"No. Soy un ser humano, soy una mujer, me considero muy mujer. No me gusta la denigración ni a un hombre ni a una mujer", respondía Lolita en 2021 cuando le preguntaban si era feminista. Con sus palabras dejaba claro que no conocía qué significaba la palabra. Más tarde, después de las críticas, admitió que sí lo era, pero que no estaba de acuerdo con ciertos aspectos del movimiento.

Lola Flores, su madre, nunca se autoidentificó como feminista, pero sí que ha sido considerada por generaciones posteriores como una gran representante del movimiento. Solo se puede imaginar qué pensaría ahora de la lucha a la que sí se sumaron otras de sus coetáneas y que sin duda ahora asociamos a ese poderío que demostraban.

Lolita Flores decía en 2021 que no era feminista, aunque luego se retractaba | EUROPA PRESS

Muchas veces a lo largo de la historia se ha considerado que una mujer fuerte y que hace lo que quiere es, por definición, una mujer feminista. Aunque no haga por el movimiento más que existir y luchar por sus intereses personales. Está claro que el paso adelante de una es el avance de todas.

Rocío Jurado dejaba claro en 1995 que para ella era imprescindible tener un papel activo en el movimiento. Lo decía así durante una entrevista con Julia Otero en RTVE: "Soy feminista, no soy detractora del hombre, para nada, soy defensora de los derechos de la mujer, que es diferente".

En un momento en el que no era tan habitual esta clase de discurso, la cantante se veía obligada a defender su visión sobre los hombres al admitir que formaba parte de la lucha por la igualdad.

Pero en el caso de su hija, Rocío Carrasco, el feminismo le era ajeno hasta que la defendió, protegió y encumbró tras el estreno de su serie documental Rocío, contar la verdad para seguir viva.

El feminismo es el principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre. En su segunda acepción es el movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del feminismo

Real academia de la lengua española

"Me he dado cuenta de que soy feminista, neófita, pero me muero por aprender, por saber y poder aportar más granitos de arena", decía Rocío Carrasco en 2021 tras la emisión de su serie documental, 26 años después de que su madre lo dijera en televisión. "No esperaba ser abanderada de nada, pero ahora lo soy con gusto", afirmaba. Había comenzado una nueva etapa de su vida tras años de silencio y discreción para, según ella ha contado, proteger a sus hijos.

Fue Rocío Carrasco quien enseñó a la sociedad española lo que es la violencia vicaria, aquella que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres queridos y especialmente de sus hijas e hijos. Y como mejor ejemplo su propia hija, Rocío Flores, que no cree a su madre, no la apoya, no quiere saber nada de ella.

Pero Rocío Flores sí se considera feminista, o al menos lo parece por el mensaje que publicó en respuesta a aquellos que criticaban su físico o sus valores: "Lo más heavy de todo es que la mayoría que, al menos en mis redes sociales, hacéis este tipo de cosas os consideráis feministas". Una contradicción que está muy presente en muchos de los discursos de las folclóricas, también en los de Lola Flores y Rocío Jurado.

La contradicción es inevitable en el ser humano. Sobre todo cuando todos hemos crecido con unos valores que han ido evolucionando en los últimos años. Un ejemplo está en las frases de Lola Flores: "A las españolas de mi edad les digo que no se acobarden, hay que vivir y estar guapa", decía, por ejemplo. Por un lado es muy feminista, porque anima a no tener miedo; por el otro se centra en la belleza como el principal atributo de las mujeres.

Lola Flores, en una foto de archivo | EUROPA PRESS

"En ningún caso nos está dando un relato plenamente feminista con el que identificarnos ni plenamente machista que descartar", explicaba en una entrevista Lidia García, del pódcast ¡Ay, campaneras! que tiene también un libro en el que habla de copla, mujeres y LGTBI+. "Está mostrando con qué tipo de historias se identificaba la gente en la época, sobre todo las mujeres".

"Mi madre no es leyenda o mito, existió", admitía Lolita en una entrevista. Y por la simple existencia llega la contradicción, nada es blanco o negro ni hay verdades absolutas. En muchas ocasiones ni siquiera hay villanos y héroes, simplemente personas intentando seguir adelante. Es lo que podría aplicarse a María del Monte.

La cantante sevillana de 60 años nunca han alzado la voz por el movimiento. Sin embargo, su reivindicación en el Orgullo de Sevilla al desvelar que es lesbiana y está enamorada, es un mensaje a favor del feminismo transversal, preocupado tanto por las mujeres como por el colectivo LGTB.

María del Monte salió del armario en 2022 | EUROPA PRESS

Marc Giró aseguraba en televisión en 2020 que Isabel Pantoja es un icono feminista, pero que "cada país tiene los iconos feministas que se merece". La cantante de Marinero de luces nunca ha hecho tampoco ningún comentario sobre el feminismo. Pero para su sobrina Anabel, nadie es más representante del movimiento que ella.

Lo cierto es que Isabel Pantoja priorizó su carrera y ha hecho siempre lo que le dio la gana. Lo sigue haciendo. Si tiene que ir a Supervivientes y tirarse de un helicóptero lo hará y si tiene que encerrarse en Cantora para no aguantar el huracán mediático que hay fuera, nadie se lo impide. En una versión primigenia de la frase de Shakira "las mujeres no lloran, las mujeres facturan" se hizo de oro por su propia desgracia.

La sociedad la enfrentó, directamente, con Carmina Ordóñez al más puro estilo Hailey Bieber y Selena Gomez. La comparación quizás nos haga ver que tampoco hemos avanzado tanto como pensamos. También quiso poner a Jurado contra 'La Faraona', pero la una a la otra se llenaban de cumplidos siempre que podían: "Es una piedra dura de Chipiona que no se puede aguantar", decía Lola de su compañera.

En ese caso hay otro ejemplo que compara desde la actualidad. Pink y Xtina llevan 20 años de supuesto enfrentamiento, en teoría por su cualidad de divas y exuberante talento. La rapera se mostraba molesta recientemente cuando, una vez más, se volvía a dar espacio a la supuesta polémica entre ellas: "Mi verdadera decepción radica en el hecho de que el arte nunca puede ser el centro de atención cuando eres mujer". Tal cual.