Ya ha terminado la era de Instagram, y los millennials se quedarán ahí atrincherados como los boomers permanecen en Facebook. En cambio, otros prefieren las nuevas apuestas de la tecnología, véase: Tik Tok. Es la red social que más crece en el mundo, y en los últimos meses ha querido posicionarse como un buscador que compita con Google. Pero sobre todo, ofrece una oportunidad que Meta no consiguió implantar: monetización directa del contenido.

Hemos hablado con varios creadores digitales que están presentes, sobre todo, en Tik Tok. Sus historias son parecidas, rápidamente el conocido algoritmo empezó a promocionar su contenido, haciendo que se viralizaran y consiguieran un importante número de seguidores en poco tiempo. Para algunos esto ocurrió en semanas y, en otros casos, fue una cuestión de unos pocos meses.

La de los influencers de Tik Tok es una historia opuesta a la que ocurre en Instagram. En la app de Meta los propios creadores denuncian que el algoritmo prácticamente oculta sus publicaciones, incluso a los seguidores que ya tienen.

¿Cómo funciona el sistema de monetización?

Tik Tok tiene una plataforma para los creadores de contenido con más de 10.000 seguidores que les permite monetizar sus vídeos. Se estima que se pagan menos de 3 céntimos de euro por cada 1.000 visualizaciones, y las cantidades que se acumulan son muy inestables. "El dinero que te paga Tik Tok por visualizaciones es muy bajo, puede pagarte 20 céntimos, 1 euro al día. En este año he llegado a ganar 500 euros [en total] de la plataforma, pero donde se gana dinero de verdad es con las colaboraciones con marcas", nos explica Marta Díaz de la Mera.

La cantidad que ofrece Tik Tok por cada mil visualizaciones es ínfima comparada con la de YouTube. En la app de vídeos que pertenece a Google se pueden conseguir unos 2,70€ por cada 1.000 visualizaciones. Así nos cuenta la influencer de Barbies @chicledefresadolls, cuyo nombre real es Claudia. Pero conseguir esas reproducciones es mucho más difícil.

Marta (@martadiazdemera) tiene unos 285.000 seguidores en el momento en el que se escribe este reportaje. Y consiguió empezar a ganar dinero hace aproximadamente un año, cuando llevaba solo unos meses creando contenido. En su caso, hace vídeos sobre moda y, particularmente, publica sus propias creaciones DIY (do it yourself). Se hizo especialmente viral con un vestido de flecos que ella misma cosió, pero también ha hecho americanas, un traje de sevillana, disfraces y mucho más.

@martadiazdemera

Vamos allá deseadme suerte!! 😅🥹💙 #diy #hazlotumismo #madebyme #doityourself

♬ Sex And The City - Main Theme - Geek Music

Su vídeo más visto, en el que cuenta cómo va a hacer un vestido de flecos azules inspirado en otra influencer, Marta Sierra, alcanza las 20 millones de reproducciones. Según las estimaciones de la web Sound Camps, podría haberle supuesto unos 550 euros en total, aunque no tiene por qué haber visto esa cantidad en su cuenta en un solo mes.

Para Carmen Santaella (@carmensantaellaar), que tiene unos 239.000 seguidores y se dedica profesionalmente al periodismo de moda y belleza, está claro que no se puede vivir de los ingresos de Tik Tok. Sin embargo, considera que es una oportunidad para conseguir otro tipo de trabajos, una carta de presentación. "Yo, en dos años y medio, solo he acumulado 900€. La totalidad de los ingresos, por lo tanto, provienen de las campañas externas con las marcas. La app es solo el escaparate", explica.

Vivir de Tik Tok sigue siendo un reto

A pesar de que en Tik Tok los seguidores crecen como la espuma y es mucho más fácil llegar al público, sigue siendo difícil que se convierta en una profesión de dedicación total. De hecho, muchas marcas aún se muestran reticentes a la hora de llevar a cabo campañas de influencers como las que se hacen en Instagram.

De nada sirve que haya productos, como la máscara de pestañas Sky High de Maybelline o los coloretes líquidos de Rare Beauty, que deban su éxito a la app. Algunos aún tienen miedo de que los datos sean meras estrategias de Tik Tok para inflar sus números y atraer a la gente.

"Yo no vivo exclusivamente de Tik Tok, de momento", nos cuenta Marta. En su caso tiene un trabajo de comunicación que hace de manera freelance y que le permite compatibilizar ambas profesiones.

