En España no hay lagos, pero sí muchos embalses. Este detalle y el hecho de que nuestro territorio sea tan montañoso y con mucha costa es lo que convenció a los ingenieros españoles del Servicio de Incendios Forestales del Ministerio de Agricultura para comprar los dos primeros aviones anfibios Canadair CL-215 para luchar contra los incendios.
"Se trataba de un modelo nuevo, al que Canadair había llegado tras más de diez años de investigación. Los ingenieros españoles habían hecho algunos experimentos con aviones con carga en tierra, pero no teníamos un sistema aéreo para luchar contra los incendios", cuenta a El Independiente Rafael Gómez del Álamo, jefe del área de Defensa contra incendios forestales.
"Este tipo de avión carga agua en el embalse, la suelta y vuelve a cargar con facilidad. Era muy útil porque hay embalses en toda España, más la costa, lo que hace que se compren los aparatos en 1970", cuenta Gómez del Álamo. Algo en lo que España fue pionera en Europa para luchar contra el fuego.
El 8 de febrero de 1971 llegaron los dos primeros Canadair CL-215. Dos aviones anfibios destinados al Ministerio de Agricultura, que desde aquel momento y hasta el comienzo de esta legislatura tenía las competencias en gestión de incendios. Ahora se gestionan desde el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, pero los que hacen posible su operativo son los miembros del 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, que además de pilotarlos se ocupan de su mantenimiento.
Hoy no se concibe la lucha contra el fuego sin estos aviones. El parque se fue ampliando y modernizando con los años y en la actualidad están operativos 18 aparatos. El ICONA, organismo que se creó para luchar contra el fuego, apostó por ellos. "Han sido claves — asegura Gómez del Álamo—, se pelea infinitamente mejor contra los incendios y se logran controlar. Y aunque se utilizan otros medios aéreos, esta era el arma más potente: 5.000 litros de agua de un golpe".
Hay aviones más grandes y con más capacidad de carga, pero no maniobran tan bien como los Canadair, ni son tan precisos. En este sentido, el jefe del área de Defensa contra incendios forestales destaca que esa precisión va acompañada de la gran potencia que imprime el avión al agua que descarga y que cae con mucha fuerza sobre el fuego.
En 2006 llegaron nuevos modelos cuando Bombardier compró Canadair. Los nuevos aviones ya son digitales y su sistema de descarga de agua tiene cuatro compuertas en vez de las dos del mítico modelo. Ahora Vikingair ha comprado Bombardier y va a renovar los modelos de extinción de incendios.
Los aviones que pilota el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire depende del gobierno central y se destina a todas las comunidades. Pese a que las competencias contra incendios están transferidas este recurso está disponible cuando se necesita, que suele ser en grandes incendios forestales.
Colaboración europea
España cuando es requerida envía aviones a otros países de Europa que padecen algún gran incendio. Lo hace dentro del programa RescEU, algunos de los nuevos modelos de aviones vendrán subvencionados por Europa y estarán disponibles para actuar dentro y fuera de nuestro territorio.
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