De los aproximadamente 60.000 empleados que tiene Indra, en torno a 48.000 trabajan en Minsait, su división tecnológica. Y los resultados financieros que presentaron esta misma semana muestran, además, que Minsait facturó en 2024 el 62% de los ingresos totales del grupo presidido por Ángel Escribano, registrando 2.982 millones el año pasado (un 6,6% más que en 2023).

Sin embargo, a pesar de esas cifras Minsait lleva tiempo protagonizando muchas noticias entre rumores de venta o de entrada de un nuevo socio. Indra ha confirmado múltiples veces que lo está explorando, pero también ha dejado claro que no quiere precipitarse a la hora de tomar decisiones para no malvenderla. En ese sentido, esta semana parece que se ha diluido la posibilidad de una posible negociación con Telefónica. El presidente de la operadora, Marc Murtra, aseguró que esa opción "no está encima de la mesa ahora mismo", al menos hasta que culminen la revisión estratégica que acaban de anunciar. Y el propio Escribano catalogó la idea, directamente, como una "ficción".

"Es verdad que salen muchas noticias sobre Minsait, quizás demasiadas. Pero para nosotros el día a día no ha cambiado en absoluto", asegura Natalia Clavero, directora de Global Data, Inteligencia Artificial y robotización en la compañía. "Ha habido rumores durante mucho tiempo, y ahora con el cambio de presidente, más aún. Pero hasta ahora no ha pasado nada. Nosotros trabajamos muy bien, y hemos aprendido a que esa incertidumbre no nos afecte. Yo siempre pienso que si algo tiene que pasar, pasará, y lo veré como una oportunidad porque creo mucho en esta compañía", añade.

Clavero sabe de lo que habla, porque ya ha vivido procesos de integración en el pasado. Hace 25 años comenzó a trabajar en una empresa llamada Soluciona, que posteriormente compró Indra. "Y no pasó absolutamente nada", recalca. "Me dio la oportunidad de trabajar en una compañía muchísimo más grande, con más sectores, clientes y posicionamiento", desliza.

Rumores aparte, aunque Indra está apostando fuerte por la defensa y el espacio, a día de hoy no cabe duda del enorme peso que tiene Minsait. "Cubrimos toda la parte tecnológica del grupo Indra. Nuestra labor es muy amplia, porque ofrecemos prácticamente cualquier servicio de tecnología a todo tipo de sectores, desde bancos a empresas de energía, telecomunicaciones, consumo, sanidad, administraciones públicas, industrias o compañías de retail, con soluciones muy variadas", detalla Clavero.

Según cuenta, Minsait está organizada a nivel interno por sectores de actividad, y dentro de ellos hay gente que trabaja con cuentas concretas. "Por ejemplo, tenemos un responsable que lleva todo lo que hacemos para el BBVA", comenta. Pero luego, explica, la compañía también tiene una estructura transversal, donde los empleados se agrupan según su especialización: "Ahí es donde estoy yo, llevando los temas de data, IA y robotización. En mi caso puedo trabajar igual para el BBVA que para la Junta de Andalucía o para Mapfre".

La revolución de la IA en ojos de Minsait

"Llevamos muchos años trabajando con IA. Me cuesta recordarlo, pero quizás más de diez. Pero es verdad que el verdadero boom ha llegado con la IA generativa. Ahí es donde realmente surgió un área especializada dentro de Minsait, en la que me pusieron a mí. No solo por un tema de generar más negocio para nuestros clientes, sino también para transformar nuestra propia compañía, e incluso Indra al completo, porque tenemos una visión como grupo muy transversal", resume Clavero.

Minsait, y esto es importante aclararlo, no trabaja tanto a nivel de producto. Su labor es más bien desarrollar proyectos a medida, utilizando la IA según los requerimientos del cliente. Para ello tienen lo que llaman "aceleradores", que son arquetipos que ya han trabajado internamente, y que les sirven como una especie de base para desplegar nuevos proyectos de manera mucho más ágil.

Clavero lo ilustra: "Voy a poner un ejemplo para que se entienda. Una de las cosas que nosotros trabajamos es la clasificación de incidencias. Así que ya tenemos un acelerador que coge las incidencias que entran y automáticamente las clasifica. De esta manera, si ahora entra un cliente que nos pide esto, desplegaremos ese acelerador, pero haciéndole las adaptaciones que necesite ese cliente en concreto, porque siempre hay que adaptar algo".

