Los expertos, científicos, políticos, activistas y técnicos de todo el mundo hay involucrados en las cumbres del clima sintieron con preocupación el anuncio de Chile de no poder acoger la cumbre del clima prevista y organizada por su gobierno para la primera quincena de diciembre. Las dinámicas de trabajo puestas en marcha en Katowice (Polonia) corrían el riego de dilatarse en el tiempo, justo cuando EEUU confirmaba su salida del Acuerdo de París y cuando el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático acaba de lanzar un demoledor informe llamando a la acción.
La propuesta de España de organizar en un mes la COP 25 se vivió con alivio entre los actores involucrados. Christiana Figueres la que fuera Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y organizadora de varias cumbres como la de Madrid, dijo, a su paso por España, hace dos semanas, que Teresa Ribera estaba loca por organizar una cumbre que se normalmente se monta en dos años.
La ministra de Transición Ecológica se ríe cundo le decimos el comentario de Figueres, son dos viejas conocidas de los foros multilaterales, y acto seguido empieza a repartir halagos entre los implicados en la puesta en marcha contrarreloj de la ansiada cumbre.
"Hemos visto es una administración del Estado que responde con una rapidez y una capacidad inusitadas y un entusiasmo y una energía, por parte de todos los equipos, importantísimas y también una capacidad de reacción muy interesante por parte del resto de la sociedad, con alcaldes, con comunidades autónomas, con empresas, con la sociedad civil organizada o, simplemente, expresiones personales individuales o de pequeñas asociaciones, menos organizadas, que han respondido maravillosamente, una comunidad científica y académica muy orgullosa de sentir que su gobierno estaba a la altura de las circunstancias a la hora de responder a este gran desafío.
P. ¿Cómo va afectar la salida de EEUU del Acuerdo de París al desafío del cambio climático?
R. El presidente Trump Ha hecho lo que anunció que iba a hacer que es iniciar el procedimiento de renuncia del Acuerdo de París con la intención de que Estados Unidos se descuelgue. Sería efectivo, si no se interrumpe antes de este procedimiento el 4 de noviembre del año 2020. Hay tres comentarios que me parecen muy importantes al respecto.El primero de ellos es que el 3 de noviembre hay elecciones presidenciales en Estados Unidos y eso nos hace pensar que va a marcar uno de los ejes de la campaña política, será un elemento controvertido entre los candidatos. Está por ver qué es lo que ocurre.
Estoy segura de que al presidente Trump le hubiera gustado de otros países que siguieran su estela y no ha sido así
El segundo de ellos es que desde que Estados Unidos anuncia la protección y el resurgimiento de los combustibles fósiles, que por otra parte no se ha materializado como él pensaba y desde el abandono del acuerdo de París se produjo una reacción extraordinaria por parte de la sociedad americana que diría que además es transversal. Tanto republicanos, como demócratas, gobernadores, alcaldes y empresas financieras, sociedad civil, universidades de enorme prestigio, centros educativos e iglesias reaccionan en contra de ese anuncio por parte del presidente, lo que pone de manifiesto hasta qué punto hay una sociedad civil, vibrante que se opone a este tipo de imposiciones alejadas de la ciencia.
Y la tercera cuestión que yo creo que es interesante es que no ha habido otro país que se haya sumado a la iniciativa de Trump. Estoy segura de que al presidente Trump le hubiera gustado de otros países que siguieran su estela y no ha sido así. Al contrario su gran rival histórico, Rusia, acaba de ratificar el Acuerdo de París. Es malo que un gigante como Estados Unidos con el peso económico político que tenía en el siglo XX renuncie al papel que le corresponde en la Historia, que es contribuir a aliviar a responder a los grandes desafíos de cada momento, pero es bueno ver como el resto de la comunidad internacional no se ve amilanada.
P. ¿Qué puede salir de la cumbre de Madrid?
R. El objetivo más importante de esta cumbre es que se asiente definitivamente la acción climática de manera transversal en todos los frentes. Es una cumbre que inicia una nueva etapa. Ya no se trata de que los diplomáticos acuerden el marco regulador de cómo se trabaja en el ámbito multilateral en materia de clima, eso está hecho con el Acuerdo de París y con todas las reglas del libro de desarrollos que hacía necesario el acuerdo de París lo terminamos el año pasado en Katowice, y se empieza a ensayar qué significa la gobernanza de un sistema de Naciones Unidas que nos exige a todos gobiernos nacionales, subnacionales, actores de la sociedad civil, actores económicos, financieros activar un modo diferente de pensar y acelerar la acción climática.
