María Torres es Oficial de Asuntos Públicos y portavoz bilingüe del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, dependiente de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA). Ubicado en Miami, allí trabaja un equipo de 50 personas que ahora está hasta arriba de trabajo. Y es que, desde el 1 de junio y hasta el próximo 30 de noviembre, estamos inmersos en plena temporada de huracanes en el Atlántico.
Torres es puertorriqueña, y la primera hispana que ocupa un cargo de relaciones públicas en el NHC. Desde Florida, repasa con El Independiente cómo está siendo el año, el impacto de los principales huracanes de esta temporada (incluidos Helene y Milton, que arrasaron Florida con apenas una semana de diferencia) y el trabajo de los aviones caza huracanes, que vuelan al centro de las tormentas más peligrosas del mundo.
Pregunta. ¿Cómo está siendo esta temporada de huracanes?
Respuesta. Bastante activa. Normalmente vemos un mes de septiembre más activo, pero este año se ha retrasado un poco. Comenzamos a ver más concentración de tormentas durante la recta final de septiembre y a principios de octubre. Y luego vinieron los huracanes Helene y Milton.
P. La NOAA ya había previsto que este año sería más movido de lo normal por la influencia del fenómeno de La Niña y las altas temperaturas del océano. ¿Cómo os habéis preparado para afrontar esta temporada?
R. Siempre estamos bastante pendientes de lo que está sucediendo en los trópicos, especialmente a partir del 15 de mayo, cuando nos acercamos al inicio de la temporada de huracanes. Monitoreamos muy de cerca las ondas de baja presión que salen de África y entran en la zona del Atlántico, comprobamos la humedad que hay y vemos cómo esos disturbios podrían convertirse en un área de baja presión y evolucionar a tormentas tropicales. Y si vemos que la tormenta es consistente y puede continuar creciendo la consideramos un área de investigación.
Cuando sucede eso lo que hacemos es observar esa zona concreta durante 24 horas para ver cómo evoluciona y analizar si se puede formar un huracán. Si vemos que es así y que puede acercarse a las zonas costeras de EE.UU, mandamos a los aviones caza huracanes, que pueden darnos más información de lo que está pasando. Eso nos ayuda a tomar decisiones y a hacer un pronóstico, que completamos con datos adicionales que manejamos desde el propio NHC. Y a partir de ahí hablamos con otras oficinas del Servicio Nacional de Meteorología para valorar qué avisos se van a emitir de un sistema tropical, una tormenta tropical o un huracán en concreto.
P. A modo de resumen, ¿cuáles han sido los principales huracanes de esta temporada y cuál de ellos os ha preocupado más?
R. Beryl, que lo tuvimos al principio de la temporada, fue bastante intenso. Y ahora Helene y Melton fueron también muy fuertes. Pero en cuanto a la preocupación, para nosotros todos son alarmantes. Nuestra misión es ayudar a las personas a que se preparen frente a los huracanes y se los tomen en serio. Por eso cada huracán tiene su propio nombre, porque tienen características diferentes y pueden tener impactos distintos en las zonas costeras de EE.UU.
P. De aquí a que acabe la temporada, ¿creéis que se formará algún otro de gran categoría?
R. En estos momentos es difícil determinarlo. En el pronóstico de los próximos siete días no se prevé nada, pero no podemos descartar que suceda porque la temporada acaba el 30 de noviembre. Nos queda todavía un mes donde podría haber actividad, y queremos que todos estén muy pendientes de las actualizaciones de nuestros pronósticos durante las próximas semanas.
P. ¿Qué labores realizáis en el NHC durante el año, incluido el periodo fuera de la temporada de huracanes?
R. Durante la temporada nuestro enfoque es asegurarnos de que la información sobre cualquier tormenta que se esté formando llegue a la gente para que puedan prepararse en función de los avisos que se hayan emitido. Y cuando no tenemos huracanes estamos en constante preparación para avisar a los ciudadanos de los cambios que puede haber durante la temporada. Tienen que tomar consciencia de que deben estar al día, y tener preparados sus suministros por si es necesario. No vale con prepararse en el último momento.
P. ¿Qué distintos perfiles profesionales tenéis trabajando allí? Estando en Miami no sé si seréis muchos latinos.
R. Tenemos bastantes latinos entre el equipo técnico, especialmente en los puestos que se hacen cargo de los datos de los satélites y de los computadores. Hay un equipo específico de hispanos que trabajan en esa unidad y que nos ayuda a estar actualizados, porque queremos que el flujo de información sea constante, especialmente cuando hay un huracán en activo. Luego también tenemos un equipo bastante extenso en la unidad marítima, que hace un pronóstico las 24 horas del día los siete días de la semana durante los 365 días del año para los barcos, las embarcaciones y los grandes cruceros, sobre todo en zonas de océano abierto. Y en esa unidad también tenemos bastantes hispanos.
