La Comunidad de Madrid espera para este miércoles temperaturas de hasta -2,8ºC, asimismo se activa el nivel 2 de riesgo por ola de frío. La cuenta de sanidad pública hace un llamamiento a los madrileños a seguir las indicaciones de Salud Pública y el cuidado de los colectivos vulnerables.

Según las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), se determina el nivel de riesgo por temperaturas muy bajas. En este caso se considera el pronóstico de las temperaturas mínimas para los próximos 3 días a fin de calcular dicho nivel de riesgo, que se denota con tres colores: normalidad (gris), precaución (azul claro) y riesgo alto (azul oscuro).

Riesgos principales para salud por temperaturas muy bajas

La hipotermia y la congelación suponen los principales riesgos para la salud, así lo recoge la página de la Comunidad de Madrid. Entre otros riesgos se incluye la disminución de las defensas y el aumento de las enfermedades respiratorias. Así mismo, aquellas personas con enfermedades crónicas suponen un colectivo de riesgo, en concreto aquellos que padezcan enfermedades cardiacas y respiratorias.

Consejos para sobrellevar el frío

Protegerse del frío es fundamental, especialmente en condiciones de riesgo por frío extremo que puede afectar la salud, siendo riesgos directos la hipotermia y la congelación. Aquí tienes algunas recomendaciones:

1. Utilizar vestimenta adecuada: es recomendable usar varias capas de ropa. La capa base debe ser térmica y ajustada al cuerpo, la capa intermedia debe ser aislante (como un suéter de lana) y la capa exterior debe ser impermeable y cortaviento. Es preciso asegurarse de cubrir bien las extremidades: usa guantes, gorro y bufanda. Los pies deben estar protegidos con calcetines térmicos y botas impermeables.

2. Mantenerse seco: evitar la humedad, ya que puede aumentar la sensación de frío. Si te mojas, cambia de ropa lo antes posible. Utilizar ropa y calzado impermeables si se va a estar en condiciones de nieve o lluvia.

3. Alimentación e hidratación: es importante consumir comidas calientes y nutritivas que ayuden a mantener la temperatura corporal. También mantenerse hidratado y beber mucho líquido, ya que el frío puede deshidratarte sin que te des cuenta.

4. Limitar la exposición a las condiciones adversas del clima: si es posible, evitar estar al aire libre durante las horas más frías del día. En caso de que sea necesario salir, hacerlo por períodos cortos y buscar refugio regularmente.

5. Reconocer signos de hipotermia y congelación: es importante estar atento a síntomas como temblores, confusión, fatiga, piel pálida o azulada. Si notas estos signos, busca ayuda inmediatamente.

6. Mantener el calor en el hogar: asegurar de que la casa este en optimizas condiciones de aislamiento. Usar cortinas y alfombras para mantener el calor. Si usas calefacción, asegúrate de que esté en buen estado y no dejes espacios abiertos por donde pueda escapar el calor.

7. Planificar las actividades: si se va realizar alguna actividad al aire libre, se debe planificar con anticipación y elegir rutas que permitan refugiarte si es necesario.

Colectivos de riesgo

Los grupos de población más susceptibles a las bajas temperaturas incluyen:

  • Personas mayores: Su capacidad defensiva frente al frío está comprometida, lo que les lleva a tener una menor percepción de los cambios térmicos y, por ende, a carecer de una respuesta adaptativa adecuada.
  • Recién nacidos y lactantes: Su sistema de defensa contra el frío está menos desarrollado en comparación con niños y adultos. Además, carecen de suficiente actividad física espontánea para generar calor.
  • Personas con enfermedades crónicas: Aquellos que padecen afecciones respiratorias, cardiovasculares, neurológicas, diabetes, asma, o que enfrentan trastornos psiquiátricos o adicciones.
  • Personas bajo tratamiento médico: Medicamentos como vasodilatadores, depresores del SNC y relajantes musculares pueden afectar los mecanismos adaptativos del cuerpo.
  • Personas con movilidad reducida: Aquellos que están desnutridos, fatigados o que han sufrido intoxicación etílica.
  • Trabajadores al aire libre: Aquellos que desempeñan sus labores en exteriores.
  • Deportistas al aire libre: Incluyendo montañeros, alpinistas y cazadores que se encuentran en zonas frías.
  • Mujeres embarazadas.

No obstante, la población más vulnerable a los efectos del frío incluye principalmente a las personas sin hogar y aquellas que enfrentan lo que se conoce como “pobreza energética”, lo que les dificulta mantener una temperatura confortable en sus hogares durante los meses más fríos.

  • Personas sin hogar: Especialmente quienes viven en la calle y no tienen acceso a recursos de alojamiento, ya que la exposición a condiciones climáticas adversas incrementa el riesgo de enfermedades, mala alimentación y escasez de atención sanitaria.
  • Personas con bajo nivel socioeconómico: Esto se traduce en ropa de abrigo inadecuada, viviendas insalubres y mal aisladas, sin calefacción. Varios estudios indican que la mayoría de los ancianos que sufren hipotermia provienen de sus hogares, no de la calle.
  • Inmigrantes en situación precaria: Este grupo también es especialmente vulnerable a los efectos del frío extremo.