Resumir su vida en un artículo sería una épica. Ni Asif Kapadia pudo hacerlo en 90 minutos de documental, los mismos que marca el cronómetro de cualquiera de los partidos en los que ha brillado.

Muchos no entienden la euforia que desata, otros la viven desmesuradamente. Con él, las medias tintas dejan de estar latentes. Pero amar u odiar son dos términos extremadamente vagos para definirle. Su vida no ha sido una montaña rusa, más bien un cohete espacial que consigue volver de la luna.

Diego Armando Maradona, que el pasado 30 de octubre cumplía 60 años, ha muerto este miércoles por una parada cardiorrespiratoria en un tumultuoso año para el deporte que le dio la vida y le regaló un infierno. Con el VAR, su mano de Dios habría sido humo, algo que agradaría a Peter Shilton, pero que hubiese cambiado el rumbo de sus éxitos balompédicos.

Hermanado al Río de La Plata, que no a River Plate, y con Italia siempre en su bagaje, el ‘Pelusa’ ha sido más que un jugador de escaparate. Argentinos Juniors y Boca le nutrieron, Nápoles le adoró y con Argentina se consagró como ‘D10s’.

En sus visitas a Hades se encuentran las drogas, la mala baba, los 15 meses sin poner pie en el césped tras un consumo masivo en el Mundial de 1994 y su coqueteo con la mafia italiana entre cánticos de Mamma, ho visto Maradona.

Su idilio con la ciudad que capitanea el sur de Italia ha sido recopilado en numerosas ocasiones, pero solo los que hayan visitado la ciudad resguardada por San Paolo habrán conocido de primera mano hasta qué punto sus habitantes enloquecen con su figura. Entre dialectos incomprensibles y costumbrismo de calle, Napoli lo revive con relatos constantes de su gloria.

Como si de una madonna se tratase, Maradona cuenta con una iglesia a la que acuden millones de feligreses. Aunque carece de una basílica como la del Papa Francisco, Diego está más cerca de la divinidad que el propio Pontífice. Por eso éste guarda su autógrafo a buen recaudo en las vitrinas del Vaticano junto con su sagrada camiseta del San Lorenzo.

En España, solo pudo contentar a los locales durante tres temporadas, siendo Barcelona y Sevilla los que consiguieron poner al ’10’ en sus filas. Como todo personaje contradictorio con bagaje en su poso de café, Diego terminó siendo víctima de su epopeya. Y al igual que toda figura con varias aristas en su carnet de identidad, consiguió atrapar en todas sus variantes.

De 0 a 100. Cautivaba jugando en el barro y practicando con una pelota de tenis cuando la selección Argentina paseaba por las calles de Alicante en el Mundial del 1982, o bailando a ritmo de cumbia a pesar de tener una rodilla jubilada. Cuestionaba todo lo anterior con apariciones iluminadas en palcos VIP de oligarcas rusos.

Su tatuaje del Che, su pelo bicolor en los noventa, su feudo con la Asociación de Fútbol Argentino y la reconciliación con el banquillo a cargo de Gimnasia y Esgrima La Plata. Su vida fue un yo-yo en el que Diego y Maradona se intercambian las papeletas.

Nunca se conoce del todo la dimensión que el Diego alcanzaba hasta que llega un aficionado de Boca y cuenta que, de manera casera y altruista, crea su propio altar compuesto por una esotérica vela a la que acompaña una imagen del ‘10’.

Maradona ocupó en sus últimos años ese rango de edad en el que los pasos en falso pesan más que las victorias. Antes, él marcaba los goles en el minuto 90, pero terminó siendo la defensa empequeñecida ante el coloso rival.

Hoy, numerosos medios de todo el globo rinden homenaje a un futbolista que tuvo la mala fortuna de no hacerse con un Balón de Oro por no ser europeo. Aunque seguramente lo más interesante de dicha gala hubiese sido algún insulto dedicado a su némesis.

Reconciliado con una pelota «que le cortó las piernas», Argentina volvió a ser el núcleo de felicidad del ‘Pelusa’. Diego Armando sintió de cerca el olor a césped recién cortado y el sonido del esférico cuando perfora la red en el silencio sepulcral de los entrenamientos.

Aunque resulte complicado ser novedoso con una figura de la que ya se conoce prácticamente todo, este es un pequeño homenaje a un Maradona que, incluso en sus momentos menos heroicos, ha conseguido compartir lo que tantas pasiones levanta, fútbol.