Por tanto mensaje, importante para la COP confirmar que eso es así en cualquier circunstancia. Primera idea segunda idea el que nos permita dar los pasos intermedios para que cuando a partir del año que viene se active el siguiente hito temporal del Acuerdo de París revisar formalmente al alza las contribuciones en la reducción de emisiones estemos en condiciones de poder hacer. Este quizás es el desafío técnico político importante y por eso el hecho de que el multilateralismo haya demostrado que se abre camino es fundamental. Si no hubiera habido una aceleración normal este año hubiera sido muy difícil poder activar ese mecanismo el año que viene que es para cuando estaba prevista.
P.¿Qué papel espera de las empresas?
R.Espero una respuesta congruente en la preparación, durante y, sobre todo después. Creo que la estrategia de negocio, en estos momentos, no puede obviar la realidad del cambio climático. Por tanto, han de pensar de manera solvente y coherente qué significa hacer negocios; qué significan los límites ambientales; que significa la demanda de sus clientes; qué significa la nueva regulación; qué significa la amenaza física del cambio climático sobre sus infraestructuras, modos de producción o cadenas de suministro.
Hay algunos sectores de actividad económica empresarial que han ido entendiendo y han ido acomodándose a ese cambio y ha habido saltos tecnológicos que les permite responder a aquello que representa su negocio de manera cada vez más compatible con el contexto climático. Pero todavía queda muchísimo por hacer. En la medida en que cada una de las empresas, en cada uno de los sectores integre esta variable de forma congruente será muchísimo más fácil acelerar el ritmo de reducción de emisiones y prepararnos para poder resistir a esos impactos físicos del cambio climático con los que seguiremos conviviendo durante muchos años.
P. ¿Puede es sistema financiero integrarse en esa visión de las necesidades del planeta?
R. Ya ha empezado a hacer esa evolución. El sistema financiero, que por definición en el medio y largo plazo es discreto, quiere asegurar los retornos, ha entendido que hay riesgos que no estaban bien valorados y- al contrario- que había más sobrevaloración de retornos que, sin embargo, podrían no producirse, bien por el coste físico que podrían suponer los impactos del cambio climático, o bien por cambios importantísimos en el contexto regulatorio que dejaban fuera del sistema activos que hasta ahora se consideraban absolutamente seguros, como pueden ser los combustibles fósiles.
Creo que hay compañías que han ido incorporando esto hace años y entienden mejor como grandes reaseguradoras, multinacionales o grandes fondos de inversión de medio y largo plazo. Sin embargo todavía vemos cómo se producen desajustes en los inversores de corto plazo. O en la salida de activos que están presentes en sus carteras sobre los que esperan rendimientos a corto plazo a los que les cuesta renunciar.
P. ¿Qué se le puede pedir a la ciudadanía, tanto a la sociedad civil organizada como a la no organizada?
R. Creo que hay un mensaje fundamental y es ‘capacidad crítica’. Entender por qué esto es una preocupación y una prioridad que debe plasmarse en los contextos regulatorios para facilitar los cambios en nuestros comportamientos como consumidores a la hora de discriminar por qué sí, por qué no y cuál es el valor o el coste escondido de las cosas que se nos presentan. Por lo tanto activar nuestra capacidad de generar presión en la buena dirección.
Todavía estamos a tiempo de hacerlo pero hay que entender por qué se hace porque si no cuesta mucho hacerlo parece que uno quiera fastidiar a los demás y no quiere fastidiar a los demás, quiere anticipar esos problemas para poder ofrecer respuestas honestas solidarias y que no sea un todo o nada sino que haya alternativas.
