El medio ambiente es uno de los temas del momento. Las noticias del impacto del cambio climático en todos los sectores se entremezclan con los objetivos cada vez más ambiciosos que los organismos internacionales, las empresas y los gobiernos tratan de implantar. Y normalmente todos sacan pecho asegurando que los han cumplido con creces. Por eso, a veces, hay que pararse un momento a comprobar si esto es realmente así.
En el caso de las empresas, en los últimos años muchas se han comprometido, entre otras cosas, a plantar miles de millones de árboles o a restaurar ecosistemas dañados, como corales o manglares. A ir, en definitiva, más allá de sus obligaciones legales para tratar de mejorar el planeta. Pero ahora un equipo de investigadores de la Universidad de Lancaster (Reino Unido) ha decidido analizar los informes de sostenibilidad de 100 de las compañías más grandes del mundo. Y los resultados han sido publicados este jueves en la revista Science.
Los autores explican que, a pesar de que dos tercios de las compañías globales aseguran estar llevando a cabo proyectos para proteger el medio ambiente, en realidad no sabemos casi nada sobre cómo lo están haciendo y si realmente han logrado sus objetivos. Una falta "casi total" de transparencia, que hace imposible evaluar "la calidad de los proyectos de restauración de ecosistemas liderados por empresas", pero que indica que "algunas corporaciones exageran sus esfuerzos".
Los resultados del estudio sugieren que en todos los sectores existe una marcada falta de rigor a la hora de definir la restauración medioambiental, delinear los métodos y cuantificar los resultados de estas actividades. Más del 90% de los informes analizados no logran reportar un solo resultado ecológico. El 80% de los proyectos no revelan cuánto dinero se invierte en la restauración, y un tercio ni siquiera indica el área de hábitat que pretenden restaurar. Y ninguno de ellos cuantifica los impactos sociales o económicos sobre las partes interesadas locales o tradicionales.
"Restaurar ecosistemas degradados es un desafío urgente, y las grandes empresas tienen el potencial de desempeñar un papel vital", afirmó el Dr. Tim Lamont de la Universidad de Lancaster, autor principal del estudio. "Con su tamaño, recursos y experiencia en logística, podrían ayudar a lograr la restauración a gran escala que necesitamos en muchos lugares", añadió.
"Cuando una empresa dice que ha plantado miles de árboles para restaurar el hábitat y absorber carbono, ¿cómo sabemos si esto se ha cumplido, si los árboles sobrevivirán y si ha resultado en un ecosistema funcional que beneficia a la biodiversidad y a las personas? En muchos casos, hemos descubierto que las pruebas proporcionadas por las grandes corporaciones para respaldar sus afirmaciones son insuficientes", expresaron los autores, que demandan a las compañías "mayor rigor, coherencia, transparencia y rendición de cuentas".
Cómo mejorar la transparencia de las empresas
Los autores del estudio ofrecen una serie de sugerencias sobre cómo las políticas pueden ayudar a mejorar la responsabilidad y la transparencia de las empresas cuando se trata de informar sobre sus esfuerzos no obligatorios de restauración ecológica. "La participación corporativa ciertamente transformará el futuro de la restauración de ecosistemas. Pero las intervenciones políticas deben determinar si ese cambio es para bien o para mal", escriben los autores.
Muchos países exigen que las empresas realicen Evaluaciones de Impacto Ambiental para cuantificar y reducir su daño ambiental. Y otras iniciativas del sector privado también alientan a las compañías a medir y divulgar sus impactos en la biodiversidad. Sin embargo, el estudio encontró que las directrices y los marcos legales actuales en torno a la restauración de ecosistemas no son los correctos. Algo que genera que, posteriormente, los informes que elaboran las compañías sean inadecuados.
Por ello, los investigadores piden más transparencia en los informes y que éstos se centren de manera más consistente en principios científicos que determinan el éxito de la restauración de ecosistemas.
"Una mayor transparencia garantizará que algunas empresas no puedan salirse con la suya realizando una restauración ineficaz y reclamando una ganancia de reputación por ello. Pero la transparencia también es vital para la credibilidad de aquellas corporaciones que realmente intentan generar beneficios ambientales significativos. Y la transparencia también brinda oportunidades para que otros aprendan", expresaron los autores.
Según explican, estas directrices mejoradas para la presentación de informes deberían recomendar que las empresas diferencien claramente entre actividades que simplemente mitigan los impactos ambientales que ellas mismas han generado de aquellas que apuntan a proporcionar resultados más amplios en materia de clima, biodiversidad y justicia social.
Además, los informes deberían tener altos estándares en todas las áreas centrales. Y también deberían garantizar que las corporaciones conversen con las partes interesadas locales y las empoderen para codiseñar proyectos de restauración desde el principio.
"Además, esto redundará en beneficio de las propias empresas, que podrán demostrar a sus clientes, accionistas, empleados y al público en general que están logrando impactos significativos con sus esfuerzos de restauración declarados", afirmó la profesora Rachael Garrett, coautora del estudio de la Universidad de Cambridge.
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