Doctor en Informática por la Universidad Politécnica de Madrid, Diplomado en Informática Militar y Comandante de la Unidad de Coordinación de Ciberseguridad (UCCiber) de la Guardia Civil. Miguel Ángel Abad Arranz es, por méritos propios, uno de los ponentes estrella del VII Congreso Internacional de Inteligencia Artificial 2024 que organiza El Independiente el próximo 8 de noviembre de 2024 en Alicante, donde se debatirá, precisamente, sobre el uso de estas herramientas en los ámbitos de defensa y seguridad.

Abad cuenta que entró en el Instituto Armado "por vocación" en 2005, y a lo largo de los años ha pasado por el Servicio de Informática de la Guardia Civil, la Secretaría Estado de Seguridad (donde formó parte del proceso de creación del Centro Nacional de Protección de Infraestructuras Críticas) y por el departamento contra el cibercrimen de la Unidad Central Operativa (UCO), antes de saltar a su puesto actual tras completar el Curso de Estado Mayor el año pasado.

Su unidad pronto se integrará en una Jefatura de Innovación Digital recién creada, un movimiento con el que esperan aumentar tanto su personal como sus recursos. "La UCCiber básicamente está encargada de optimizar la gestión de las herramientas que tiene la Guardia Civil en materia de ciberseguridad, tanto en la protección de nuestro sistema como a la hora de facilitar la investigación del cibercrimen y el ciberterrorismo", relata el Comandante.

Nadie mejor que él para entender cómo están utilizando las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado la tecnología del momento. "La IA ha cambiado bastante la ciberdelincuencia. Hace unos cinco años detectamos que estos sistemas se estaban democratizando, convirtiéndose en accesibles para cualquier persona. En muchos casos sin limitaciones, a pesar de que estamos viendo cierta regulación, porque el ciberespacio no tiene fronteras. Es algo que nos ha puesto más difícil nuestro trabajo", explica. Pero también lo han visto como una oportunidad para usarla "en casos puntuales".

Ejemplos concretos. El Servicio Aéreo de la Guardia Civil utiliza IA para hacer predicciones meteorológicas. El Servicio Fiscal y de Fronteras la emplea para detectar objetos determinados en las maletas de los pasajeros. Y la lista sigue: los robots que se usan para desactivar los explosivos también la incorporan, al igual que algunos sistemas para reducir el riesgo de los agentes en determinados contextos. También ayuda a optimizar todos los procesos administrativos internos. Y se espera que suponga un auténtico "cambio de paradigma" en la formación y la enseñanza de los agentes.

"Ya se están utilizando simuladores de tiro, y se están generando entornos virtuales con gafas de tres dimensiones con los que se pueden hacer prácticas de inspección ocular en escenas de crímenes. Esto nos proporciona un avance más para poner a los alumnos en situaciones a las que de otra manera sería complicado enfrentarles", apunta.

El Comandante detalla que desde la Guardia Civil entienden que esta tecnología debe aplicarse de forma transversal en toda su estructura: "Llevamos tiempo usándola, a pesar de que no estaba catalogada como tal y no tenía el aura que tiene ahora. Nuestra visión es que no es una solución concreta que debe usarse de forma aislada, sino que debe formar parte de un proceso más amplio de transformación digital", explica. Todo, eso sí, bajo una premisa: "La IA es una ayuda, pero no puede ni debe sustituir al analista, que es el que debe tomar la decisión y el responsable de justificarla frente a los tribunales".

Pero si hay un proyecto de la Guardia Civil que haya dado que hablar es el crear agentes virtuales "súper-realistas" basados en IA para gestionar la atención ciudadana en comandancias ubicadas en zonas despobladas. La iniciativa cuenta con un presupuesto máximo, incluyendo prórrogas, de 604.814 euros y una duración de dos años desde enero de 2024. En septiembre de 2023 Interior licitó el pliego del proyecto, pero desde entonces no se sabía mucho más. Abad confirma que siguen haciendo un "trabajo continuo de adaptación y de mejora", aunque sin fecha de lanzamiento por el momento.

