Sus cuentas aún permanecen abiertas y visibles. “Un chaval normal pero con cáncer”. Así se definía en su biografía de Instagram el joven de 20 años, Charlie, que estuvo 4 años dando visibilidad a su lucha constante contra el cáncer. Ayer, en esa misma red social, se publicó un post a través del cual sus más de 700.000 seguidores se enteraron de su muerte.

El post, publicado en la noche del lunes 22 de agosto, consta de un fondo negro con apenas unas cuatro líneas de palabras en color blanco, acompañadas de un corazón rojo vendado. “Adiós hijos de puta, nos vemos en la otra vida (Charlie 2000 – 2022). En el pie de foto se lee “Su fuerza está en quien lo haya entendido”.

Más de 50.000 comentarios de tristeza y casi tres millones de likes acompañan a la esquela digital del influencer, de nombre Carlos Sarriá, natural de Alicante. En Tiktok, red en la que tenía mucha popularidad, también se ha publicado un vídeo con fotos de él, en cuyo texto se lee "Adiós perros, nos vemos en otra vida".

La visibilización del cáncer

A pesar de que en su cuenta de Instagram podamos ver fotos que podrían ser de cualquier otro chico de 20 años, otras reflejan su realidad en el hospital.

Charlie, recién salido del hospital. INSTAGRAM.

Sin embargo, es en Tiktok donde el contenido de Charlie estaba más centrado en contar su lucha diaria contra el cáncer. Es en dicha red, donde acumulaba más de 3 millones de seguidores, en la que se pueden ver numerosos vídeos en su cama del hospital. En algunos de ellos, también, se puede ver a la que era su novia, Nerea.

@charrliiieeee

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♬ sonido original - Charlieee

Ella también ha compartido hoy un post de despedida para el que fue su novio, con la primera foto que se hizo con él. En el texto que acompaña a la imagen, Nerea escribió: «Mucha gente me llama valiente por no haber huido y yo pienso “¿esta gente nunca ha sabido lo que es amar?” Una pena».

La joven cerraba su post con un último te quiero y estas palabras: "Gracias por enseñarme lo que es el amor, ojalá otros tengan la suerte de tener una quinta parte de lo que nosotros tuvimos. Gracias por no juzgarme nunca, por quedarte y confiar en mi. Gracias por no cerrarte y dejarme formar parte de tu camino. Simplemente gracias".

Con un humor ácido y directo, Charlie compartía vídeos con los que intentaba normalizar su situación, además de explicar cómo iba avanzando su estado de salud y tratamiento. Uno de sus últimos vídeos, del mes pasado, explicaba que estaba ingresado por el estreñimiento severo que le producía su tratamiento crónico de morfina.

El cáncer de Charlie: Sarcoma de Ewing

El cáncer que padecía el influencer era el sarcoma de Ewing, un tipo de tumor que se forma en los huesos o en el tejido blando. Dependiendo de la zona que esté afectada, además de la quimioterapia y radioterapia, este cáncer se puede operar, extirpando así la zona del hueso afectada. Incluso, puede procederse a la amputación en el caso de que se dé en extremidades como por ejemplo los huesos de las piernas.

Según el Instituto Nacional del Cáncer, los síntomas para detectar el sarcoma de Ewing son principalmente el hinchazón y el dolor cerca del tumor. Con respecto a su pronóstico, hay ciertos factores que lo pueden mejorar o empeorar, como son: la diseminación, el tamaño, si ha diseminado a ganglios linfáticos, si es menor de 15 años (mejora el pronóstico), o su localización en el cuerpo, entre otros.

En el caso de Charlie, su cáncer se localizaba en la cadera, de manera que no se podía operar y se recurrió a la quimioterapia, que duró once meses. Tras eso, llegó su primera recaída, apenas unos meses después. A raíz de un dolor muy intenso de cabeza, localizaron un bulto en su coronilla, que resultó ser un tumor, una metástasis del primero.

Desde entonces, ha tenido una lucha constante contra el sarcoma de Ewing y sus complicaciones. El cáncer y el propio tratamiento dejan al paciente más débil, por lo que cualquier infección o enfermedad ve incrementada su peligrosidad. Por ejemplo, en uno de sus posts podemos ver cómo estuvo ingresado por tener un herpes zoster.

Este mismo cáncer, el sarcoma de Ewing, es el que padeció Álex Lequio, el hijo de Ana Obregón. Este falleció hace dos años, en 2020, tras una lucha también larga contra la enfermedad.