntas de todo tipo -desde derecho mercantil a fiscal o laboral-, con cuatro opciones de respuesta cada una, que en la última convocatoria sólo aprobaron el 30% de las más de 3.000 personas que se presentaron.
Lo cierto es que Maite superó la prueba. Acertó 86 de las 100 cuestiones (la última nota de corte estuvo en 72 aciertos), y con un notario de testigo. Para comparar los resultados, los fundadores de esta IA quisieron que ChatGPT pasara la misma prueba. Y suspendió: sólo logró 61 aciertos, 25 menos que Maite. "A mí me encanta ChatGPT, y la uso muchísimo. Pero nuestra herramienta tiene muchas cosas que ellos no tienen", resume Castellanos.
Con todo, el modelo siempre requiere la supervisión de un profesional jurídico. "De momento no está entre nuestros objetivos hacer que sea totalmente autónoma. Maite va a ayudar a los profesionales jurídicos, no a reemplazarlos. Al fin y al cabo la IA no está conectada a la realidad, no tiene ética ni emociones, aunque a veces lo parezca. Y para mí una parte importante del trabajo de los abogados es el asesoramiento y la ayuda, casi como si fueran psicólogos", señala el CEO.
Las opciones para personalizar la herramienta
Para entrenarla han utilizado millones de documentos que, básicamente, constituyen toda la legislación española. Así que cuando se le hace una consulta no busca la respuesta en Internet, como ChatGPT, sino en su propia base de datos. Aún así, el sistema sus creadores tienen intención de actualizar constantemente el sistema, añadiendo cada vez más documentación legal para poder responder a un mayor abanico de supuestos. Y tiene la opción de que cada personas cargue en el sistema sus propios documentos, de tal manera que "cada Maite sea única y de respuestas únicas".
"Una abogada de Madrid que trabaja mucho con temas de protección de datos nos dijo que informes que antes le costaban 10 días hacer ahora las hace en solo dos. Otro abogado de Barcelona nos comentó que los documentos que tardaba una hora en completar ahora los tiene en 15 minutos", resume Castellanos.
El empresario señala que a día de hoy sus clientes más habituales son aquellos que trabajan en temas de derecho mercantil, y donde menos usuarios tienen es en temas fiscales. Aunque se muestra convencido de que la suya es "una herramienta muy transversal, no solo para los abogados, sino también para asesores, como los que trabajan con la Agencia Tributaria". En ese sentido, detalla que hasta ahora han financiado el proyecto con su dinero, pero en breve harán una ronda de inversión para dar entrada a socios externos.
La licencia única para usar la herramienta cuesta 99 euros al mes, e incluye todas las funcionalidades a excepción de la opción de personalizarla. Pero a partir de ahí, en función de las necesidades y de su número de usuarios, se les ofrece a los despachos de abogados una oferta a medida. Y a largo plazo, la idea es expandir la herramienta a otros país, entrenándola con las diferentes legislaciones del mundo. Porque la versión actual ya está disponible en multitud de idiomas, pero siempre se acota a las normativas españolas.
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