A principios de 2011, una ola de calor se hizo sentir con fuerza en Australia Occidental. Las temperaturas del agua oceánica se dispararon. Un grupo de investigadores se fijó, en concreto, en la zona de Shark Bay, lugar patrimonio mundial de la UNESCO con una destacada presencia de vida marina. Fue entonces cuando se llevaron una triste sorpresa. Los delfines estaban muriendo.
Los investigadores de UZH ahora han documentado que el cambio climático puede tener consecuencias de mayor alcance para la conservación de los mamíferos marinos de lo que se pensaba anteriormente. Utilizaron datos a largo plazo de cientos de animales recogidos durante un período de diez añosm desde 2007 hasta 2017. Sus análisis revelaron que la tasa de supervivencia de los delfines había disminuido en un 12% después de la ola de calor de 2011. Además, las delfines hembra estaban dando a luz menos animales vivos, un fenómeno que se extendió, al menos, hasta 2017.
Un impacto sin precedentes
"La magnitud de la influencia negativa de la ola de calor nos sorprendió", dice Sonja Wild, de la Universidad de Leeds y primera autora del estudio. "Es particularmente inusual que el éxito reproductivo de las hembras no haya regresado a los niveles normales, incluso después de seis años". Hay varias explicaciones posibles para este fenómeno, por ejemplo, el abandono de los terneros, el aumento de la mortalidad neonatal, el retraso de la madurez sexual o una combinación de todo ello, pero los investigadores aún no han podido investigarlos en detalle.
Curiosamente, la ola de calor no tuvo el mismo efecto en todos los grupos. Los delfines que usan esponjas como herramientas, una técnica socialmente aprendida que ayuda a los animales a ubicar alimentos en aguas profundas, no se vieron tan afectados como los que no usan esta técnica. "Sin embargo, nuestro trabajo plantea la preocupación de que tales eventos repentinos puedan tener efectos negativos a largo plazo, incluso en grupos de mamíferos marinos que se suelen adaptar bien a las nuevas condiciones ambientales", dice Wild.
El estudio muestra por primera vez que las olas de calor marino no sólo afectan a los organismos en los niveles más bajos de la cadena alimentaria. También pueden tener consecuencias considerables a largo plazo para los animales en la parte superior de la pirámide, como los delfines. "Es probable que las olas de calor marinas se produzcan con más frecuencia en el futuro debido al cambio climático", dice otro de los firmantes, Michael Krützen, profesor del Departamento de Antropología de UZH. "Esto es preocupante no sólo por las perspectivas a largo plazo de las poblaciones de mamíferos marinos, sino también por todos los ecosistemas oceánicos".
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