En total, tienen cerca de 40 aceleradores. Aunque luego, por supuesto, siempre hay proyectos que les exigen empezar desde cero. En cualquier caso, a la hora de trabajar con sus clientes se ayudan de los modelos de lenguaje desarrollados por las grandes compañías tecnológicas, como ChatGPT, Copilot o Gemini. Y para saber cuál usar en cada caso, los analizan a fondo.

"Vamos haciendo estudios periódicos para saber cómo responden ante cada tarea, porque estas herramientas van sacando nuevas versiones. En el último observatorio ya metimos DeepSeek, pero todavía no nos ha dado tiempo a incluir Grok 3, la IA de Elon Musk", afirma Clavero. "Luego asesoramos a nuestros clientes para, en base a sus necesidades, ver qué modelo es el más adecuado para ellos, porque cada uno tiene sus ventajas. Hay que fijarse en cómo se adapta cada uno a la regulación europea, aunque todos acabarán cumpliéndola", valora.

En ese trabajo, aunque intentan colaborar con todos los gigantes tecnológicos por igual, han establecido algunas alianzas más fuertes con algunos de ellos. "Intentamos trabajar con todos, porque la realidad es que muchas veces la tecnología no la seleccionamos nosotros, la selecciona el cliente. Pero a partir de ahí, es verdad que hemos apostado por IBM, y tiene su sentido. Al final cada compañía tiene un punto en el que es mejor, y para mí IBM destaca en gobierno de IA, por eso tenemos nuestro centro de excelencia con ellos. Con Microsoft ya tenemos una trayectoria como compañía, y con nuestros desarrolladores usamos el Copilot. Y con Google hemos hecho algún tema innovador de generación de contenidos educativos, y estamos trabajando en temas de audios e imágenes", destaca Clavero.

La adopción de las empresas españolas en IA

La pata que falta por saber es si las empresas españolas están usando ya el potencial de la IA. "Como siempre, depende del sector", arranca Clavero. "Los bancos están en el top, hay algunos que prácticamente tienen empresas tecnológicas dentro, es algo brutal. Y luego el mundo de la IA generativa toca muy de lleno a algunos sectores que a día de hoy quizás no están tan maduros todavía, pero que están ya en fase de tomar conciencia de que ha llegado para transformarlos. Hablo del mundo media, del mundo educativo, de todo lo que es la atención al cliente... Lo estamos trabajando mucho, y están empezando a hacer su camino", añade.

En su experiencia, Clavero está convencida de que la administración pública, en este caso sí, se está intentando adaptar "rápido", sobre todo a nivel de procesos internos. Pero también ha visto como muchas empresas le están dando la espalda a la IA, al menos de momento. En ese sentido, señala varias razones que lo explican.

"La IA ha sido un boom, y de repente pilló a muchas empresas sin la dotación presupuestaria necesaria. Luego ha habido, y todavía hay, un miedo regulatorio brutal, hasta el punto de que todos estaban a la espera de ver qué hacía el resto. Además, las compañías la usan con mirada más interna que externa. Es decir, les ha dado miedo poner la IA generativa delante de un ciudadano, de un paciente o de un cliente, y la han utilizado más con sus empleados. También ha habido bastante desconocimiento, y ha habido que gestionar las expectativas, porque la gente esperaba mucho y a veces su eficiencia concreta no era tan grande. Y algo de resistencia a que la IA haga tareas humanas, aunque es algo que tenemos que ver como una oportunidad", enumera.

A largo plazo, la experta ya visualiza qué usos de la IA acabarán extendiéndose por las empresas españolas en los próximos años: "Habrá mucho más avatarización, asistentes virtuales que no solo escriban, sino que hablen y tengan cara y ojos hiperrealistas. Aunque, de nuevo, estarán muy personalizados. Por ejemplo, para que atiendan de manera distinta a la gente en función de su edad, o que directamente se utilicen solo para la gente más joven. Ahí el gran reto será que no haya miles de agentes, porque sino será muy complicado gestionarlo. Habrá que tener uno que, en base a tu motivación y tu necesidad, sea capaz de orquestar a qué agente especializado debes dirigirte".