Antonio Turiel lleva años advirtiendo de la crisis ambiental, económica y social en la que las sociedades occidentales, en particular, y el mundo, en general, nos estamos adentrando. Trabaja como investigador científico en el Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, en Barcelona. Entre sus mensajes de redes sociales de los últimos meses lleva tiempo señalando cómo el Mediterráneo es una bomba energética por sus altas temperaturas.

Ahora que hemos visto cómo esa bomba se ha traducido en la catástrofe de la DANA del 29 de octubre, muchas personas han encontrado una explicación mejor: el proyecto HAARP (las siglas de High Frequency Active Auroral Research Program o HAARP, en español, Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia).

Un proyecto armamentístico de EEUU que se canceló en 1961, pero que según su versión viralizada, supuestamente, desarrolló un arma meteorológica. Una foto de un barco con unos andamios “sospechosos” y un comentario delirante en redes sociales y el bulo adquiere categoría de verdad. Un episodio natural como el de la DANA que se ve amplificado en su virulencia por el cambio climático encuentra una explicación absurda a la que se aferran muchas personas que comparten sus verdades alternativas por Telegram o X.

“No hemos aprendido de la DANA, enseguida se ha hecho lo de siempre: embarrar la discusión y, además, diciendo gilipolleces a manos llenas. El otro día mi panadera me preguntó por el HAARP. Cuando tu panadera te pregunta por el HAARP ya sabes que algo está muy mal. A Fernando Valladares [otro científico del CSIC que divulga sobre la crisis del cambio climático] lo han amenazado de muerte porque, teóricamente, es un tío que ha participado en el atentado de Valencia porque según un grupo de locos dicen que ha sido hecho con armas de modificación climática”, relata Turiel. 

Este negacionismo desespera a Turiel que está cansado de que un conocimiento científico como el suyo, sostenido con dos carreras, Física y Matemáticas, y un doctorado en Física Teórica, sea cuestionado por personas que han visto dos mensajes en redes sociales o un vídeo en YouTube.

Estamos planteando un modelo de transición, que sabemos que no funciona y a pesar de eso insistimos en él.

El científico no cree que la DANA nos haya servido de aviso sobre el nuevo mundo que trae el cambio climático. “No creo que se haya comprendido, hasta que no empiece a ser algo regular, o sea, hasta que no empecemos a tener varios eventos -que espero que no sean como el de Valencia- hasta que no tengamos repetidos eventos extremos y mientras la discusión pública esté embarrada como está ahora mismo, no va a haber una compresión real”, afirma. 

Turiel no habla de la DANA en su nuevo libro, El futuro de Europa (Destino), porque acaba de publicarse, pero habla de otros fenómenos meteorológicos extremos. Pero su libro no habla sólo de cambio climático. La crisis ambiental que vive el planeta es sólo una parte, la crisis energética es la otra parte de los problemas que observa y la tercera es un poco la consecuencia de las otras dos: la crisis social.

Pregunta: ¿Por qué te has querido centrar en Europa en tu libro?

Respuesta: Porque es donde vivimos y porque tiene unos desafíos que no se están comprendiendo bien y eso está causando un creciente malestar y una cantidad mayor de problemas. Ahora mismo el reto más importante que tiene Europa, que compromete su futuro, es la desindustrialización de Alemania y de toda Europa, que es muy es una cosa que lleva pasando ya unos años. Desde el año 2020 al año 2024 se destruyó el 20% de la industria pesada alemana. Y aquí es un tema que se ha comentado muy poquito. La razón se encuentra en que es un modelo industrial basado en energía barata, materiales baratos y demás, esto se está acabando y encima tenemos los problemas asociados a toda la crisis ambiental y con el cambio climático.

Transición energética frente a decrecimiento

El físico es muy crítico con la transición energética que en gran parte del mundo se ha puesto como solución a la crisis ambiental, sustituyendo las fuentes energéticas como el gas y el petróleo que emiten gases de efecto invernadero y causan el cambio climático. “Estamos planteando un modelo de transición, que sabemos que no funciona y a pesar de eso insistimos en él. Esperamos que haya, en algún momento, una revolución tecnológica que lo haga funcionar, cosa que no parece que vaya a pasar. Estamos apostando todo a este modelo de renovable eléctrica industrial que ya está demostrando sus limitaciones, pero nadie quiere aceptar que las tiene, nadie modifica los planes”, afirma. 

En su libro apunta algunas ideas que pueden orientar hacia mejores soluciones.  ¿Cuál es la que crees que es la medida fundamental?

R: La más fundamental de todas, obviamente, es disminuir el consumo. Esto es así de sencillo. Es decir, no hay nada que permita mantener el tinglado cómo está. Entonces, lo primero es aceptar que tú no vas a poder seguir creciendo. El consumo de energía de materiales tiene limitaciones, pues los recursos escasean. Entonces, al final el descenso energético y material es inevitable. No es una elección, es una cosa que sobreviene por agotamiento. Ya está pasando. 

