El segundo episodio de ola calor de 2022 se ha cerrado con el acercamiento de una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que se irá desplazando desde el Oeste de la Península hacia el Norte, expulsando la masa de aire tórrido que se se hizo fuerte en nuestro territorio desde el pasado día 10. Ocho días de altas temperaturas que han dejado un saldo de más de medio millar de fallecidos y unas 30.000 hectáreas calcinadas en las decenas de incendios que se han declarado estos días.

Según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III, en los siete primeros días de la ola de calor -del 10 de julio hasta el sábado 16- se ha producido un exceso de fallecimientos de unas 510 personas según el sistema de control de exceso de mortalidad MoMo que nació para medir el impacto en la mortalidad en las olas de calor y que se popularizó arrojando datos de mortalidad en las oleadas de la pandemia de Covid

Bea Hervella, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) destacó ayer el carácter excepcional de esta ola de calor por su extensión e intensidad, y advirtió que aunque técnicamente la ola de calor ha terminado, las altas temperaturas continuarán hoy en País Vasco y Navarra.

La llegada de la DANA no evita que el riesgo de incendio se mantenga alto en gran parte de la península después de una semana de intensos incendios por todas las comunidades autónomas que han dejado un saldo, temporal, de unas 30.000 hectáreas arrasadas por los incendios que se han cobrado dos vidas, un brigadista y un pastor.

Imagen de la NASA con los Incendios en España entre el 10 y el 18 de julio de 2022, días oficiales de la ola de calor declarada por AEMET.

La organización ecologista WWF ha alertado en un comunicado que detrás de esta cifra elevada de hectáreas hay "dramático abandono" de usos del monte y la crisis climática provocan "grandes y peligrosos" incendios. La organización destaca que ya se han quemado en España entre 90.000 y 95.000 hectáreas este año. Entre 2012 y 2021 se quemaron cerca de 93.000 hectáreas como media. Sólo en el día 15 se contabilizaron 8 grandes incendios forestales.

“En España, como en muchos países del sur de Europa, el abandono rural y la consecuente pérdida de la actividad agropastoral tradicional ha favorecido la transición hacia paisajes más inflamables. La cantidad de ‘combustible’, es decir, de vegetación disponible para arder, ha aumentado en las últimas décadas”, destaca Adrián Regos Sanz, doctor en ecología terrestre e investigador del Centro Tecnológico y Forestal de Catalunya (CTFC)

“El abandono que está sufriendo nuestro mundo rural desde mediados del siglo pasado no solo conlleva un mayor riesgo de incendio sino la pérdida progresiva del gran valor cultural asociado a estas actividades tradicionales, además de una pérdida irreparable de biodiversidad -son muchas las especies adaptadas a los hábitats creados por la agricultura y ganadería extensiva en nuestro país-. Gran parte de nuestros pastizales, brezales o humedales han sido progresivamente reemplazados por plantaciones forestales, cuya planificación responde exclusivamente a intereses económicos y cuya gestión brilla por su ausencia”, ha afirmado en declaraciones a la agencia Science Media Centre España

Extinción de incendio forestal en Galicia este fin de semana en el municipio de O Barco de Valdeorras.

"No en vano, los escenarios confirmados de cambio climático auguran situaciones de emergencia para toda la región mediterránea cada vez con más frecuencia", apunta la organización, que recuerda que el Mediterráneo "se calienta un 20 % más rápido que la media mundial", lo que supone "más olas de calor intensas y duraderas, sequías prolongadas y humedades relativas muy bajas". "No podemos poner toda la responsabilidad de luchar contra estos incendios de altísima intensidad sobre los medios de extinción. Ellos deberían ser la última línea defensiva", ha subrayado la experta en incendios forestales de WWF Lourdes Hernández.

El jueves las temperaturas volverán a ascender, tras la bajada de las temperaturas del martes y el miércoles, si bien la AEMET no podía precisar todavía si nos adentramos, con esta subida, en una nueva ola de calor, que sería la tercera en menos de un mes.