El pasado podría haberse repetido esta semana. El príncipe Harry y su mujer, Meghan Markle, se han visto involucrados este martes en una persecución de casi dos horas por las calles de Nueva York. La historia recuerda peligrosamente a la princesa Diana, que falleció el 31 de agosto de 1997 en un accidente de coche en París.
Ha sido un portavoz de Harry y Meghan quien ha dado a conocer la noticia, en un comunicado en el que piden respeto y que la seguridad sea lo primero.
"Anoche, el duque y la duquesa de Sussex, acompañados por la señora Ragland, se vieron involucrados en una persecución de coches casi catastrófica a mano de una serie de paparazzis altamente agresivos", reza el texto.
Llegaron a saltarse semáforos y conducir por aceras
"Ser personajes públicos viene con un nivel de interés por parte del público, pero nunca debería ser a costa de la seguridad de nadie", continúa el comunicado, que señala que Harry y Meghan iban en el coche con la madre de la duquesa, Doria Ragland, que estuvo con ellos en la gala Women of Vision Awards.
Al parecer, los tres viajaban de vuelta a casa de un amigo, donde se quedaban durante su estancia en Nueva York, cuando media docena de coches con las ventanas tintadas les persiguieron, saltándose semáforos, yendo marcha atrás en una calle de una sola dirección, conduciendo por la acera y mientras hablaban por el móvil. Su intención era tomar fotografías de la pareja y Doria Ragland en Manhattan.
Según explican, no bastó con que interviniera la policía para evitar que continuara el acoso. A pesar de que las autoridades se enfrentaron en varias ocasiones a los coches, estos continuaron con la persecución para intentar seguir a los Sussex a la residencia privada en la que se quedaban.
Por su parte, la policía de Nueva York alega que asistieron al equipo de seguridad privada. “Había numerosos fotógrafos que hicieron complicado el traslado. Los duques de Sussex llegaron a su destino y no hubo colisiones, heridos, detenciones ni arrestos”, aseguran.
No es la primera vez que les siguen
En la serie documental que Meghan y Harry estrenaron el pasado mes de diciembre, la pareja mostró en vídeo algunas de las peores experiencias que tuvieron con los paparazzis. La persecución en carretera es solo una de las crisis que han experimentado.
También han vivido cómo se acercaban a su casa en Canadá, que estaba frente a la costa, con zodiacs. O cómo cuando se quedaron en la finca de Tyler Perry iban con drones y helicópteros para intentar captar una imagen privada de la pareja.
La muerte de Diana
Diana de Gales falleció en la madrugada del 31 de agosto de 1997, sus hijos tenían 15 y 12 años. Su vida se apagó en el Hospital de la Pitié-Salpêtrière de París, pero el accidente que le causó la muerte fue en el túnel del Alma, que cruza el río Sena. Salía del Hotel Ritz con el que era su pareja en ese momento, Dodi Al Fayed, y su coche se vio involucrado en una persecución que terminó abruptamente.
Tanto Dodi como el conductor del vehículo fallecieron al instante. Diana estaba viva cuando llegaron los fotógrafos, y se sabe que le tomaron fotografías antes de ayudarla, algo que persigue al príncipe Harry todavía a día de hoy. Más aún ahora, que ve cómo la historia se repite pese a sus mejores deseos.
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