En febrero de este año se superó por primera vez la barrera de los 100.000 buques mercantes en todo el mundo y se calcula que el transporte marítimo supone actualmente el 90% del comercio mundial. El colapso del Canal de Suez por el buque Evergreen y la actual crisis de suministros son una buena muestra de la importancia de los cargueros los negocios internacionales.
Pero, claro, eso tiene sus consecuencias: según la Organización Marítima Internacional, el transporte marítimo es el culpable del 3% de todas las emisiones mundiales de dióxido de carbono, el gas de efecto invernadero más dañino y que más contribuye al cambio climático. De acuerdo al mismo organismo, el comercio marítimo se triplicará para 2050, lo que podría provocar que ese dato del 3% de las emisiones de CO2 a nivel mundial se convierta en un 10%.
Con una conciencia climática cada vez mayor en todos los ámbitos, el sector del transporte marítimo no vive al margen. De hecho, más de un centenar de países firmaron en 2018 el compromiso de reducir hasta un 50% las emisiones del transporte marítimo para 2050. Hay cotas más ambiciosas, como la de Europa, cuyo Parlamento votó en 2020 a favor de que las compañías navieras redujeran su emisiones de CO2 en un 40% para 2030.
El regreso de los barcos de vela
Con vistas a esos objetivos, muchas empresas trabajan ya en dar forma a soluciones tecnológicas que permitan mantener -e incluso aumentar- el flujo marítimo reduciendo drásticamente sus emisiones. Se está investigando en propulsión eléctrica para ferris y buques de corta distancia, en mejoras del motor, en aerodinámica y en combustibles alternativos. El objetivo es descarbonizar y eliminar el petróleo pesado para que alcance un balance climático neutro.
En ese sentido, la empresa de neumáticos Michelin está desarrollando un proyecto que puede reducir hasta un 20% el consumo de combustible de los grandes barcos usando una energía inagotable, verde y que no contamina nada: el viento. El gigante francés presentó hace unos meses el proyecto WISAMO (Wing Sail Mobility), un sistema de velas gigantes automatizado, telescópico e hinchable que se puede instalar tanto en buques mercantes como en barcos de recreo. Su mástil es retráctil, lo que permite armar y desarmar el sistema en cualquier momento, para entrar en un puerto o para pasar por debajo de un puente.
Estas velas inflables, que pueden medir hasta 100 metros cuadrados, aprovechan el viento como forma de propulsión y según explican desde Michelin, "resulta especialmente adecuado para los buques de cargamento rodado, cargueros, petroleros y buques cisterna". Su instalación podría realizarse como equipo original en los barcos nuevos, así como en los que ya están en servicio, y además puede utilizarse en cualquier ruta marítima.
“La ventaja de la propulsión eólica es que la energía del viento es limpia, gratuita, universal y totalmente indiscutible. Ofrece una vía muy prometedora para mejorar el impacto medioambiental de los buques mercantes", apunta el marinero francés Michel Desjoyeaux, que ha participado en el diseño de las velas hinchables. Michelin espera tener este producto en el mercado en 2022.
Los drones pueden ayudar a contaminar menos
El mundo de la logística y el transporte no deja de cambiar y hace cuatro meses se presentó en Galicia un proyecto que puede revolucionar el mundo de las entregas. La empresa de drones Aerocámaras, una de las más importantes a nivel español y europeo, hizo una demostración del poder que tienen estos aparatos.
El dron AeroHyb Hexa despegó del puerto de Vigo portando un maletín hasta un carguero en un trayecto de más de 18 kilómetros. Estos drones tienen una autonomía de siete horas y pueden llegar a transportar hasta 200 kilos. Con ello, se podría evitar que algunos cargueros tuvieran que amarrar en puerto, con el consiguiente ahorro monetario y energético para las empresas.
Amazon e Inditex prometen cero emisiones para 2040
Recientemente, varios gigantes del comercio internacional como Amazon, IKEA o Inditex se comprometieron a cambiar progresivamente todo su transporte marítimo a buques propulsados por combustibles con cero emisiones de carbono para 2040.
"Queremos ayudar a cambiar el transporte marítimo usando buques propulsados por combustibles que no emitan carbono", señaló el director del programa Net-Zero Carbon de Amazon, Edgar Blanco. "El momento de actuar es ahora y damos la bienvenida a todas las compañías navieras que se quieran unir a nosotros". Otras empresas que también han firmado el acuerdo son Unilever, Michelin, Tchibo, Patagonia, Brooks Running o FrogBikes.
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