Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) publicado hoy confirma lo que ya otros estudios habían apuntado, la desaceleración de la economía por el parón del Covid y los confinamientos no han logrado frenar el cambio climático ni evitar la aceleración de sus impactos.
El informe del Estado del clima mundial en 2020, documenta algunos indicadores del sistema climático, entre los que se incluyen las concentraciones de gases de efecto invernadero, el incremento de las temperaturas terrestres y oceánicas, el aumento del nivel del mar, el derretimiento del hielo, el retroceso de los glaciares y los fenómenos meteorológicos extremos.
El 2020 fue uno de los tres años más cálidos de los que se tiene constancia, a pesar del fenómeno de enfriamiento de La Niña. La temperatura media mundial fue de aproximadamente 1,2 °C superior a los niveles preindustriales (1850‑1900). Los seis años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen datos. La década de 2011 a 2020 fue la más cálida jamás registrada.
Este informe cumple 28 años desde que la Organización Meteorológica Mundial publicó el primer informe sobre el estado del clima en 1993, ante los primeros indicios de que el clima estaba cambiando. "Ahora contamos con datos correspondientes a 28 años que demuestran el considerable incremento de la temperatura en la tierra y el mar, así como otros cambios, por ejemplo, el aumento del nivel del mar, el derretimiento de los hielos marinos y glaciares y las modificaciones en la distribución de las precipitaciones”, afirmó el Secretario General de la OMM, profesor Petteri Taalas en la presentación de este informe.
El informe es un preludio de la Cumbre de Líderes sobre el Clima, convocada por los Estados Unidos y que se celebrará de manera virtual los días 22 y 23 de abril. El presidente Joe Biden quiere liderar los esfuerzos de las grandes economías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y cumplir los objetivos del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático tendientes a mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, y limitarlo a 1,5 °C, si fuera posible.
“En este informe se demuestra que no hay tiempo que perder. El clima está cambiando, y los impactos ya son demasiado perjudiciales para las personas y el planeta. Es indispensable adoptar medidas este año. Los países deben comprometerse a lograr emisiones netas de valor cero, a más tardar en 2020", afirmó Guterres.
Gases de efecto invernadero
El informe destaca que las concentraciones de los principales gases de efecto invernadero siguieron aumentando en 2019 y 2020. El promedio mundial de de dióxido de carbono (CO2) ya ha superado las 410 partes por millón (ppm), y si se mantiene la tendencia de la concentración de CO2 de los años anteriores podría alcanzar o superar las 414 ppm en 2021, según se desprende del informe. El PNUMA señala que la desaceleración de la economía redujo temporalmente las nuevas emisiones de gases de efecto invernadero, pero no tuvo un impacto tangible en las concentraciones atmosféricas.
Océanos y criosfera
Los océanos absorben hasta un 23 % de las emisiones anuales de CO2 de origen antropógeno en la atmósfera y actúan como un amortiguador del cambio climático. Sin embargo, el CO2 reacciona con el agua de mar y disminuye su pH, lo que da lugar a la acidificación de los océanos. Esto, a su vez, reduce la capacidad de los océanos para absorber CO2 de la atmósfera. De acuerdo con la COI de la UNESCO, la acidificación y la desoxigenación de los océanos han seguido produciéndose, lo que ha incidido en los ecosistemas, la vida marina y la pesca.
Por su parte en la criosfera, las zonas de agua del planeta en estado sólido, muestran retroceso, una año más. En 2020 el valor mínimo de extensión del hielo marino en el Ártico tras el deshielo estival fue de 3,74 millones de km2; desde que se tienen registros, esta fue la segunda vez que se ha reducido a menos de 4 millones de km2. En los meses de julio y octubre se observó una reducción sin precedentes de la extensión del hielo marino.
Las temperaturas máximas récords que se registraron al norte del círculo polar ártico en Siberia provocaron una aceleración del derretimiento del hielo marino en el mar de Siberia oriental y el mar de Laptev, en los que se produjo una ola de calor marina prolongada. El retroceso de los hielos marinos durante el verano boreal de 2020 en el mar de Laptev fue el más temprano que se haya observado en la era satelital.
La capa de hielo de Groenlandia continuó perdiendo masa. Si bien el balance de masa superficial se acercó a la media a largo plazo, la pérdida de hielo debida a desprendimientos de témpanos se situó en el extremo superior del registro satelital de 40 años. En total, se perdieron aproximadamente 152 Gt de hielo de la capa de hielo de Groenlandia entre septiembre de 2019 y agosto de 2020.
La extensión de hielo marino en la Antártida se mantuvo cerca de la media a largo plazo. La Antártida pierde aproximadamente entre 175 Gt y 225 Gt por año, debido a los crecientes caudales de los principales glaciares de la Antártida occidental y la península antártica.
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