Una semana de ola de calor, la segunda ola en un mes, cerca de 400 personas muertas, récord de temperaturas, decenas de incendios, los embalses en estado crítico tras un invierno demasiado seco y el cambio climático ausente en el Debate del Estado de la Nación. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo dos referencias al cambio climático en defensa de su gestión, que debió parecerles suficiente a los partidos de la oposición porque ninguno subrayó las malas perspectivas que la ciencia augura para la península ibérica en materia climática y que impactaban a los ciudadanos mientras se debatía en el Congreso.
En marzo de este año entre los 3.500 folios del informe Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad del Panel Internacional sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) se especifican problemas que según las evidencias actuales afectarán a España. Se puede resumir en que España será más seca y pobre si no se frena el calentamiento global y si España no se adapta a la nueva realidad climática.
Para Fernando Prieto, del Observatorio de Sostenibilidad, "la política va por otro lado: han sido mínimas las menciones en el Debate del Estado de la Nación y las actuaciones todavía menores. Se anuncia que se volverá a quemar carbón; sigue siendo penoso el proceso de poner placas para un particular con precios en absoluto paritarios a lo que se compra y casi imposible para una comunidad energética por la burocracia asociada; el precio de la energía sigue disparada, por lo que aumenta la pobreza energética y mucha gente no puede poner los aires acondicionados. La rehabilitación de las viviendas sigue siendo totalmente testimonial lo que hace que cada vez exista más desigualdad en los efectos del cambio climático sobre la población".
Prieto recuerda que en estas semanas "se han confirmado el aumento de las emisiones del país en 5,1%, según los datos oficiales en 2021, y del entorno de un 9% durante el primer año de vigencia de la Ley de Cambio Climático. Mientras se publica que España nunca ha estado tan seca en los últimos 1.200 años y se inicia la segunda ola de calor oficial arrojando máximas en todo el país y sorprendiendo con una intensidad, extensión y frecuencia inusitada. Se han producido al menos 300 muertos, según las estimaciones, y aumentos muy elevados de la demanda energética por los aires acondicionados". El responsable del Observatorio de Sostenibilidad no se olvida en su balance ni de los incendios, ni de una sequía que se agudiza y que "en cuestión de días dejará a docenas de poblaciones sin agua potable en las cuencas del Guadiana y Guadalquivir, que están a la mitad del agua que deberían tener como media de los últimos 10 años".
Esto es un poco la nueva normalidad. Es lo que nos espera a partir de ahora"
David Vieites, CSIC
Ola de calor y cambio climático
El calor de estos días es excepcional, no es el calor de siempre de verano. Así lo consideran los científicos, sin duda alguna. "Los modelos climáticos del IPCC, a principios de siglo, decían que en el año 2050 iba a haber temperaturas de 40º en Gran Bretaña, y veranos de más de 40 grados en la península, sequías extremas, etcétera. Lo que ha pasado esta semana es que hemos tenido unas condiciones climáticas que son el escenario que se esperaba para dentro de treinta años. Las tenemos ya", afirma David Vieites, director del departamento de Biogeografía y Cambio Global en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "Los modelos predecían estas sequías extremas y temperaturas por encima de los 40º con olas de calor más largas. Y esta semana hemos batido los récords de calor en muchísimos sitios, incluido aquí en Madrid. Tanto temperaturas máximas diurnas como nocturnas. "Esto es un poco la nueva normalidad. Es lo que nos espera a partir de ahora", añade.
"El cambio climático está impulsando esta ola de calor, al igual que lo hace ahora con todas las olas de calor", afirma Friederike Otto, profesora titular de Ciencias del Clima en el Instituto Grantham del Imperial College de Londres y codirectora de World Weather Attribution. "Las emisiones de gases de efecto invernadero, procedentes de la quema de combustibles fósiles como el carbón, el gas y el petróleo, están haciendo que las olas de calor sean más calientes, duraderas y frecuentes. Olas de calor que solían ser raras son ahora comunes; olas de calor que solían ser imposibles están ocurriendo ahora y matando gente", añade.
Muertos por calor
La pandemia nos ha hecho más insensibles ante las estadísticas de fallecidos, pero entre el 10 y el 15 de julio han muerto por la ola de calor 360 personas y en la ola de calor de junio 714, según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III. Tampoco parece que los muertos con rostro -como el trabajador de la limpieza de Madrid fallecido el sábado por un golpe de calor mientras trabajaba en las calles el viernes- despierten sensibilidad política alguna. Ni Ayuntamiento, ni Delegación del Gobierno, José Luis Martínez Almeida ni Mercedes González pusieron un mensaje de condolencias en redes sociales a mediodía de ayer.
Con las cifras de fallecidos de estos días no parecen descabelladas las previsiones de un estudio de la Revista Internacional de Investigación Medioambiental y Salud Pública que cifra que en 2050 el número de personas que morirán anualmente por el calor en España alcanzarán las 8.000 personas si no se reducen las emisiones de CO2.