Intentar crecer cuando no puedes es como intentar apretar el acelerador de un coche que se está quedando sin gasolina

P: Esto es ¿crecimiento o colapso?

R: Evidentemente que podemos colapsar. Esto es una posibilidad, sobre todo por el tema ambiental, pero el colapso no es algo inevitable y además el colapso no es algo repentino porque la gente tiene tendencia a pensar que el colapso es una cosa que viene de golpe. Piensa que, por ejemplo, el colapso del Imperio Romano llevó dos siglos. Aunque este seguramente va a ser más rápido, llevaría igualmente décadas y por eso mismo, como no es una cosa instantánea, sino una cosa lenta, tú lo puedes ver, lo puedes anticipar y lo puedes evitar. O sea, lo que es absurdo es pensar que el colapso es inevitable. Lo peor, ahora mismo, es el tema ambiental, pero el tema de escasez de recursos es bastante serio.

Anticiparse a la caída

Según Turiel lo mejor es adelantarse al impacto de la crisis y amortiguar lo inevitable. “Intentemos tomar medidas anticipatorias destinadas precisamente a evitar que se produzca un colapso. La excusa que se pone es que eso es muy complicado, que la gente lo va a rechazar. Pues colapsarás porque como igualmente va a pasar, no vas a poder crecer. Intentar crecer cuando no puedes es como intentar apretar el acelerador de un coche que se está quedando sin gasolina. Puedes hacerlo durante un ratito, pero al final te quedas sin gasolina y te quedas tirado. No vas a evitar quedarte tirado. Al final las opciones que tienes son decidir si vas a tener un descenso pilotado, controlado, o va a ser un descenso caótico”, asegura. 

El divulgador científico y físico Antonio Turiel.
El divulgador científico y físico Antonio Turiel. | Cedida por Destino.

Pese a que este es el gran debate que hay abierto sobre el futuro de nuestra sociedad, sobre si debemos levantar el pie del acelerador o cómo afrontar los problemas que tenemos por delante, el debate político o público está secuestrada por el indicador que mide el avance de nuestras sociedades, que cada vez está más cuestionado, el Producto Interior Bruto. “Imagínate cuánto ha crecido el PIB de Valencia este año”, sentencia Turiel. 

Según el científico la situación europea en la que confluyen varias crisis está generando reacciones contra el sistema que llevan al negacionismo. Para Turiel hay dos tipos de negacionismo: “El de la gente que está favorecida económicamente y que no le interesa pensar que esto pueda ser cierto porque ve las consecuencias negativas económicas que puede tener y luego el de gente con rentas más bajas. Este negacionismo de oye es que están tomando medidas y  me están culpabilizando por el cambio climático y lo que estás haciendo es que me estás jodiendo la vida. Es verdad, es que les está jodiendo la vida”. 

Condena a la sociedad el hecho de que la gente se atreva a cuestionar el conocimiento científico.

Portada de 'El futuro de Europa' de Antonio Turiel.
Portada de 'El futuro de Europa' de Antonio Turiel.

En este sentido, el investigador del CSIC pone de ejemplo a las personas que "acaban de echar a la calle en Alemania de Volkswagen, de Siemens…Explícales que esto es lo mejor y que luego ya en el futuro volvemos al crecimiento, cosa que no es verdad. Pues esta gente, evidentemente, se siente defraudada, se siente engañada, se siente cabreada. Esta gente se siente acosada porque muchas veces las medidas que se están tomando son muy regresivas, incluso muchas de las medidas que se toman para, teóricamente, luchar contra el cambio climático son muy regresivas y ellos perciben que hay un ataque de clase, porque lo hay. Esto es lo que nos lleva luego al negacionismo”, explica Turiel.

Contra esta situación, el científico defiende la claridad en la exposición de los problemas que vamos a afrontar. “El cambio climático es un hecho físico y lo que está mal son las medidas que se toman y si se sigue haciendo lo que se está haciendo puede haber un estallido social con movimientos de corte populista que ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos. Esto ya nos está pasando”, asegura.

El peor síntoma de que nuestro mundo puede colapsar es precisamente el hecho de que se hayan perdido los valores que lo crearon. “Condena a la sociedad el hecho de que la gente se atreva a cuestionar el conocimiento científico. Tú no tienes por qué entender la dinámica atmosférica, pero, por lo menos, cuando viene alguien que además es un servidor público, y te lo está explicando, pues por lo menos podrías escuchar con un poquito de atención. Eso yo lo comparo con la decadencia del Imperio Romano. Cuando abandonas los valores que te estructuran en una sociedad tecnificada esta, empezar a cuestionar la opinión de los técnicos. Cuando te crees que puedes poner en cuestión lo que opina alguien que es un técnico creo que eso es una pérdida de valores y una decadencia moral”, concluye.