Hace 30 años, en 1991, Madrid fue testigo de uno de los acuerdos multilaterales más celebrados de la historia, el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente que excluía al continente helado de la explotación humana durante 50 años. Junto con el Protocolo de Montreal que consiguió reducir la capa de ozono, son los antecedentes de entendimiento a los que miran los delegados de todos los países presentes en la cumbre del clima, COP26, reunidos en Glasgow para lograr consensos contra el cambio climático.
Para lograr aquel hito del proteccionismo medioambiental basado en las relaciones internacionales la sociedad civil movilizó todos sus recursos mediáticos para ejercer presión en los países que tenían que firmar el tratado en Madrid. Uno de esos recursos fue el propio Tintín, el personaje de Hergé salió de sus aventuras para “subirse” en una zodiac de Greenpeace con todos los personajes que le acompañan siempre, pero esta vez para apoyar la protección de la Antártida. Una aventura de la que salió triunfante con el acuerdo de 1991.
¿Pero cómo llega a subirse Tintín a un viaje ficticio con la organización ecologista? A comienzos de 1980 Greenpeace, que recientemente ha cumplido 50 años, compró el barco Sirius. Un empleado de Greenpeace contactó a Hergé para saber si el Sirius era el mismo barco que aparecía en El tesoro de Rackham El Rojo. La respuesta fue que no, pero acordaron que una acción conjunta de Greenpeace y Tintín y sus amigos sería una buena idea.
Así que Georges Prosper Remi, más conocido como Hergé, empezó a dibujar Tintín, a su inseparable amigo Milú y al capitán Haddock subidos en una zodiac de la organización ecologista. Por desgracia el dibujante enfermó y murió en marzo de 1983 sin terminar el trabajo.
Tras la muerte de Hergé, Jean-Marc Pias de Greenpeace acordó con Bob De Moor terminar el dibujo. Bob De Moor era la mano derecha de Hergé y trabajó con el belga en muchas de las aventuras del periodista. El resultado fue este póster que convirtió a Tintín en activista de Greenpeace en el Sirius como parte de la campaña de la Antártida de la organización, que fue una de las más largas de la organización en su historia. Antes del acuerdo de Madrid la organización creó un campamento en el continente helado durante un año para llamar la atención sobre la necesidad de proteger al continente de su explotación.
En la Antártida hay importantes reservas de petróleo y minerales. Para evitar que se explotara las organizaciones ecologistas y científicos de todo el mundo se movilizaron para evitarlo. Greenpeace estableció una base en la Antártida con el objetivo de que fuera preservado de las reclamaciones nacionales y declarado un bien común de todos los países. En 1991 el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente, fue firmado en Madrid aseguró la preservación del continente de explotación hasta 2048.
Desde Greenpeace aseguran que, en su día, el póster fue un éxito. “Por lo que hemos examinado, el cartel no se ha encontrado en ningún otro lugar y nunca se ha reimpreso. Greenpeace no tiene los derechos de autor del póster, por lo que, lamentablemente, no se nos permite reimprimirlo con el propósito de venderlo”. El póster es una rareza y para reproducirlo en este artículo pedimos permiso a Greenpeace Nordic para su publicación dentro de los artículos sobre los cincuenta años de la organización que se cumplen en 2021.
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