En España cada vez llueve menos y ya sabemos que más del 75% de nuestro territorio está en riesgo de desertificación".
Ricardo Magán, Greenpeace
El problema del agua, ausente del Debate
El cambio climático no es capítulo a tratar por la política, es un asunto central que afecta a todos los ámbitos de la vida. De cara al futuro, lo que auguran los modelos climáticos no es nada bueno. "Ahora mismo con las emisiones que tenemos estamos en el peor de los escenarios posibles. Lo predice un poco lo que está pasando ahora. La realidad es tozuda, estamos viendo un poco lo que ya se venía diciendo desde hace más de veinte años. Lo que pasa es que se ha adelantado", afirma Vieites.
Según este experto del CSIC, "en España a partir de ahora serán más habituales estas condiciones que son muy preocupantes. No solo por la cantidad de de fallecimientos que ha habido, sino porque estas sequías, estas olas de calor están afectando a la agricultura, a muchísimos sectores y a la gente. Están digamos por encima de los límites fisiológicos de las personas y se pasa mal. La gente lo está pasando mal a todos los niveles".
Lo muestra la realidad del campo en este momento. La cosecha del cereal se está recogiendo estos días en muchas partes de España por la noche, por el calor y por el menor riesgo de incendio. Hoy en Bruselas los ministros de Agricultura de la UE, van a hablar de cómo la ola de calor afecta a la cosecha del cereal. España va a ver mermada su producción un 15%, por las temperaturas extremas de las olas de calor.
Con restricciones del consumo de agua en localidades de toda España y los embalses en mínimos los expertos apuntan a que España debe acometer una transición hidrológica ante el aumento del agua destinada a cultivos de regadío.
"En España cada vez llueve menos y ya sabemos que más del 75% de nuestro territorio está en riesgo de desertificación. La crisis del agua será la futura gran crisis. Solo con esta información, resulta sorprendente que la gestión, el mal uso y la contaminación de nuestro agua no sean temas clave de preocupación cuando se aborda el Debate sobre el Estado de la Nación", afirma Ricardo Magán, director de campañas en Greenpeace España. "Parece que se impone, una vez más, una mirada política cortoplacista cuando es evidente que esta tendencia tendrá impactos negativos, no solo en nuestros preciados ecosistemas, sino también en nuestro insostenible modelo de producción y consumo. Debemos cambiar nuestro sistema agroalimentario, reduciendo regadíos intensivos y reduciendo nuestra cabaña ganadera en intensivo", asevera Magán.
Para este responsable de la organización ecologista, entre las leyes útiles para hacer frente al cambio climático, mencionadas en el Debate, urge una revisión de las políticas de gestión del agua para reducir su sobreexplotación y frenar su contaminación. Y si de verdad queremos evitar una catástrofe medioambiental", como también se dijo en el debate, hay que hacerlo ya".
Es necesario adaptar la gestión de nuestro patrimonio natural a la nueva realidad climática"
Miguel López, Seo BirdLife
Arde la península ibérica
La oleada de cerca de 40 incendios de esta semana en España, avivada por las temperaturas extremas de la ola de calor y la naturaleza de los incendios de nueva generación, ya ha convertido a este verano en el peor en lo que va de siglo y estamos a mitad de julio.
La nueva realidad del calentamiento global requiere cambios para adaptarse. "Lo residentes de las comunidades locales afectadas por los incendios son los primeros que lo están diciendo, es necesario adaptar la gestión de nuestro patrimonio natural a la nueva realidad climática para que continúe siendo lo que ha sido siempre que es una fuente de riqueza en términos ecosistemas para todos, una fuente de agua, de aire limpio y una defensa contra el calentamiento climático", asegura Miguel López, director de organización de SEO BirdLife España.
"Sin contar con el medio natural no podemos hacer frente al cambio climático, hay que desarrollar esta transformación ecológica pensando en la naturaleza. Estamos viendo cómo la naturaleza sufre el impacto del cambio climático en el momento en que se produce una ola de calor como la que estamos viviendo ahora, se eleva el riesgo de incendio y además los incendios se convierten en fenómenos más incontrolables. Lo estamos viendo en joyas de la biodiversidad española como Monfragüe", afirma López.
Una semana después del inicio de esta mortal y desastrosa ola de calor las demandas de ecologistas y científicos se alinean demandando mayor acción climática para que paren las emisiones de gases de efecto invernadero. "Las olas de calor seguirán empeorando hasta que se detengan las emisiones de gases de efecto invernadero. Cuanto más tarde el mundo en alcanzar las emisiones netas cero, más cálidas y peligrosas serán las olas de calor, y más comunes y duraderas serán. La única manera de evitar que se batan récords de calor una y otra vez es dejar de quemar combustibles fósiles lo antes posible", afirma la doctora Friederike Otto.
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