La última actualización del modelo de Inteligencia Artificial de OpenAi, ChatGPT 4o, lanzó el pasado martes su "generador de imágenes más avanzado hasta la fecha", y los usuarios de esta herramienta premium no han tardado en utilizarlo para cumplir la más profunda de sus fantasías, mostrándolo, como no, en redes sociales. La plataforma X se ha inundado de imágenes que recrean el estilo de dibujo del popular estudio de animación japonés Studio Ghibli, responsable de películas como El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004) o, la más reciente, El chico y la garza (2023). Pero a la mente (humana) que hay tras este diseño no le ha debido de hacer mucha gracia.

A Hayao Miyazaki (Tokio, 1941) se le ha llamado el Spielberg de la animación, el Walt Disney nipón, "genio viviente del cine actual". Su particular estilo de dibujo, hecho a mano y sin emplear técnicas digitales, encuentra su popularidad en la habilidad que tiene para transmitir calma y templanza en un momento en el que todo va cuesta abajo y sin frenos. El portal web Medium lo define como "un testimonio de la creatividad y la imaginación sin límites", y es por eso que los más sibaritas del mismo condenan la práctica viral y aseguran que da "vergüenza ajena".

Mi vecino Jesús Gil

Porque lo que empezó como una inofensiva práctica con la que poder verse a uno mismo como si viviera en una película de Miyazaki, pronto escaló a una tendencia en la que el humor negro es el protagonista. Ahora, los atentados de las Torres Gemelas, el asesinato de Carrero Blanco o algunos más cómicos, como Jesús Gil en el jacuzzi parecen convivir en el mismo universo que Mi vecino Totoro (1988).

Pero no todo son imágenes históricas o memes populares, sino que esta tendencia ha llegado a las más altas esferas de la política internacional. El perfil de la Casa Blanca de X ilustró la noticia del arresto de una delincuente condenada por tráfico de fentanilo con una imagen hecha a partir de Inteligencia Artificial que, lejos de ser realista, se asemejaba a aquellas que están ahora de moda.

El propio Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, cambió su foto de perfil en X por una imagen suya recreada a partir de este estilo. "Es divertidísimo ver a la gente encantada con las imágenes en ChatGPT. Pero nuestras GPUs están que echan humo. Vamos a introducir temporalmente algunos límites de velocidad mientras trabajamos para mejorar la eficiencia. ¡Ojalá no tarde mucho!", escribió posteriormente en un tuit. Miyazaki, por su parte, no se ha pronunciado. Y no se cree que lo haga.

Miyazaki vs. la IA

El dos veces oscarizado animador y director japonés roza los 90 años con el pesimismo que le caracteriza, pese a sus películas ser todo lo contrario. Miyazaki quiere retirarse, fumar como un camionero y contemplar cómo el legado de sus películas se le escurre entre los dedos. No se mete en polémicas y, sin embargo, a raíz de este nuevo trend digital, han salido a relucir unas declaraciones que el cofundador de Studio Ghibli expresó en 2016, cuando se le mostró una animación hecha con inteligencia artificial. En ellas alegaba que "nos estamos acercando al fin de los tiempos".

"Estoy totalmente asqueado. Jamás incorporaría esta tecnología en mi trabajo", declaró. "Siento que nos estamos acercando al fin de los tiempos. Los seres humanos estamos perdiendo la fe en nosotros mismos", aseguró Miyazaki para referirse al hecho de que un creador no-humano jamás podrá entender "el dolor del movimiento".

Los fans acérrimos al estudio utilizan la misma red social en la que se ha popularizado el movimiento para defender que "hacer una farsa de un trabajo que ha llevado décadas muestra que, en realidad, no lo valoráis". Lo cierto es que, sin importar cómo de "bien" se vean, estas imágenes carecen de lo que realmente les otorga el sello Miyazaki. Un estilo que bebe de la emoción, del amor e, indudablemente, del ser humano. Sin ello, esto no es más que una moda pasajera.