Este 26 de diciembre es el primer domingo de tranquilidad en la isla de La Palma desde hace más de tres meses, casi 100 días de angustia e intranquilidad mirando a un volcán que ha destrozado las casas y los terrenos de centenares de familias. "La erupción ha terminado", anunciaba el sábado al mediodía el portavoz de Gobierno canario, Julio Pérez, después de que el comité de expertos no registrara ninguna actividad en Cumbre Vieja en los últimos doce días.
Los datos que deja el volcán son desoladores: 1.241 hectáreas de terreno cubiertas por la lava, 2.988 edificios han sido destruidos y casi 7.000 personas han sido desplazadas. Algunas no volverán a sus casas, engullidas por el magma, mientras que otras podrán regresar cuando el volcán termine de expulsar todos los gases tóxicos. Porque aunque la erupción se haya dado por concluida, la emergencia civil continuará todavía un tiempo. Lo que será mucho más lento y largo será el proceso de reconstrucción de la zona de la isla afectada.
"La pregunta que se hacen muchos ahora es qué se hace cuando termina una erupción", señala al otro lado del teléfono David Calvo, portavoz de Instituto Volcanológico de Canarias, el Involcan. "Nosotros, desde un punto de vista científico, vamos a mantener un equipo estudiando el volcán. Y será el turno del Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) y de los políticos, que deberán tomar decisiones sobre la reconstrucción. Ahora bien, pasará un tiempo largo para que todo vuelva a la normalidad".
El Pevolca, que se constituyó unos días antes de la erupción, seguirá trabajando hasta que se haya acabado la emergencia. Desde hoy están trabajando ya en una rehabilitación de los servicios esenciales en la zona afectada. "Ahora afrontamos el verdadero principio de la reconstrucción de La Palma. Lo haremos con la máxima celeridad y con toda garantía; con la ciudadanía y desde la unidad institucional", señalaba el sábado en Twitter el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres.
Un plan de empleo de 63 millones
La semana pasada, las autoridades locales firmaron un acuerdo con el Gobierno central para recibir un paquete de 63 millones de euros que irán destinados al empleo en la isla. La Palma, que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos, ha vivido dos años nefastos con la pandemia y el volcán. "Esto abre un atisbo de esperanza", señalaba Juan Miguel Rodríguez, alcalde de Tazacorte, una de las localidades más afectadas por la erupción.
Según explicó el presidente del Cabildo de La Palma, Mario Hernández Zapata, parte de ese dinero se destinará en contratar a más de 1.600 personas desempleadas y se pondrá el foco en empleos medioambientales y de construcción.
Además, el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) ha pagado ya 73,7 millones de euros en indemnizaciones a asegurados por los daños causados por la erupción del volcán. Esta cantidad corresponde a 361 viviendas, por las que se han abonado 63,17 millones; a 58 automóviles (275.210 euros); a 39 comercios y locales de oficina (9,9 millones) y a cinco industrias (415.135 euros). Sin embargo, todavía quedan cientos de solicitudes de indemnizaciones por tramitar, ya que según los datos del Consorcio se recibió un total de 2.847 reclamaciones.
Aunque ya erupción ya ha concluido, todavía hay cerca de 550 personas durmiendo en hoteles de la isla y otras 43, atendidas en centros sociosanitarios
La lista de ayudas anunciadas es más larga: hay una ayuda de 14 millones del Gobierno central para ganaderos, agricultores y pescadores; y el Gobierno local ha destinado casi cinco millones para desaladoras y otros diez millones para pymes y autónomos. Además, hay unas 1.100 personas que están en ERTE por el volcán.
Rehabilitar el sistema eléctrico
La compañía Endesa ha iniciado un plan de emergencia para la reconstrucción del sistema de electrificación, que quedó gravemente dañado por las coladas del volcán. La lava ha destruido 130 kilómetros de líneas eléctricas, 85 torres de media tensión, 1.500 postes de madera de baja tensión y 19 centros de distribución.
Como primera medida, Endesa ha dispuesto la creación de una central térmica portátil de 9 MW en Los Llanos de Aridane, en avanzado estado de montaje, y una segunda cuya instalación comenzará en breve en Las Manchas, una de las zonas más castigadas por la ceniza volcánica.
Los técnicos de Endesa están estudiando, junto a las autoridades del Gobierno insular y autónomo, cuáles podrían ser las nuevas rutas para recomponer las líneas de electrificación en La Palma. Sin embargo, esta intervención está pendiente de las condiciones de la lava, que ha alcanzado una altura que supera los diez metros en determinadas zonas donde antes se alzaban torres y postes eléctricos.
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