Hay una segunda cosa que también creo que es importante que son tolerancia y solidaridad. Entender que un proceso de cambio tan importante como éste en tan poco tiempo no puede hacerse a costa de las personas que pueden encontrarse en una situación más vulnerable. Lo vemos en los mercados de trabajo o lo vemos en los asentamientos humanos ubicados en zonas particularmente frágiles o vulnerables y esto ocurre lejos de nuestro territorio en otros países. Pero, lamentablemente, ocurre también en entornos mucho más próximos del que pensamos. Cambian los modos de vida los modos de producción o la seguridad de muestras de nuestras infraestructuras ante los mayores riesgos de inundación y mayores riesgos de sequía. Cambia drásticamente también cuáles son las zonas seguras o las zonas en las que habría retornos de inundación cada muchísimo tiempo y, de repente, van a ser cada vez menos tiempo que tenemos que plantearnos un modo nuevo diferente de las respuestas que tenemos delante.
P. ¿Le preocupa que haya gente que se vaya a quedar al margen de la transición y, concretamente, le preocupa que esos perdedores se conviertan en negacionistas?
R. Yo creo que tenemos que evitar que haya perdedores. Si hacemos las cosas con suficiente anticipación y trabajamos en la generación de alternativas. No tiene por qué haber perdedores. Puede haber productos que desaparezcan esto ha ocurrido otras veces a lo largo de la historia como el carro o las velas como sistema de iluminación. Entonces probablemente los productores de velas o los productores de carros hubieran podido ser perdedores, pero la sociedad en su conjunto avanzó. Y ahora ese planteamiento se acelera y hay determinadas cosas que están cambiando, la economía basada en los combustibles fósiles ha de cambiar muy rápidamente, lo que no significa que tenga que ser de un día para el otro, pero sí está cambiando rápidamente,y las personas que llevan generaciones, en muchas ocasiones, viviendo con actividades muy directamente relacionadas con ellas sienten el miedo de qué va a representar para su propia vida y la de sus hijos. A mí me parece que esto es algo dramático que hay que combatir. Hay que destinar políticas públicas, ingresos, solidaridad y facilitar alternativas económicas e industriales de modos de vida.
En efecto, puede haber quien se sienta perdedor y generarse un efecto, a mi juicio absolutamente perverso, y es que el más vulnerable se convierta en ariete en contra de algo que en ningún caso le va a permitir vivir mejor. Muy al contrario le va a estallar en la cara más adelante. No debemos tolerar eso, una sociedad moderna hay que anticipar y acompañar este proceso para que no sea así.
P. Los datos de los científicos nos imprimen mucha urgencia para luchar contra el cambio climático, 'El tiempo de la acción' es el eslogan de esta cumbre ¿Es tiempo de activismo?
R. Es tiempo de acción y es tiempo de activismo. Y es tiempo de cabeza también, de ser enormemente ágiles y abiertos mentalmente. Son cambios que van mucho más allá de meros componentes decorativos o colaterales. Son cambios estructurales muy profundos y eso requiere cambios de mentalidad muy profundos. Uno de los mensajes más claros es que si queremos mantener nuestra calidad de vida tenemos que cambiar nuestros estilos de vida en muchos frentes. Eso no es tan sencillo. Hay un factor humano que va más allá de lo que nos puedan decir los ingenieros en una hoja excel, sobre el papel y con los números todo puede caber, pero el proceso de transformación se asienta sobre la vida de la gente, sobre los entornos físicos de la gente y eso exige una implicación emocional una priorización de valores importantísima.
Si queremos mantener nuestra calidad de vida tenemos que cambiar nuestros estilos de vida en muchos frentes
Así que sí, es tiempo es tiempo de actuar, es tiempo de hacerlo rápidamente, es tiempo de entender que sobre todas las oportunidades que se puedan plantear que se materialicen depende de nosotros mismos. Una cosa es lo que ocurre sobre el papel y otra cosa es que llevarlas a la práctica exige un esfuerzo que va más allá de la inercia o de pequeños cambios cómodos de nuestras vidas. No es decorativo, es una transformación importantísima.
P. ¿Estará España en la parte más exigente de los compromisos de Europa?
Yo veo a España enormemente motivada en este campo. Creo que elementos fundamentales de nuestra tradición, de nuestros valores, de lo que nos sentimos satisfechos, de lo que nos identifica, están en riesgo como consecuencia del cambio climático. Creo que tenemos una sociedad enormemente abierta y solidaria y eso nos permite ubicarnos bien en la defensa de valores asociados a la transformación climática. Pensemos que desde las dehesas, algo tan maravilloso de nuestro paisaje, hasta el turismo o el litoral, que forman parte de lo que nos ha dado una gran parte de nuestra riqueza, están amenazados como consecuencia del cambio climático.
