A la atención de la próxima ministra de medio ambiente:
Durante los últimos años las y los jóvenes hemos sido apodadas por los términos de Millenials y generaciones Y y Z, conceptos para poder etiquetarnos y poder generalizar sobre nuestro desarrollo social y nuestro impacto, siempre desde un punto negativo. Según los medios de comunicación, no somos agradecidas, somos individualistas, egocéntricas, y solo nos mueve nuestro propio interés. Y es que lo tenemos ser debido al sistema social y económico que nos han marcado desde pequeñas, en el que tenemos que luchar unas contra otras, en vez de unirnos como grupo de edad con problemas comunes. Pero esto está cambiando.
Nos quedan 15 años para llegar al punto de no retorno, y nos encontramos que los gobiernos tanto a nivel nacional como de la comunidad internacional no están aplicando medidas efectivas en pro de parar las consecuencias del cambio climático. Aunque afirmará usted que España ha firmado el Tratado de París, este no es vinculante por lo cual no existe una obligación por parte de los países. Pero hablar con terminología hace que el problema no lo entienda la población en general, hay que ser claras y concisas. Que haga buen tiempo a principios de marzo no es una buena señal, es una pésima para nuestro futuro ya que seremos nosotras las que padeceremos las consecuencias del cambio climático.
Por ello, cuando vemos que los gobiernos de los países enriquecidos no toman medidas para contrarrestar y luchar el cambio climático, nos surge una cuestión, y es ¿por qué las jóvenes seguimos con esa obligación implícita de estudiar y hacer nuestras prácticas, deberes, trabajos en grupo, seminarios, etc. para labrarnos un “futuro mejor”, si en realidad ese futuro pasa por las manos de nuestros políticos y estos no están haciendo sus deberes?
Esta es la pregunta que nos ha hecho plantear los “viernes por el clima” (Friday For Future) y la huelga del 15 de marzo a nivel global en todos los sectores de la educación, de la mano de la activista-estudiante sueca Greta Thunberg, para básica y exclusivamente, reclamar nuestro propio futuro el cual ahora mismo está teñido de un negro oscuro y que se debe de colorear de un verde esperanza en el que todas nosotras podamos vivir.
Antonio García González, es uno de los portavoces de Fridays For future
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