"Hay bisontes que bajan al pueblo de vez en cuando. Lo hacen al alba, cuando apenas hay ruidos. Uno de ellos se creyó que este mamotreto que tengo para entretener a los niños era una hembra y quiso seducirla", relata divertido uno de los comerciantes que ofrecen distintos souvenirs relacionados con el emblema de Białowieża, el bisonte europeo. El parque natural de Białowieża, que se extiende junto a la frontera entre Polonia y Bielorrusia, conserva el encanto propio de los bosques vírgenes, aunque sobre él se ciernen varias amenazas ligadas a la crisis climática, económica y de seguridad en la región.

El bisonte europeo, żubr en polaco, ha convertido en el símbolo de este parque natural, considerado patrimonio mundial por la UNESCO desde 1979 en la parte polaca y en 1992 la bielorrusa. Después de la Primera Guerra Mundial el bisonte europeo quedó extinguido en Polonia. En la actualidad hay unos 2.500 en todo el país y de ellos unos 900 en Białowieża.

Para ver bisontes en el parque hay que intentarlo al amanecer, siempre con guía, pero nadie asegura que aparezcan. En una reserva cercana hay algunos, junto a ciervos, alces, corzos, jabalíes, zorros, lobos y linces. El bisonte da nombre a un vodka muy popular, Żubrówka, que se produce en Polonia desde el siglo XVI. Uno de los hoteles más acogedores y mejor ubicados, a pie del parque natural, también se llama Żubrówka.

En la actualidad hay unos 2.500 bisotnes europeos en Polonia y de ellos unos 900 en Białowieża

En noviembre pasado apareció cerca del pueblo de Białowieża un bisonte muerto, aparentemente atropellado por algún vehículo pesado. Era raro que hubiera sido un grupo de turistas, ya que solo van por las rutas frecuentadas por los bisontes acompañados. Para los polacos Białowieża, conocido como el último bosque primigenio de Europa, es motivo de orgullo, ya que gracias a su preservación puede verse como eran los espacios forestales hace mil años. Los últimos datos apuntan a que se han superado los 100.000 visitantes al año.

Las rutas son guiadas por expertos biólogos, buenos conocedores del bosque. Hay paseos para especialistas o investigadores, pero el más habitual dura unas cuatro horas. Lo que más impresiona de un bosque virgen es la presencia de naturaleza muerta, árboles caídos por el viento o por el impacto de un rayo, yacen junto a los más jóvenes.

El musgo y los hongos completan la imagen fantasmagórica. Para los biólogos un bosque así es como un laboratorio vivo

El musgo y los hongos completan la imagen fantasmagórica. Para los biólogos un bosque así es como un laboratorio vivo por la presencia de hongos y de insectos raros. Para los profanos, una ventana abierta a un mundo desconocido.

El bosque se asienta sobre la gran llanura europea y en sus orígenes se remonta a la Edad del Hielo. La fauna es diversa: 59 especies de mamíferos, más de 250 de aves, 13 de anfibios, 7 de reptiles y más de 12.000 especies de invertebrados

En sus inmediaciones los reyes rusos, polacos y lituanos se divertían dedicándose a la caza. Años más tarde los jerarcas comunistas se encontraban como hizo Gomulka con Jruschev en el Palacete Rojo, que se perdió por un incendio.

En la Segunda Guerra Mundial hubo quienes buscaron cobijo en los huecos de los árboles muertos. Ahora guardan ahí sus utensilios los guardabosques, que se pasean constantemente por los paseos más frecuentados para evitar que los visitantes causen daños. Hay que cuidar de no dejar ninguna señal que altere el medio: ya sea una almendra o un gajo de mandarina. Ni siquiera se puede recoger una hoja como recuerdo.

Los efectos de la crisis climática

Sin embargo, la crisis climática afecta a este excepcional espacio natural. El temor es que se favorezca por esta razón la tala de árboles, a lo que aspira la industria maderera. En marzo de 2016, el partido nacional populista Ley y Justicia, entonces en el poder, dio luz verde a operaciones de tala a gran escala en la zona del bosque que se encuentra en una zona gris, fuera de las estrictas protecciones del parque nacional, pero dentro del área protegida por la Unesco.

El Gobierno había justificado inicialmente la tala como una medida necesaria para controlar la propagación de un parásito, el escarabajo de la corteza del abeto, un parásito. La invasión del escarabajo se ha atribuido a largos periodos de sequía, relacionados con el calentamiento del clima. Tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en abril de 2018, la tala se suspendió.

El gobierno del PiS era partidario de repoblar las especies vegetales amenazadas, pero los científicos se inclinan por no intervenir y dejar que el bosque se adapte al cambio climático, aún a riesgo de que desaparezcan los abetos, por ejemplo. El gobierno actual, liderado por el liberal Donald Tusk, se inclina por hacer caso a los no intervencionistas.

Escenario de la guerra híbrida

Sin embargo, el gobierno actual coincide con el PiS en que sí está justificado intervenir cuando se trata de proteger la frontera. En los últimos tres años, miles de migrantes y refugiados han intentado entrar en la UE por la frontera polaca dentro del bosque, que se ha convertido en una línea de frente en la crisis migratoria. El líder bielorruso, Aleksader Lukashenko, utiliza la migración en la guerra híbrida contra Polonia, el país más cercano del enemigo, Occidente.

Para evitar la entrada de migrantes por el bosque ha construido una barrera de 186 km de paneles metálicos de 5,5 metros de altura. Hay concertinas y detectors de movimiento. La construcción de este muro alteró la vida en el bosque milenario y los ecologistas denuncian cómo se han interrumpido las rutas de animales como el lince. No se hizo caso de la Directiva de Hábitats de la UE.

Hay una guarnición militar para ocuparse de que no pasen migrantes. Desde 2021 al menos 40 personas se han dejado la vida al intentar cruzar. Algunos lo intentan varias veces. Pero el número de desaparecidos supera los 200. La presencia de iraquíes, afganos o sirios, está relacionada con las maniobras de Lukashenko para favorecer su llegada a Bielorrusia y expulsión a Polonia. En la película Green Border de la directora polaca Agnieszka Holland se retrata lo que sucede en esta frontera.

El gobierno liberal de Donald Tusk sí ha mantenido la política de refuerzo fronterizo de sus predecesores. Ha establecido una zona tampón y aplica una política de devolución inmediata de cualquiera que sea detenido cruzando. Hay además otra valla con concertina adicional de dos metros, paralela al muro original.

Hay avisos por el bosque cuando uno se aproxima a la zona fronteriza. Según los reportes locales, el bisonte muerto fue atropellado por un vehículo militar. Es habitual ver soldados por la zona en sus camiones. En el último bosque encantado de Europa los peligros son ahora los mismos que en otros confines del continente.