No se arrepienten y lo volverían a hacer, de hecho, anuncian que habrá más acciones como la que protagonizaron el pasado sábado en el Museo del Prado. Han pasado dos noches en el calabozo están investigados por la presunta comisión de un delito contra el patrimonio histórico-artístico y son objetivo de las críticas de políticos, periodistas y hasta de otros ecologistas que no ven con buenos ojos sus acciones en los museos. Ellos son de Futuro Vegetal, un pequeña organización de activistas ecologistas nacida de Extinction Rebellion otra organización ecologista surgida a raíz del empuje de Fridays for Future, el movimiento nacido de las huelgas escolares contra el clima de Greta Thumberg.
Así es como se desmadeja la movilización social de los últimos años que ha conducido a Samuel -estudiante de fotografía de 18 años- y a Alba -estudiante de Biología de 21- a pegar sus manos a los marcos de los cuadros ‘Las Majas’ de Goya en el Museo del Prado. Siguen la estela de otras organizaciones europeas como Just Stop Oil que en las últimas semanas han saltado a las portadas de medios de todo el mundo por realizar acciones en museos en las que los cuadros no salen dañados, pero consiguen un gran eco mediático.
“Sabíamos de antemano cómo actuar para que no se dañase el cuadro. Sabía que no tenía cristal y no utilizamos otros métodos. Yo tenía el spray en la mano y podía haberlo tirado al cuadro si hubiese querido, pero en ningún momento queríamos dañar el arte. Simplemente queríamos poner un mensaje para que lo entendiese la sociedad, porque ese mensaje también lo hemos intentado hacer en petroleras y en otros sitios, y el gobierno no nos ha hecho caso”, asegura Alba. “De hecho creo que estamos defendiendo el arte porque sin planeta y si nosotros nos extinguimos no podremos valorar el arte”, añade.
Su organización se financia con aportaciones de los activistas y con algunos fondos del Climate Emergency Fund, organización sostenida con la fortuna de Aileen Getty, nieta del millonario estadounidense que amasó su riqueza con el petróleo. “No nos obligan a nada esos fondos, sino que nos apoyan en las acciones que hacemos”, asegura Alba. Las otras organizaciones europeas que han hecho acciones similares están apoyadas por este mismo fondo para activistas.
“No hemos vandalizado nada”, asegura Samuel. “Es imposible, cuando solamente nos hemos pegado a un marco al que no hemos hecho daño y que, además, hemos puesto un mensaje en la pared que a las pocas horas estaba todo pintado”, añade. “A las cinco horas el propio Museo del Prado ya decía que se podía visitar otra vez la sala”, afirma Alba.
Están al día de los últimos informes del IPCC y de otros más recientes, saben que el mes de octubre ha sido el más caluroso desde que hay registros y que “hace una semana que salió un informe de la ONU que demuestra que los Acuerdos de París para no pasar el límite de 1,5º de aumento de temperatura respecto a los niveles preindustriales no se van a cumplir, porque los gobiernos no van a cumplir ese acuerdo y que las medidas actuales hasta 2030 que iban a tomar nos va a llevar a final de siglo hacia los 2,6 grados centígrados”, asegura Samuel.
No tienen ninguna fe en que la COP27, la cumbre del clima, cambie algo de la situación que les preocupa. “Sabemos que va a ser totalmente ineficaz como ha sido durante 26 años y este año va a ser lo mismo”, sostiene Samuel. “Está patrocinado por Coca-Cola, no hay nada más que decir”, añade Alba.
Habrá más acciones
“No, nos arrepentimos porque sabemos que el 80% de la población en España sabe que la crisis climática es una emergencia y que nos está afectando a todos”, considera la activista que asegura que hacen su acción “para que el futuro no sea desastroso, porque realmente tenemos miedo y no nos arrepentimos, porque al menos nosotras estamos diciendo a las próximas generaciones que hemos hecho todo lo que estaba en nuestra mano para actuar y eso no lo puede decir el Gobierno”. Por su parte, Samuel tampoco se arrepiente pero "lamenta que sean estas las formas con las que tenemos que actuar”.
Destrozaron obras de Velázquez y ahora las mujeres pueden votar
SAlmuel , futuro vegetal
Defienden un futuro vegetariano pero no quieren obligar a nadie a dejar de comer carne, lo que sí que quieren es que “el Gobierno deje de dar los cientos de millones de euros en subvenciones que dan a la industria cárnica”, explica el joven activista.
Aseguran que van a continuar con sus acciones. “Futuro Vegetal va a seguir haciendo acciones, va a seguir haciendo desobediencia civil hasta que se cumplan sus demandas”, afirma Samuel.
- EN DEFENSA DE LOS PERIODISTAS DETENIDOS
- Los activistas defienden la inocencia de los periodistas detenidos por cubrir su acción en el Museo del Prado. "Quedamos con los periodistas y nunca les decimos qué vamos a hacer", aseguran. Al día siguiente de la acción una fotógrafa freelance y una periodista colaboradora de El Salto fueron a dar testimonio de la acción y fueron detenidas junto con las activistas.
Les trasladamos una de las críticas que más les han hecho estos días, que hay otras formas de protestar. “Hemos hecho muchas cosas y el movimiento ecologista ha estado haciendo manifestaciones y un montón de cosas que no han servido para nada. Sin embargo las técnicas que se han utilizado históricamente de desobediencia civil -desde el movimiento antirracista en Estados Unidos o el movimiento sufragista en Reino Unido, por ejemplo, que ha destrozado obras de arte a cuchilladas- hemos visto que ha funcionado. Destrozaron obras de Velázquez y ahora las mujeres pueden votar”, afirma Samuel.
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