Elementos fundamentales de nuestra tradición, de lo que nos identifica, están en riesgo como consecuencia del cambio climático
Estamos en una zona con un clima en transición de una zona del mundo con un clima en transición. Somos un puente entre dos continentes, uno de los cuales puede pasarlo muy mal. Tenemos, sin embargo, algo que resulta único y es que las nuevas fuentes de generación de algo tan fundamental para el desarrollo del bienestar como la energía. Las tenemos al alcance de la mano con el sol y el viento.
P. ¿Es la transición ecológica la gran apuesta del Gobierno para la siguiente legislatura?
Es sin duda una de ellas, porque ha pasado algo que yo creo que es fundamental y es que se entiende y se plasma que la transición ecológica no es un asunto relacionado con la gestión de espacios y especies, como si fuera un museo, es algo que tiene mucho más que ver un entendimiento del futuro en común, con qué tipo de sociedad queremos construir, cómo se anticipan, entienden y corrigen las nuevas desigualdades que surgen de un desigual acceso a oportunidades o a la riqueza ambiental que necesitan una intervención importante por parte de las políticas públicas. Por tanto, igualdad y componente social, pero también generación de oportunidades de bienestar y progreso económico. Es difícil pensar en empresas, en negocios y economía que perdure en el tiempo si está limitando, si está reduciendo, el capital natural sobre el que se asientan.
P. ¿Cómo ve la presencia de Greta Thunberg en Madrid?
P. Yo creo que Greta Thunberg se ha convertido en una referencia importante para una buena parte de la sociedad mundial. Porque como ha ocurrido en otros momentos de nuestra historia dice cosas muy sencillas y muy obvias que resultan revolucionarias. Dice escuchar a la ciencia, dice que los niños no deberían estar perdiendo su vida de niños para reclamar a los adultos que hagan lo que saben que tienen que hacer, en lugar de mirar para otro lado. Y eso es una cosa muy muy impactante. Efectivamente ha supuesto una sacudida sobre todo en la gente más joven pero también un golpe a la moral y la conciencia de los que somos somos adultos y tenemos capacidad de cambiar las cosas. Y eso explica por qué genera tanta expectación y también tanta tanta reacción.
En el Ministerio recibimos todos los días un montón de llamadas de peticiones de muestras de interés para saber cuál va a ser su agenda dónde va estar como está lo que significa que se ha convertido como decía antes en un referente. Ella es una persona ligada a su propia capacidad de decisión con respecto a qué es lo que quiere hacer y cómo, no somos quién para decir nada, pero sí que entendemos que como anfitriones en la medida en la que tiene un mensaje potente que trasladar durante la cumbre y quiere hacerlo y hay gente que quiere escuchar lo que quiere decir, hay que habilitar un espacio para que pueda hacerlo, así que estaremos un poco a la espera para saber cuáles son sus planes.
P. El papel de las ciudades, la salud y su papel como dinamizadores de la descarbonización se tratará en esta cumbre que se celebra en Madrid. ¿Qué le sugiere esta circunstancia?
R. Algo que he repetido al alcalde en numerosas ocasiones en público y en privado a mí me parece que tenemos dos problemas muy serios. Uno de ellos formal, es que España incumple los objetivos de calidad del aire marcados por la Unión Europea, porque tiene algunos puntos calientes donde se incumplen muchos esos máximos de emisión y uno de ellos es Madrid y esto no es ninguna broma es cumplimiento de las normas o es arriesgarse a una sanción. El procedimiento está muy avanzado y la Comisión llevó a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea y fue un movimiento reflejo al hecho del anuncio el hecho de que el alcalde recién elegido anunciara que levantaba las restricciones de Madrid Central que era la medida quizá emblemática más importante adoptada por el Consistorio. Aunque sólo fuera por razones formales es importante, hay un incumplimiento de la norma comunitaria directamente imputable a los planes de algunas ciudades como Madrid.
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