Argentina llora, el fútbol llora, la cancha llora, Buenos Aires llora.

Maradona saltando al césped de San Paolo

Nápoles fue su casa, y así se lo siguen recordando en la ciudad del sur de Italia.

Detenido en Argentina en 1991

En esta imagen extraída del documental de Asif Kapadia se muestra uno de los numerosos episodios en los que Maradona fue más grande que el propio Diego.

17 February 2019, Italy, Naples: A giant banner bearing the picture of Argentinian soccer legend Diego Armando Maradona seen in the stands of Napoli supporters during the Italian Seria A soccer match between Napoli and Torino at the San Paolo stadium. Photo: Fabio Sasso/ZUMA Press/dpa (Foto de ARCHIVO) 17/2/2019 ONLY FOR USE IN SPAIN

El '10' sigue presente en su feudo napolitano

Imagen de un partido de Serie A entre Nápoles y Torino, en febrero de 2019. Una gigante pancarta con el nombre de Maradona se hace hueco entre la grada.

Maradona, para lo bueno y para lo malo

Si hay un jugador que no ha dejado indiferente a nadie, ése se llama Diego Armando y se apellida Maradona. Tomó el testigo de Pelé y vivió una simbiosis con el balón que no se ha visto hasta los días de Messi. Di Stéfano era un todocampista, Pelé un delantero total y Maradona un virguero de la pelota. La domaba cómo quería, la llevaba cosida a la zapatilla y la mimaba.

Todo eso lo acompañó con una vida llena de excentricidades, drogas, idas y venidas, salidas de tono y regresos triunfales. Alcanzó el cúlmen futbolístico en el Nápoles, donde también entró en los bajos fondos de la vida, y se ganó un lugar en la historia con su actuación en el Mundial de México 86. Aquella mano de dios, aquel gol del barrilete cósmico, aquella superioridad casi insultante. Pero entró en el laberinto de la droga y las malas artes y nunca pudo pasar página.

Maradona y su novia Claudia Villafañe

Lo de ser un galán también ha formado parte de su ADN.

Nápoles, campeona... y hay fiesta en todo el mundo

La portada de la Gazzetta dello Sport recogió así el primer Scudetto del Nápoles en 1987.

Inglaterra sin dragón

El Mundial de 1986 y su partido contra Inglaterra. Pocas cosas se pueden decir ya de dicho encuentro, en el que una 'mano de Dios' se abrió paso en el césped para gestar la leyenda.

La hinchada más fiel

Maradona, ante la afición del Nápoles. 

Una tribuna peligrosa

Esta imagen representa uno de los momentos más icónicos y turbios de su reciente historial. En el Mundial de Rusia de 2018, Maradona se convirtió en meme mundial mientras veía a su querida Argentina desde el palco. 

Maradona con discos de vinilo en 1980

En Diego Maradona se muestra a un joven Diego escuchando música con su tocadiscos. 

Las críticas, una constante

La Gazzetta dello Sport también recogía numerosas declaraciones del 'Pelusa', en este caso, dirigidas a las críticas que había recibido por parte del Nápoles tras unos partidos un tanto decepcionantes del astro argentino.

Diego Armando Maradona debuta como tecnico de Gimnasia de La Plata - Gimnasia LP vs Racing - Futbol Argentino - Superliga Argentina 2019-2020 - 15 de septiembre de 2019 - Fecha 6 - Estadio de Gimnasia de La Plata, Buenos Aires - Foto: Javier Garcia Martino - Photogamma. *** Diego Armando Maradona debuts as a gymnastics technician at La Plata Gymnastics LP vs Racing Futbol Argentino Argentine Super League 2019 2020 September 15, 2019 Date 6 La Plata Gymnastics Stadium, Buenos Aires Photo Javier Garcia Martino Photogamma, PUBLICATIONxINxGERxSUIxAUTxHUNxPOLxRUSxSWExFRAxNEDxESPxONLY

Su reconciliación con el banquillo

Después de un exitoso y tumultuoso paso por los Dorados de Sinaloa, Maradona volvió a la Superliga Argentina, esta vez de la mano de Club Gimnasia Esgrima y La Plata.

¿Messi o Maradona?

Los debates entre ambos son constantes, pero quedarse en la comparación es no ver más allá de dos grandes figuras del deporte argentino... aunque uno de ellos tuvo más éxito en el Río de la Plata.