Hablamos con una Lolita cansada pero ilusionada en una tarde en la que el sol de primavera ya animaba. Después de un mes ajetreado en el que no ha parado de trabajar, la actriz (y cantante, colaboradora, locutora, productora...) adelantaba nuestra entrevista para poder discutir su trabajo en La plaza del diamante. Pero no la obra de teatro, sino el audiolibro que acaba de estrenar con Audible, donde vuelve a meterse en la piel de Natalia "Colometa".
Ocho años después de interpretarla sobre los escenarios, Lolita recupera la historia. Y no por eso es más fácil: "Date cuenta de que tienes que transmitir con la voz lo que no puedes transmitir con la imagen", nos explica. Ahora solo tiene ante ella un micrófono y un director, que va guiando el recorrido por la historia de "Colometa". Ella no se prepara, le basta con su talento: "Yo me siento aquí, me dan el texto y tiro".
Una gran artista también se pone nerviosa
Para ponerle voz al personaje protagonista de La plaza del diamante, Lolita saca su tono natural y su capacidad para dramatizar. Y si hay algo que ha aprendido en todos estos años de carrera es a no juzgarse luego. Es perfeccionista y no le gusta ver su propio trabajo por el temor de ser demasiado autocrítica. "No me gusta ni verme ni escucharme, nos pasa un poco a todos los actores. O por lo menos a la mayoría, habrá algunos que sí que les encante ponerse 20 veces y decir 'joder, qué bien está", bromea.
"Siempre pienso que podía haberlo hecho mejor"
Lolita admite que es muy crítica consigo misma: "Siempre pienso que podía haberlo hecho mejor, y si me oigo ya ni te cuento. Siempre me queda la cosa, pero ya está hecho. Me fío mucho de los directores y de la gente que me guía"
Esta autocrítica, en cambio, no le ha hecho dudar de sí misma hasta el punto de sufrir uno de los males de nuestro tiempo como es el "síndrome del impostor". Este trastorno hace sentir a los que lo sufren que no se merecen el puesto que tienen, o que no están a la altura de las expectativas.
"Tengo miedo a otras cosas pero en mi profesión... y no es porque me crea que soy la mejor del mundo. Pero es mi profesión y tengo que hacerlo", confiesa. "Yo me dejo dirigir pero con gente que tiene sentido común y esa capacidad, no me dejo dirigir por cualquiera", añade. Para ella cuesta mucho más "mantener el nombre" que llegar a que tu nombre sea conocido, por lo que escoge sus trabajos con especial mimo.
Los guiones son en lo que pone más atención: "Yo hago lo que me gusta, porque si no hago lo que me gusta se me nota mucho. Te aseguro que si no me gusta soy la peor actriz de este mundo mundial".
Los nervios son también el pan de cada día para Lolita. "El día que se me pasen me quedo en mi casa viendo series y escuchando Audible", comenta con sentido del humor. Esa "jiribilla", como ella misma recuerda que diría su madre, viene antes de salir a un escenario. En este caso, también a la hora de ponerse a grabar una obra cumbre de la literatura catalana. Ese gusanillo en el estómago no desaparece ni para artistas de su talla.
Trabajar en familia cuando eres de los Flores
La plaza del diamante no es el primer trabajo de Lolita con Audible. En 2021 estrenó Madres e hijas junto a su hija Elena Furiase: "No coincidimos nunca en el estudio, cosa que prefiero porque nos hubiera dado la risa y no hubiéramos podido seguir".
Pero no le intimida trabajar con su hija, porque en su familia el arte está en las venas. "Después de haber salido detrás de Lola Flores que me echen lo que quieran. Eso fue el trampolín, si tuve cojones de salir detrás de la bata de cola de Lola Flores voy a tener cojones toda mi vida", comenta con sentido del humor.
Habiendo nacido en una familia de artistas, y teniendo fama desde antes de nacer, Lolita admite que le hubiera gustado ser anónima en algún momento. "En los momentos buenos, haber tenido anonimato para reírme a carcajadas muy grandes, cuando quiero hacer una locura... pero cuando tienes un nombre desde hace muchos años tienes que tener mucho cuidado con lo que haces y lo que dices y cómo lo haces y dices. Tienes una responsabilidad. En los malos te da igual", explica.
La familia es el verdadero premio de Lolita, que admite que sus hijos y sus nietos son su verdadera prioridad. Es con los suyos con quienes disfruta de sus mejores éxitos y pasa los momentos más inolvidables, el aplauso resulta secundario.
Eso sí, la cantante admite que agradece esos momentos de conexión cuando alguien le para por la calle y le dice que le ha gustado alguno de sus trabajos. "Ese es el verdadero aplauso", confiesa Lolita.
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