El "estigma" de Tik Tok

Hace años se especulaba con que el futuro del marketing en línea era apostar por los microinfluencers, con menos de 10.000 seguidores. Sin embargo, esa idea aún no se ha materializado. Marcas españolas como Freshly Cosmetics han cimentado su fama en España llevando a cabo campañas con las creadoras de contenido más populares de nuestro país.

Otras como Krash Cosmetics, también española, sigue el mismo ejemplo. Eso sí, al tener un público más alternativo, prefiere apostar por creadores de contenido más nicho. Sus grandes representantes son cuentas como la de Goty Make Up, que comenzó en YouTube y que ronda los 246.000 seguidores en Tik Tok.

El crecimiento en Tik Tok, donde millones de personas de la generación Z (o incluso mayores) buscan hacerse una carrera como influencers, tiene fama de fácil. Hace unos años, uno de los "trucos" para viralizarse era participar en los trends, tendencias acompañadas por un filtro o una música. Van desde bailes hasta retos y maquillajes, pero siempre que se pueden aplicar al nicho del creador de contenido.

Personas como Lola Lolita, una de las Tik Tokers más populares de nuestro país, han ganado su fama así. Según Influencer Marketing Hub, la joven podría estar ganando entre 45 o 65 euros por publicación en la app.

Pero a día de hoy, esto ha cambiado. Tik Tok pretende mejorar su imagen de cara a la galería y posicionarse como una herramienta de búsqueda, así que el tipo de vídeo favorito del algoritmo es lleno de datos e información. Desde la empresa pretenden apostar por etiquetas como #AprendeEnTikTok y otras variantes.

"Se está quitando el estigma de que Tik Tok solo con bailes o que solo lo ven niños", nos explica Marta. "Tiene un algoritmo muy estudiado que realmente te enseña lo que quieres ver", añade.

¿Cuándo empieza a ser rentable?

Sin embargo, como lo fue Tumblr en su momento, la app está llena también de los llamados fandoms. Grupos de seguidores de un artista o celebrity, cuyos vídeos se comparten una y otra vez. Así saltó a la fama el perro Lucas (@iamcalledlucas). Sus vídeos emulando videoclips de Taylor Swift tienen una audiencia de más de 358.000 seguidores a nivel internacional (y el respeto de la cantante).

@iamcalledlucas

my sisters raised me to be a proud ✨swiftie✨ #SwiftTok #swiftie #taylorswift inspo: @nala_the_needy_rottie

♬ I have this thing - Emily

Sus administradoras, que llevan desde 2020 subiendo contenido, nos cuentan: "Lucas suele subir un vídeo al día o cada dos días por lo que no genera muchos ingresos. Algún mes puede generar 30€ y otros 70€, según la actividad del mes y el alcance de los vídeos". Sus dueñas trabajan como camareras, pero su objetivo es poder dedicarse exclusivamente a Tik Tok.

Los fans de Barbie tienen en Claudia, una de las mayores coleccionistas de la famosa muñeca en nuestro país, un referente. Sin embargo, ella tiene que seguir trabajando como manicurista: "Por el momento no puedo vivir de los ingresos que me da Tik Tok", nos explica la chica asturiana que está detrás de la cuenta Chicle de fresa. En su caso supera los 723.000 seguidores y se ha lanzado a otras plataformas, como YouTube, para intentar monetizar su trabajo de crear contenido y su pasión por el coleccionismo.

@chicledefresadolls

Os cuento mi secreto? 💖 #barbie #barbiedoll #tutorial #restauracion #muñecas #barbiestyle

♬ Funky Town（落雨） - 落花雨

"Las colaboraciones con marcas son las que te aportan esa estabilidad económica", nos insiste Marta Díaz. En su caso, acaba de dejar su trabajo como ejecutiva de cuentas en una agencia de comunicación muy conocida, por lo que tiene una percepción completa desde los dos lados de la moneda.

En su caso fue una cuestión de escoger. El tiempo que le exigía su trabajo de jornada completa empezaba a ser incompatible con sus compromisos con Tik Tok y las empresas que le pedían colaboraciones. Ahora empieza una nueva vida, y no ha necesitado alcanzar cifras como las del perro Lucas o Claudia. Lo que demuestra que es una cuestión de contactos, conocimientos y, por supuesto, suerte.