Los límites de la ley

La Guardia Civil está estructurada en 21 especialidades, y aunque cada una de ellas requiere distintas necesidades la IA puede ser útil, según Abad, en todas. Al fin y al cabo, esta tecnología está formada por todo un abanico de sistemas, que lo mismo pueden ayudar a realizar predicciones o a tomar decisiones que a generar contenidos automáticamente. "Cualquiera de ellos puede ser aplicable indistintamente diría que a todas las especialidades", desliza.

A pesar de ello, los agentes están limitados por la ley. "No estamos utilizando la identificación biométrica y el reconocimiento facial con IA porque hay un límite normativo claro que no lo permite. Somos especialmente cuidadosos a la hora de garantizar la protección de los datos personales y los derechos y libertades de los ciudadanos. Pero aunque para nosotros es una línea roja, es algo que debemos ser conscientes de que se utiliza, y que puede ser objeto de investigación criminal, por lo que debemos estar preparados para responder".

Esos límites los marcan el reglamento de la Unión Europea sobre IA, la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, la Ley de Protección de Datos y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que son el marco jurídico de referencia para los agentes. Las excepciones que les permiten usar esta tecnología en contextos prohibidos, explica el Comandante, siempre están sujetas a una autorización judicial en el marco de una investigación concreta.

Algunos expertos aseguran que el Ejército y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están haciendo un uso opaco de la IA, porque no informan de en qué casos la están usando. Sobre esto, el Comandante explica cuál es su procedimiento: "Todas nuestras actuaciones deben garantizar la privacidad y la confidencialidad de la información que manejamos. Dicho esto, es verdad que el reglamento de la UE hace una excepción, porque dice que esto no puede interferir en las medidas que se llevan a cabo para garantizar la seguridad nacional. Pero esas actuaciones están supeditadas a los mandamientos judiciales, no actuamos por cuenta propia en ningún sentido. Y si algún ciudadano quisiera saber más información sobre en qué estamos usando la IA puede consultar al Defensor del Pueblo, que es la herramienta habitual en este tipo de circunstancias".

Computación cuántica

El Comandante se muestra convencido de que España ha avanzado en gran medida en materia de ciberseguridad en los últimos años, de la mano del crecimiento de los organismos nacionales específicamente dedicados a la prevención, como el Centro Criptológico Nacional y el Instituto Nacional de Ciberseguridad. Lo que sucede es que en paralelo, claro, los delincuentes también han evolucionado. Por eso habla de "cerrar el hueco" entre los criminales que utilizan estas tecnologías para atacar y la respuesta de las administraciones.

Aún así, en el horizonte surge la incógnita de los ordenadores cuánticos, un futuro del que empresas como Telefónica ya han empezado a protegerse. Abad considera que puede ser la siguiente gran evolución, aunque no se aventura a hablar de fechas y apunta que, como en el caso de la IA, "lleva tiempo sonando". Con todo, considera que puede suponer un impacto relevante en el sistema de cifrado actual, algo que podría poner en riesgo la información y los datos de los ciudadanos, instituciones y cuerpos de seguridad. Por ello sostiene que tendrán que vigilar los posibles usos malignos de esta tecnología.

El próximo 8 de noviembre, más de Abad en Alicante. "Voy a hablar sobre cuál es el impacto que tiene la inteligencia artificial en la Guardia Civil y cuál es nuestra visión, fundamentalmente orientándolo a tres dimensiones: los usos ilícitos que le pueden dar los delincuentes, la manera en la que puede mejorar las relaciones entre los ciudadanos y la Guardia Civil y cómo puede mejorar nuestra organización para la optimización de procesos. Mi intención es reforzar la idea de que nosotros entendemos la IA como una herramienta que puede ayudarnos e incluso minimizar nuestra exposición al riesgo en contextos difíciles, pero no debe sustituir al guardia civil", concluye.