Medio Ambiente

Cambio climático

Animales de concha, principales amenazados por la acidez del Antártico

El cambio climático hace que el agua fría del deshielo favorezca la destrucción del carbonato necesario para los animales de concha

Pterópodo del Océano Antártico | K.M. Krumhardt

Antes de que acabe el siglo pueden desaparecer centenares de especies de animales con concha y microorganismos que viven en la superficie del Océano Antártico. El problema está en la acidificación propiciada por el cambio climático, según un estudio publicado esta semana en Nature Climate Change. Para que haya concha, tiene que haber carbonato cálcico en la superficie y ésta desaparece por momentos.

Una investigación de la Universidad de Colorado en Boulder pronostica que la acidificación del océano reducirá es espacio habitable para estos seres, sobre todo los pterópodos, caracolillos diminutos cuya concha en vulnerable. Se reducirá el margen profundidad con vida de un promedio de 1.000 metros a una banda de apenas 83 metros para el año 2100.

La fuerte caída, que podría ocurrir repentinamente en áreas localizadas, podría afectar significativamente a las redes alimentarias marinas y llevar a cambios en cascada en los ecosistemas oceánicos, incluidos verdaderos problemas en las pesquerías mundiales.

La acidificación ocurre cuando los océanos absorben el dióxido de carbono atmosférico (CO2) creado, sobre todo, por la quema de combustibles fósiles. No es un gas tóxico, pero es el principal responsable del efecto invernadero. La absorción altera la química del agua, disminuyendo su pH y reduciendo la cantidad de carbonato disponible. Las conchas son, en esencia, carbonato cálcico, que los microorganismos como los corales y pterópodos utilizan para construir sus estructuras externas.

"Estos organismos calcificantes lucharán para construir y mantener sus conchas a medida que avanza la acidificación", explica Nicole Lovenduski, autora del estudio y profesora del Departamento de Ciencias Atmosféricas y Oceánicas de CU Boulder (ATOC). "En el futuro, una bolsa de agua corrosiva se asentará justo debajo de la superficie, lo que dificultará la vida de estas comunidades, principalmente de organismos que habitan en la superficie".

"Este estudio muestra que nuestras tasas actuales de emisión de dióxido de carbono están influyendo no sólo en la química del Océano Austral sino también en la estructura de su red alimenticia", añade Simone Metz, directora del programa de la División de Ciencias del Océano de la Fundación Nacional de Ciencias, que financió la investigación.

Aguas frías del deshielo absorben CO2

El Océano Austral es particularmente vulnerable a la acidificación debido a las aguas más frías que aumentan la solubilidad del CO2, así como a los afloramientos persistentes que acercan el agua rica en carbono a la superficie.

El estudio utilizó datos del Community Earth System Model (CESM) para pronosticar la acidificación de los océanos bajo varios supuestos de emisiones de CO2. Se analizaron específicamente los cambios en la saturación de carbonato cálcico. El equipo también examinó muestras de agua recolectadas de expediciones previas a bordo del barco al Océano Antártico.

La falta de tiempo para que los organismos se adapten, es lo más preocupante

La investigación sugiere que el cambio puede ser inevitable en grandes regiones oceánicas de la Antártida, independientemente de que se reduzcan ahora las emisiones de dióxido de carbono. "Si las emisiones se redujeran mañana, este horizonte todavía aparecería, aunque posiblemente se retrasara", concluye Lovenduski. "Y esa inevitabilidad, junto con la falta de tiempo para que los organismos se adapten, es lo más preocupante".

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