Este miércoles la Aemet ha ofrecido una rueda prensa para presentar su informe anual sobre el estado del clima en España de 2022, así como un balance climático para la primavera de 2023 y una predicción estacional para los meses de junio, julio y agosto de este año. Y, aunque los modelos de previsión funcionan por probabilidad, y están sujetos a incertidumbre, se espera que este verano tenga más precipitaciones y temperaturas más altas de lo habitual.
Según Aemet, la probabilidad de que tengamos un verano más cálido de lo normal está en un 50% en la mitad occidental peninsular (oeste) y un 60% en la mitad oriental (este). En los archipiélagos ese porcentaje sube por encima del 70%. La posibilidad de que sea más frío es de un 10% en las Canarias, las Baleares y la mitad oriental y de un 20% en la mitad occidental.
"Los modelos sugieren que hay entre un 50% y un 70% de posibilidades (incluso superior al 70% en el entorno de los archipiélagos) de que este verano esté entre los cinco más cálidos del periodo 1993-2016, que es el que utiliza como referencia el programa Copernicus. Alta probabilidad, por tanto, de que el verano sea muy cálido", explicaron desde Aemet.
Paradójicamente, también se espera que este verano tenga más precipitaciones. Aunque no tienen datos suficientes para pronosticar cómo será en Canarias y en la vertiente cantábrica, en las vertientes mediterránea y atlántica existen hasta un 50% y 40% de probabilidades, respectivamente, de que sea más lluvioso de lo normal, frente a un 20%-25% de que sea más seco.
La explicación, tal y cómo ha detallado Rubén del Campo, portavoz de Aemet, estaría en las lluvias que ha traído consigo la borrasca Óscar estos últimos días, tanto a la península como a las islas. Esto, unido a que el verano tradicionalmente es en España una época de bajo nivel de precipitaciones es lo que podría causar este desequilibrio.
Lluvias insuficientes para la sequía
"La borrasca Óscar ha sido algo anómalo a estas alturas del año. Y lo que se espera es que sean las lluvias de estos días las que puedan provocar que tengamos un verano con más precipitaciones de lo normal en España", comentó Del Campo, que apuntó también a que el aumento de precipitaciones no estaría relacionado, en un principio, con el fenómeno de El Niño, que está por ver si tendrá efectos en nuestro país.
Sin embargo, ni siquiera el aumento de lluvias que se prevé para este verano podría revertir la situación de sequía que España arrastra desde hace meses. Para compensarlo deberíamos tener un otoño y un invierno extremadamente lluviosos. Aunque las precipitaciones de los últimos días ha sido "muy beneficiosas" para paliar algo la falta de agua, todo indica que las reservas hídrica española seguirá disminuyendo en la época estival, donde la demanda aumenta y el calor evapora el agua.
Los modelos que maneja Aemet contemplan que a partir de este jueves las lluvias se alejen de las Islas Canarias, que este miércoles estaban en alerta. Pero se espera que sigan regando en los próximos días el noroeste, el centro y el sur de la península, e incluso algunas zonas del Levante, Cataluña y Baleares, aunque con menos probabilidad. A partir de este jueves las temperaturas comenzarán a subir de forma generalizada, aunque con altibajos, y para mediados de la semana que viene ya se podrían registrar valores habituales del verano en España.
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