P. ¿Qué dificultades tenéis a la hora de hacer las predicciones sobre los huracanes?
R. Si vemos que un huracán puede formarse cerca de zonas costeras, especialmente en las islas del Caribe, en la península de Yucatán o en el Golfo de México, empezamos a recopilar toda la información, datos y gráficas para enviárselo cuanto antes a las zonas que se pueden ver afectadas y están bajo ese cono de incertidumbre en la trayectoria del huracán. Esos avisos se envían a los especialistas, y nos aseguramos de coordinarnos especialmente con ellos para asegurarnos de que están de acuerdo con emitir los avisos necesarios. Desde el NHC les hacemos una sugerencia, y mantenemos la comunicación en todo momento. Nos ayuda mucho porque muchas de estas islas no tienen los recursos necesarios, por eso les ofrecemos toda la información.
P. ¿Con cuánto tiempo de antelación podéis prever cuál va a ser la magnitud del huracán? Algunos meteorólogos aquí en España me han comentado que los modelos no están sabiendo leer bien la intensificación de los huracanes, que cada vez está siendo más agresiva y rápida.
R. Es difícil. A veces podemos saberlo horas antes, en algunos casos días antes. Depende de si los parámetros que estudiamos, como las temperaturas del océano, pueden hacer que se fortalezca más rápido. Pero sí hemos notado la rápida intensificación. Ahora se están haciendo estudios sobre ese tema, porque está siendo difícil para los modelos, no están capturando la intensidad real del huracán, aunque están empezando a mejorar. Necesitamos más estudios y más análisis para poder hacer mejores pronósticos cuando se trata de la intensificación rápida de estos sistemas.
P. ¿En qué casos se toma la decisión de que es necesario desalojar la zona?
R. Cuando nosotros emitimos los avisos de marejada ciclónica les hacemos saber a los ciudadanos que es importante que tomen precauciones por su vida, y que si no se sienten seguros en su zona es mejor buscar un lugar más seguro. Cuando eso sucede la gente debe prepararse y seguir las indicaciones de los emergency managers, que se encuentran en cada condado, porque ellos son los que toman esa decisión final de cuáles son las zonas que van a ser desalojadas o no. Nosotros somos los que emitimos esos avisos, pero ellos son los que toman la decisión.
P. Este año hemos visto que algunas zonas de Florida han sido arrasadas por dos huracanes con muy pocos días de margen. ¿Qué se puede hacer para proteger estas regiones tan expuestas a estos peligros? Desde España llamaba la atención que muchas casa de ese área eran de madera.
R. Es difícil porque en una zona que ya ha sido afectada y llega otro huracán todavía hay muchos escombros en las carreteras, mucha basura... Son zonas sensibles a los impactos de un segundo sistema, y por eso están bajo amenaza. Ahí la gente tiene que estar mucho más pendiente todavía, y asegurarse de estar en un lugar seguro. Si no lo es, es mejor no regresar a casa, que se mantengan aparte porque la estructura de su hogar debe de ser analizada para asegurarse de que está bien. Lo mejor que podemos hacer desde el NHC es informar para que la gente tome precauciones y se prepare.
En Florida algunas casas son de madera, pero otras no. Depende de la zona los códigos son más estrictos y las estructuras pueden sobrellevar vientos más fuertes. En la zona del norte de Florida hay condados que nunca habían sufrido un impacto tan fuerte como este año. No puedo decir mucho más porque no conozco el tema, pero sí puedo decirte que individualmente debemos prepararnos y asegurarnos de que nuestro hogar está listo, o si no poder tomar la decisión rápida de desalojar.
P. ¿Cómo os ayudan exactamente los aviones cazahuracanes?
R. Los especialistas del NHC están en constante comunicación con el personal que está monitoreando el área, que es el que decide cuándo utilizar los aviones. Dependiendo del huracán pueden estar sobrevolándolo incluso 12 horas. Pero hay que tener en consideración todo, especialmente que el despegue y la vuelta sean seguros y la salud de los pilotos y del equipo que va en el avión, para coordinar el tiempo de descanso antes de la siguiente salida.
Los aviones están especialmente preparados para penetrar en los huracanes, algo que los jet no pueden hacer, y pueden lanzar distintos instrumentos de medición para poder determinar qué es lo que está pasando con el sistema. Esa información la recibimos en el NHC de manera inmediata, porque tenemos otras dos personas, que normalmente también son pilotos, analizándola. Y luego ellos se la dan a los especialistas para que sepan que está sucediendo exactamente y puedan hacer los pronósticos o modificarlos.
P. ¿Hay posibilidades de que algún huracán llegue a España?
R. No conozco la información exacta para el caso de España. Pero lo que sí sé es que los sistemas tropicales, a medida que suben en latitud, tienden a perder sus características de huracán. Pero eso no significa que no puedan provocar lluvias o vientos, que son peligros que no podemos descartar porque pueden entrar como unas ondas bastante fuertes a esa zona.
P. ¿Es cierto que el polvo del Sáhara influye de alguna manera en que no lleguen huracanes a España?
R. Sí, es otro factor. De nuevo, no puedo hablar en profundidad de España, pero a nosotros aquí en el Atlántico es uno de las cosas que nos ayuda a disminuir la cantidad de huracanes, debido a que ayuda a mantener la capa de la atmósfera hasta cierto punto estable, y eso complica que se formen independientemente de que tengamos temperaturas bastantes calientes en la superficie del océano. Esa capa tan cálida de aire tan seco ayuda a estabilizar de alguna manera la atmósfera y a que no se formen esas ondas que salen de la zona de África.
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