Es una mantra que climatólogos y ecologistas llevan años denunciando: Lo que pasa en el Ártico no se queda en el Ártico, nos afectará con fenómeno extremos en nuestro territorio. En España ya lo hemos comprobado, ya no es una aviso. Las imágenes compartidas por la Agencia Espacial Europea revelan como el vórtice polar, la masa de aire frío que gira alrededor del Ártico, se desplaza a latitudes más bajas provocando fenómenos como Filomena.
Durante los últimos meses en el Ártico se ha producido un calentamiento estratosférico repentino, que es cuando una masa de aire cálido desestabiliza el vórtice polar lo divide lo que causa que masas de aire frío viajen a latitudes más al sur.
"La división conduce a cambios en la circulación troposférica que permiten que las masas de aire frío de los polos escapen más fácilmente a latitudes más bajas. Por el momento, algunas partes de América del Norte parecen estar experimentando un clima más frío que Europa, aunque hemos visto eventos de aire frío que llegaron bastante al sur de Europa durante las últimas semanas provocando, por ejemplo, fuertes nevadas en España", explica en un comunicado de la Agencia Espacial Europea Anne Grete Straume, científica de la misión Aeolus.
El viento que creó Filomena
La animación utiliza datos del satélite de viento Aeolus de la ESA y muestra cómo cambió el vórtice polar en la estratosfera inferior entre el 1 de diciembre de 2020 y el 1 de febrero de 2021. Las primeras gráficas a principios de diciembre muestran el vórtice en un estado relativamente normal, pero a mitad de diciembre aparecen parches de viento azul, y el viento va hacia atrás en relación con las condiciones normales. Los científicos están utilizando información del viento de Aeolus para arrojar más luz sobre este complejo fenómeno que puede alterar el clima en latitudes más bajas.
Los calentamientos estratosféricos repentinos tienen lugar en cierta medida todos los años, pero el evento actual se ha clasificado como mayor, y es menos común. La recurrencia de estos fenómenos es lo que muchos climatólogos atribuyen al cambio climático, lo que hace muy necesaria la investigación de Aeolus.
El calentamiento global retira el manto blanco del hielo del Ártico conforme la banquisa se derrite, lo que significa que el océano absorbe cada vez más calor del Sol. Cuando se derrite el hielo ártico la circulación de la humedad en esta zona afecta a los patrones de las ondas planetarias de circulación atmosférica o corriente en chorro. Esta corriente es una especie de "río" que rodea el Ártico y hace de barrera entre aire polar y el resto. La debilitación de esta barrera hace que las masas de aire frío del vórtice viajen al sur. Esta es la alerta que nos ha dejado la gran nevada de este año, tendremos más filomenas el futuro, aunque el planeta se calienta cada vez más.
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